Bruselas

El euroescepticismo checo releva a Francia en la UE

La República Checa toma mañana, 1 de enero, el relevo al frente del Consejo de Ministros de la Unión Europea, un período histórico calificado de «aventura» por sus mandatarios, y del que Praga espera salir ilesa al finalizar el semestre. 

"No estoy nervioso. El nerviosismo no es una buena base. Seguro que constituirá una aventura. Los franceses nos dijeron que nos lo pasaremos bien. Pero todavía no lo he experimentado. Veremos", señaló esta semana el viceprimer ministro y ministro de Asuntos Europeos, Alexander Vondra, en una entrevista a un diario local.
Conscientes de lo que se viene encima, y a lo que recientemente se ha sumado el conflicto de Gaza, el gobierno de Praga ha hecho de la necesidad una virtud, con altas dosis de humildad, sobre todo tras la hiperactiva presidencia del francés Nicolás Sarkozy y en medio de la delicada coyuntura económica mundial.
"Desde el punto de vista del conjunto, será crucial mantener la economía europea a flote. Evitar nacionalizaciones, regulación excesiva y dejar al mercado lo que le pertenece", indicó Vondra en declaraciones al diario praguense "Lidove Noviny".
Por su parte, en una de sus primeras misiones como responsable del Consejo Europeo, el ministro de Exteriores checo, Karel Schwarzenberg, viajará el domingo próximo a Israel para tratar de frenar el conflicto bélico en la franja de Gaza.
En este sentido, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, anunció hoy que está preparando la organización de una misión diplomática de alto nivel de la Unión a Oriente Próximo a fin de ayudar a solucionar el conflicto.
Topolanek precisó que la misión incluiría al alto representante para Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Javier Solana; la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner; el ministro checo de Asuntos Exteriores, Karel Schwarzenberg, y los jefes de las diplomacias francesa y sueca.
En una entrevista el martes con el diario "Mlada fronta Dnes", Schwarzenberg defendió la ofensiva israelí en Gaza.
 "Hamás aumentó, desde el final de alto el fuego el 19 de diciembre, el número de cohetes lanzados contra Israel. Eso no es aceptable", señaló el ministro checo.
Praga, a pesar de su modesto peso específico en el contexto internacional, tratará de ofrecer a sus socios comunitarios un golpe de efecto en febrero, para así ganar adeptos.
Es entonces, en el transcurso de la primera sesión parlamentaria del año, cuando se prevé la ratificación del Tratado de Lisboa, muy a pesar de las postura contraria del presidente, Vaclav Klaus.
Sigue sin estar clara cómo se involucrará el jefe del Estado durante los eventos que rodean la presidencia europea, máxime cuando las relaciones entre él y los líderes del Parlamento europeo no son las mejores.
"Definir su lugar no es fácil. Quizás durante la cumbre con Rusia, quizás con Canadá. Ya veremos. El acuerdo aún no está ultimado, pero llegaremos a él", dijo Vondra respecto a las conversaciones con Klaus.
A pesar de esta asignatura pendiente, el Ejecutivo de coalición de Praga pretende cuajar un buen papel y dar un espaldarazo a sus prioridades en materia de economía, energía y ampliación de la UE hacia los Balcanes occidentales.
Además de la apretada agenda comunitaria, el Gabinete de coalición de centro derecha deberá hacer frente a la inestabilidad política por el que él mismo atraviesa, ya que la oposición socialdemócrata pide elecciones anticipadas tan pronto como finalice el mandato checo el próximo 30 de junio.
La capital bohemia será sede de nueve de las catorce reuniones informales del consejo de ministros, aunque no auspiciará ninguna de las cumbres comunitarias de jefes de Estado y presidentes de Gobierno, previstas para del 19 al 20 de marzo, y del 18 al 19 de junio, en Bruselas.
Sí que acogerá algunas importantes cumbres bilaterales, como las de UE-Grupo de Río.
Esta puesta de largo de los checos, que cuenta con un presupuesto de 126 millones de euros, servirá para mitigar aquella frustración, arrastrada desde el Tratado de Múnich (1938) que les arrancó la región de los Sudetes, y que pasó a la historia como aquel "sobre nosotros sin contar con nosotros".
Ahora la nación eslava, salida anteayer de un régimen totalitario de corte comunista, asumirá un papel de líder europeo, si bien esto no parece decir mucho a la población, en gran parte euro-escéptica, igual que su jefe de Estado.