Estados Unidos

Trump cultiva el voto católico

En medio de su proceso de destitución, el presidente de EE UU se vuelca con sus electores y encabeza la marcha pro vida

Donald Trump es el primer presidente de EE UU en sumarse a una marcha antiabortista/EFE
Donald Trump es el primer presidente de EE UU en sumarse a una marcha antiabortista/EFEYuri Gripas / ABACA POOLEFE

Se celebra todos los años, pero la «Marcha por la vida» de éste fue distinta. Por un lado, porque Trump consiguió acaparar toda la atención al convertirse en el primer presidente en la historia de EE UU en participar en una manifestación contra el aborto. Por otro, porque en plena campaña electoral, posicionarse «a favor de la vida» puede garantizar a los republicanos el apoyo católico en las próximas elecciones. Un grupo muy numeroso, con mucho poder en el país. Y Trump lo sabe. «La libertad religiosa ha sido atacada por todo el mundo y, francamente, atacó muy fuertemente a nuestra nación», dijo Trump entre un público entregado, como si de uno de sus mítines electorales se tratara.

Coincidiendo con el centenario del sufragio femenino en EEUU, la manifestación se celebró a lo largo del emblemático paseo de los museos, situado estratégicamente entre la Casa Blanca y el Capitolio. A muy poca distancia y exactamente a la misma hora de donde se estaba celebrando la última sesión de presentación de argumentos por parte de la acusación demócrata en el «impeachment» contra Trump.

Mientras tanto, en las calles de Washington se respiraba un ambiente a campaña electoral difícil de esconder. Las popularizadas gorras rojas, estampadas con el «Make America Great Again» de Trump, se mezclaban entre las pancartas que rezaban «Deja a los bebés vivir», «Reza por poner fin al aborto» o «La vida de los bebés importa». Las portaban, en su mayoría, menores de edad llegados de todos los estados del país. Y es que las propias iglesias y congregaciones a las que pertenecen habían fletado autobuses con miles de jóvenes dispuestos a alzar la voz por defender su causa.

Aunque la interrupción voluntaria del embarazo siga siendo legal en los 50 estados de EE UU, en algunos de ellos ya resulta prácticamente imposible llevarlo a cabo. Es el caso de Louisiana, el último en sumarse a la extensa lista de 17 estados en contra de la interrupción voluntaria del embarazo, al que le siguen Alabama, Misuri, Georgia, Ohio, Oklahoma, Mississippi, Kansas, Kentucky, Iowa y Dakota del Norte, Arkansas o Utah. En paralelo al debate político y social las cifras muestran que los abortos descendieron un 24% en la última década, hasta alcanzar la cifra más baja registrada desde su legalización.

Según datos del Centro para el Control de las Enfermedades (CDC). Los 638.169 procedimientos realizados en el último año del que se disponen datos suponen la cifra histórica más baja registrada desde la despenalización del aborto en EE UU en 1973.