Covid-19
El espionaje estadounidense investiga si el coronavirus salió de un laboratorio chino
El presidente de EE UU vuelve a cargar contra la versión oficial de Pekín y el jefe del Pentágono confirma que se está analizando si el Covid-19 escapó del control de los científicos
El espionaje estadounidense investiga si el coronavirus saltó de un laboratorio chino a la calle. Se trata de una de las teorías favoritas de los aficionados a las conspiraciones. A saber, que el coronavirus nació en un laboratorio chino, saltó a la calle y acabó transformado en pandemia gracias, entre otras cosas, a la férrea censura de la dictadura, que habría mentido para controlar los daños de imagen.
Por si acaso, y al hilo de los ataques de la Casa Blanca contra la OMS, el Pentágono y los servicios secretos estarían investigando si la enfermedad nace en unas instalaciones del Gobierno chino y si éste ocultó el desastre. No se trataría tanto de un accidente relacionado con un arma biológica como de una enfermedad que padecen los murciélagos u otros animales y que habría escapado al control de los científicos.
O como explicaron fuentes de la inteligencia estadounidense a la cadena NBC, está descartado que el coronavirus haya sido creado por el hombre, pero se sabe que en Wuhan existe un importante laboratorio militar y civil en Wuhan, y que en dicho centro «ha realizado investigaciones continuas sobre los coronavirus».
La teoría es que «un empleado de uno de los laboratorios podría haberse infectado accidentalmente y haber salido de la instalación con el virus». Vaya por delante que la comunidad científica internacional sigue sin conocer el origen del virus, que muta cada quince días, lo que hace más bien compatible con un «diseño» natural ganador, y además presenta demasiadas imperfecciones en su información genética como para tratarse de una enfermedad diseñada en el laboratorio. Pero la posibilidad de un virus natural que hubiera salido del laboratorio es un escenario completamente distinto.
Especialmente si tenemos en cuenta que China ha realizado varias investigaciones con coronavirus como el SARS. Por supuesto el Pentágono desconfía desde hace meses de toda la información proveniente de unas autoridades que pecaron de oscurantismo.
Hace tiempo que está claro que Pekín silenció y amenazó a los médicos que a finales de diciembre alertaron de la extraña neumonía. Entre los depurados estaba el doctor Li Wenliang, que sucumbió a la enfermedad. Meses más tarde, en la mejor tradición de los regímenes totalitarios, ya ha sido nombrado Mártir del pueblo. Incluso habría recibido un funeral de estado.
Entrevistado por el programa Today, de la NBC, el secretario de Defensa, Mark Esper, comentó que «esto [la noción de que la enfermedad, aunque no diseñada por los científicos chinos, tuviera su origen en un experimento con coronavirus que afectan a distintos animales] es algo que hemos estado analizando desde hace algún tiempo» y que China «nos ha estado engañando».
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