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Huesca

Inmaculada Gilaberte: «Tener hijos mejora el cerebro de las madres»

La doctora Gilaberte (Huesca, 1963), madre de dos hijos, escribió este libro sobre la difícil conciliación de la maternidad y el trabajo robando tiempo al sueño, por las noches. Cree que el padre aún se implica poco en la crianza de los hijos, «porque se le ha dicho que no es cosa suya, y él se ha excluido de la responsabilidad». Ha crecido el número de mujeres que abandonan su carrera por los hijos, «y eso hace que se frustren; no es una elección, es una imposición». Vive haciendo equilibrios, dice.

Inmaculada Gilaberte: «Tener hijos mejora el cerebro de las madres»
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-Presenta ahora su libro «Equilibristas» (Alienta). Entre la maternidad y el afán de hacer carrera, ¿quién gana?

-No hay nada que gane a la maternidad, pero no han de presentarse como dos opciones enfrentadas. Deben ser, deberían ser, facetas complementarias.

-Escribe: «Ser madre en España sigue siendo un obstáculo para el desarrollo profesional».

-Lo es. La conciliación es deficiente; mejora, sí, pero tan despacio que quizá sólo sea una auténtica realidad en la próxima generación.

-Algunas mujeres piensan que hay que elegir: no se puede ser madre, brillante profesional, amante esposa... Demasiados retos.

-No tenemos por qué ser perfectas. Al final, los retos excesivos se pagan con la salud: depresión, ansiedad, insomnio...

-El caso es que decrece el índice de natalidad. Si no fuera por las inmigrantes...

-A las españolas nos da miedo ser madres. Vemos la maternidad como una amenaza para nuestras profesiones. Vemos todos los días que por la crianza de los hijos se van al traste muchas carreras.

-Y dice usted que tendría que ser al revés...

-Sí, la maternidad tendría que ser un trampolín: con ella nos hacemos más competentes, más generosas, más decididas, más valientes.

-Las empresas no parecen enterarse de todo eso...

-No lo saben, y desperdician extraordinarios valores. Además, la maternidad mejora el cerebro de la madre: lo remodela y aumenta el hipocampo, que tiene que ver con el aprendizaje y la memoria.

-Pues muchas esperan al último momento, paren ya mayores...

-Esperan a encontrarse en el momento perfecto, como si existiera. Hay que lanzarse y no esperar a tener la carrera consolidada, la casa... No hay que esperar al último tren.

-¿Se recurre al aborto cuando el embarazo puede obstaculizar la carrera?

-Pienso que el aborto se da más en gente joven y soltera con problemas.

-¿Y qué me dice de la nueva ley del aborto que propone el Gobierno?

-Debe de haber una ley, pero hay algo que no puedo admitir: que las chicas de 16 años aborten sin permiso de los padres, entre otras cosas.

-Escribe usted: «Todavía parece que esta sociedad quiera atarnos a la desigualdad a través de la maternidad».

-Sí, porque en vez de valorar la maternidad de forma positiva, nos penaliza, castiga nuestra vida social.

-¿Y qué se puede hacer para evitar esas penalizaciones?

-Enterrar prejuicios, machismo, exclusiones, discriminaciones.

-En fin, ¿a quién le echamos la culpa de esta situación de la mujer?

-La culpa es de todos, incluso de las mujeres. La mujer debe aceptarse como imperfecta. Querer ser perfectos nos lleva a la infelicidad.

-Dice que las empresas con ejecutivas obtienen mejores resultados...

-Es así. Si los bancos hubieran estado dirigidos por mujeres, quizá no habrían pecado de avaricia y ahora no estaríamos hablando de crisis.

-Ya es tarde para poner a Carme Chacón al frente de Lehman Brothers...