Coronavirus

El plan de desescalada une a la oposición contra Conte

Fin a la tregua política en Italia, que roza los 28.000 muertos por coronavirus. Salvini sube el tono para frenar su caída en los sondeos, mientras Renzi amenaza con dejar caer al Gobierno

Coronavirus in Italy
Trabajadores desinfectan un restaurante en MilánPAOLO SALMOIRAGOAgencia EFE

La política italiana ha entrado en la «fase 2» antes que la ciudadanía. Después de dos meses en los que el primer ministro, Giuseppe Conte, ha gozado del alto el fuego de la oposición, ayer la sesión de control al Gobierno devolvió al país al ambiente bronco al que está acostumbrado. La jornada había empezado con el «show» montado por el líder de la Liga, Matteo Salvini, que se pasó la noche encerrado en el Parlamento junto a sus diputados, y terminó con las amenazas del ex primer ministro Matteo Renzi de dejar caer al Gobierno. El ajuste de cuentas ya ha comenzado.

El más duro en su intervención fue Renzi, quien formalmente apoya al Ejecutivo, aunque periódicamente intenta empujarlo al precipicio. «No le negamos plenos poderes a Salvini para ahora dárselos a otro», le espetó a Conte. Y llevó su ultimátum más allá: «Presidente, usted está en una encrucijada: si en la ‘fase dos’ elige el populismo, no tendrá a Italia Viva a su lado». El ex primer ministro formó un partido centrista, al que se llevó a una treintena de diputados del socialdemócrata Partido Democrático, para que sus decisiones fueran determinantes en la suerte del Ejecutivo. Sin sus senadores el Gobierno perdería la mayoría, aunque Conte podría buscar un nuevo aliado en Forza Italia, la formación de Silvio Berlusconi, que ha mostrado una actitud muy colaborativa durante la crisis.

Mientras, el juego de equilibrios se mueve en la derecha. Según un reciente sondeo de Ipsos para el «Corriere della Sera», la Liga de Matteo Salvini ha caído seis puntos en solo un mes, por lo que la intención de voto para su partido se sitúa en el 25%. Así se explica la intención de Salvini de tomar de nuevo la escena, con una imagen como la del encierro en el Parlamento, que no aporta demasiada seriedad en un momento todavía delicado.

Más tarde, su discurso en el Senado fue pobre y se limitó a pedir a Conte que «se dejara de palabras y que la próxima vez vuelva al Parlamento con hechos». La tarea de la reconstrucción, que se traduce en una caída de la economía del 4,7% en el primer trimestre, ya ha provocado las protestas de algunos sectores como los comerciantes, deseosos de reanudar la actividad.

Salvini huele ese descontento, pero quien recoge también un mismo humor con mayores dosis de sentido institucional es Giorgia Meloni, líder del ultraderechista Hermanos de Italia. Ella es quien más se favorece de la caída de Salvini en las encuestas, por lo que su constante escalada ya le otorga un 14% en los sondeos. «Señor presidente, ¿estamos bromeando? Usted está pidiendo que aprobemos una ley que dice que le demos plenos poderes», dijo en su intervención en la Cámara de Diputados. Curioso que los mensajes de Meloni y Renzi, en espectros políticos opuestos, sea un calco.

Desde las regiones sigue el acoso al Ejecutivo, con medidas contrarias a las dictadas desde Roma. Y así Conte se defendió durante su intervención parlamentaria, al asegurar que «las iniciativas de los entes locales son ilegítimas».

El primer ministro prometió que habrá una revisión de los criterios cada dos semanas y, en función de ellos, se pueden ir anticipando las medidas de reapertura por territorios a partir del 18 de mayo. «A riesgo de ser impopular, el Gobierno no puede asegurar de modo inmediato la vuelta a la normalidad», se justificó ante las críticas por su conservador plan de desconfinamiento.

El lunes volverán al trabajo unos cuatro millones de personas, de fábricas y manufacturas. El 18 de mayo abrirán museos, bibliotecas y comercios minoristas, y el 1 de junio bares, restaurantes y peluquerías y centros de estética, todo ellos con medidas de distanciamiento y seguridad.

Menos casos y más altas hospitalarias

Italia registra hoy 205.463 casos totales de coronavirus, con un aumento de 1.872 en las últimas 24 horas, en una jornada en la que hubo 4.693 personas curadas y dadas de alta, la cifra más alta desde el inicio de esta emergencia sanitaria.

Los muertos son ya 27.967, con 285 más respecto al miércoles, y los casos positivos actuales son 101.551, con 3.106 menos que el día anterior, la mayor disminución hasta ahora a pesar de realizarse más pruebas de detección. Desde el inicio de la emergencia se han curado ya 71.252 personas, según los datos difundidos por el jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, en una conferencia de prensa.

Los datos de hoy fueron calificados de “muy reconfortantes” por el doctor Luca Richieldi, neumólogo miembro del comité técnico científico que asesora al Gobierno italiano, presente en la misma conferencia de prensa. Richieldi señaló que las cifras “van en la dirección justa”, y destacó que en seis regiones no se ha registrado ningún fallecimiento las últimas 24 horas y en nueve solo ha habido menos de diez muertos. También destacó que con las medidas adoptadas hasta ahora se ha conseguido una “drástica caída de la presión sobre los hospitales”, informa Efe.

De acuerdo a las cifras de hoy, de los más de 100.000 positivos actuales, el 80% (unos 82.000) están en aislamiento en sus domicilios, hay unos 18.000 hospitalizados con síntomas en todo el país, y menos de 1.700 los ingresados en cuidados intensivos.

Precisamente, la mejora de la situación respecto al coronavirus llevó al jefe de Protección Civil, Borrelli, a anunciar que la de hoy será la última conferencia de prensa. Estas comparecencias eran diarias al principio de la crisis y desde hace dos semanas eran bisemanales.