Holanda

Prisión provisional para el padre que recluyó a sus seis hijos en una granja para ahuyentar a los “malos espíritus”

Un tribunal holandés acusa al hombre, un fanático religioso, de secuestro y abuso sexual

Imagen aérea de la granja donde estaba retenidos los miembros de la familia
Imagen aérea de la granja donde estaba retenidos los miembros de la familialarazon

La Policía holandesa descubrió en octubre a un padre recluido junto a seis de sus hijos en una granja a 130 kilómetros al norte de Ámsterdam después de que uno de ellos consiguiera escapar y dar la voz de alarma. Los jueces han ordenado ahora tanto al padre como al sospechoso de ser su cómplice a permanecer bajo custodia mientras continúe abierta la investigación.

Las declaraciones de la acusación durante la apertura de la audiencia preliminar, retratan al padre, Gerrit Jan van Dorsten, como a “alguien profundamente religioso que considera a su familia como elegida por Dios y que hizo todo lo que estaba en su poder, incluyendo agresiones físicas y otros castigos, para protegerlos no sucumbir de lo que consideraba como influencias malignas exteriores”.

El padre no asistió al juicio, ya que permanece en un hospital penitenciario después de que hace años sufriese un derrame cerebral del cual no fue tratado que le incapacita para hablar. A pesar de esta discapacidad, los fiscales han dicho que aún así era capaz de mantener a los niños aislados de la realidad. Los jueces otorgaron una solicitud de enjuiciamiento para que Van Dorsten se someta a evaluaciones neurológicas y psiquiátricas. El abogado defensor podrá interrogar a los niños

G. van Dorsten ha sido acusado de agredirles, abusando sexualmente de dos de ellos. Según los propios fiscales, estas acusaciones se basan en las declaraciones realizadas a las víctimas y en los escritos de sus diarios personales. Sus hijos nunca estuvieron registrados, tal y como exigen las leyes holandesas. “Los castigos consistían en golpearles, a veces incluso con un palo o con otros objetos, tirarles del pelo, y obligarles sentarse en un baño pasando frío durante horas. En otras ocasiones les estrangulaba hasta que se quedaban inconscientes”, ha señalado la acusación.

El acusado tenía un total de nueve hijos, de los cuales los tres más mayores si que tuvieron la oportunidad de ir a la escuela, aunque se les prohibía ir a las excursiones escolares o acudir a fiestas. Más tarde abandonaron la convivencia aislada que si que mantenía su familia.

Los fiscales han comentado que el padre les dijo que las influencias exteriores les convertirían en “impuros" y amenazarían su condición de "elegidos de Dios”. “Si te dicen esto desde una edad temprana, sin tener la oportunidad de conocer el mundo exterior en libertad y descubrir lo que crees, entonces no tienes que estar encerrado para evitar que te vayas”. decía la declaración de la acusación. "Todo lo que se te dice repetidamente y lo que experimentas actúa como un bloqueo figurativo '’.

El cómplice es un ciudadano austriaco, identificado como Josef Brunner, quien alquiló al padre la granja en el pueblo de Ruinerworld. Además, les llevaba comida y cuidaba del huerto. Brunner sí que acudió al juzgado y, según los fiscales, ha sido el elemento clave para poder sacar adelante el caso. Ha sido acusado de complicidad a la hora de mantener a la familia aislada y privarles de su libertad. Por su parte los menores se encuentran bajo custodia en una ubicación desconocida.