Política

Alemania

Los pactos con la ultraderecha dividen a la CDU

Un grupo de 17 diputados desafía a Kramp-Karrenbauer y propone iniciar contactos con la AfD para gobernar el «Land» de Turingia

Desde que en el año 2000 Angela Merkel se hizo con las riendas de la CDU, puso en marcha un giro al centro que irritó al ala más derechista del partido
Desde que en el año 2000 Angela Merkel se hizo con las riendas de la CDU, puso en marcha un giro al centro que irritó al ala más derechista del partidoSoeren StacheAP

El jefe de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el «Land» oriental de Turingia, Mike Mohring, no atraviesa su mejor momento. Tras sufrir un cáncer este año, peleó una dura campaña de varios meses que terminó con el desplome en casi doce puntos de su partido en las elecciones regionales del pasado 27 de octubre. La formación que gobernó Turingia durante casi un cuarto de siglo, se sitúa ahora tras la sombra fortalecida de La Izquierda (Die Linke) y detrás de una Alternativa para Alemana (AfD) que bajo el liderazgo del extremista Björn Höcke duplicó su resultado. Una ecuación cuyo resultado se ha saldado con una importante pérdida de confianza dentro de sus filas y que esta semana estuvo a punto de arrebatarle su puesto al frente de la CDU.

Mohring se ha excusado ante los medios aludiendo a la idiosincrasia de la política, aunque muchos no olvidan como poco después de la noche electoral lanzó velados guiños hacia una cooperación con La Izquierda que días después fue rectificada al hablar de una coalición entre socialdemócratas, verdes y liberales. También, en una suerte de idas y venidas, Mohring tuvo que admitir que Michael Heyn, uno de sus diputados en el grupo parlamentario, hizo reiteradas peticiones en público para sentarse a hablar con la AfD sobre un Gobierno conjunto.

Mohring no se distanció de él e incluso, en una actitud que muchos vieron como un distanciamiento con la secretaría general de la CDU, el jefe conservador de Turingia aseguró que «un partido tiene que tolerar que haya diferencias de opinión. Si no, no hay libertad de opinión».

Algo que animó a 17 miembros de la CDU a hacer una llamada para dialogar con los ultraderechistas de Turingia, en medio de una serie de pactos para la formación de una coalición de Gobierno en este Estado alemán. Para ello, y aunque la mayoría de los partidos rechazó una coalición con AfD o La Izquierda –que se impuso en las elecciones con un 30,9% de los votos–, redactaron una carta en la que se insta a dialogar con «todos los partidos electos democráticamente en el Parlamento de Turingia».

«Las coaliciones con ambos [AfD y La Izquierda] son imposibles, pero todo lo que sea posible debatir entre los demócratas lo haremos para determinar si se puede y cómo se puede formar un Gobierno estable en Turingia», dice la carta. La mayoría de los firmantes son cercanos al parlamentario estatal de la CDU Michael Heym, quien dijo la semana pasada, en relación a la AfD, que «no se le hace ningún favor a la democracia si se aleja a una cuarta parte de los votantes».

Asimismo, indicó que sería posible una coalición entre la AfD, los conservadores y los liberales del FDP, lo que llevó a algunos miembros de la CDU a pedir su dimisión. Con todo, algunos analistas, conscientes de la trayectoria de Mohring, asisten atónitos ante la posibilidad de este cambio de rumbo y de ahí que no pocos se pregunten si existe un plan detrás de todo esto.

Por su parte, el secretario general del Partido Socialdemócrata (SPD), Lars Klingbeil, que apenas alcanzó el 8,2% en Turingia, llamó a la líder nacional de la CDU, Annegret Kramp-Karrenbauer, para mostrarle su rechazo a las posibles conversaciones con la AfD. «En el muro de contención a la derecha se están abriendo cada vez más grietas dentro de la CDU. Es tiempo de parar esto», escribió en un tuit dirigido a la presidenta de la CDU, Kramp-Karrenbauer.

Incluso el Consejo Central de los Judíos en Alemania se pronunció en contra de la decisión de la CDU sobre las posibles conversaciones con la AfD. «Los políticos de la CDU en Turingia que quieren abrir un diálogo con la AfD están actuando de manera irresponsable porque lo que buscan es contribuir a que este partido sea socialmente aceptada», dijo el presidente del Consejo, Josef Schuster.

Lo que está claro es que el resultado electoral arroja un horizonte complicado en Turingia y una situación inédita en la historia de la República Federal de Alemania. El viejo y el nuevo paria político, La Izquierda y la AfD, son los primeros partidos en formar una mayoría de bloqueo involuntaria, pero estable que abre un nuevo dilema y, sobre todo, ciertas fisuras en el hasta ahora estable cordón sanitario a la ultraderecha.

Algo que, curiosamente, encuentra un precedente en el país. En Sajonia-Anhalt, dos líderes parlamentarios aconsejaron a través de un documento «conectar lo social con lo nacional» en lo que era una clara apertura a pactar con la AfD.

Asimismo, el líder del grupo parlamentario sajón, Christian Hartmann, declaró que era posible una coalición con el partido populista y son cada vez más los políticos que sin ningún tipo de timidez intentan arrojar piedras al cortafuegos que la CDU ha erigido en contra de la AfD.

Y ése es el dilema que amenaza con desgarrar a los conservadores en un momento en el que en el este la formación consigue a duras penas recuperar escaños en los Parlamentos regionales.