Estados Unidos
Trump firma una orden ejecutiva para acallar a las redes sociales
La Casa Blanca aviva su batalla con Silicon Valley y rebaja la inmunidad de Twitter o Facebook a la hora de publicar los comentarios de sus usuarios
Avanza imparable la guerra entre Donald Trump y las grandes empresas de internet. El miércoles amenazaba con tomar medidas contra Twitter y este jueves ha cumplido su palabra. El presidente de EE UU ha firmado una orden ejecutiva dirigida a empresas de redes sociales que, según ha explicado, tiene como objetivo “defender la libertad de expresión de uno de los mayores peligros a los que se ha enfrentado nunca Estados Unidos”.
El mandatario norteamericano, que ha tenido recientemente un encontronazo con Twitter por poner en duda la veracidad de uno de sus mensajes, ha insistido en que “cerraría" la red social “si eso fuera legal”.
“Un pequeño grupo de monopolios de redes sociales controla una gran parte de las comunicaciones privadas y públicas en Estados Unidos”, lamentó el magnate antes de señalar que “tienen poder para censurar, restringir, editar y alterar cualquier tipo de comunicación entre ciudadanos privados y grandes audiencias”.
La cadena de televisión CNN habría tenido acceso a un borrador del texto que básicamente ataca parte de las protecciones legales con las que cuentan las empresas de internet. En virtud de una ley de 1996, la llamada Communications Decency Act., las plataformas estaban eximidas de responder acerca de cómo seleccionan, moderan o filtran el contenido de los mensajes que publican sus usuarios. Dado el volumen sencillamente monstruoso del tráfico los gigantes de Silicon Valley siempre han aducido que es imposible proceder de otra forma y que no resta sino avisar al presunto infractor a posteriori, suprimiendo los contenidos que se juzguen impropios.
CNN llega a afirmar que según varios expertos que estas 26 palabras crearon internet tal y como lo conocemos. Pero Trump entiende que «en un país que siempre ha valorado la libertad de expresión no podemos permitir que un número limitado de plataformas online puedan elegir los discursos a los que acceden los americanos».
La cadena también adelantó que, en opinión del presidente, se trata de «una práctica fundamentalmente antiamericana y antidemocrática. Cuando grandes, poderosas empresas de redes sociales censura las opiniones con las que no están de acuerdo, ejercitan un peligroso poder». El rifirrafe, por su puesto, tiene que ver con el monumental enfado de Trump cuando Twitter adosó una alerta de bulo junto a los tuits donde el presidente, fiel a una tradición que mantiene desde varios años, repitió sus denuncias del supuesto fraude cometido en el voto por correo durante las elecciones presidenciales de 2016. Unas denuncias nunca sustanciadas por ningún tipo de pruebas ni delante de ningún tribunal. Pero que gozan de gran predicamento entre los partidarios de las teorías de la conspiración.
Del otro lado no es menos cierto Twitter ha sido acusada repetidamente de censurar y bloquear comentarios en redes sociales que difícilmente podrían tacharse de delictivos delante de un juez, o que Facebook jugó un papel poco lucido, ciertamente lento, durante los procelosos meses previos a las elecciones presidenciales de hace cuatro años, cuando los bots extranjeros y los servicios secretos de otros países trataban de desestabilizar el proceso democrático en Estados Unidos.
Según CNN, la orden ejecutiva de Trump acusa a determinadas empresas de «invocar justificaciones inconsistentes, irracionales y sin pruebas para censurar o castigar el discurso de los americanos en su hogar». De paso acusa a estas mismas empresas de facilitar que dictaduras como China espíen a sus ciudadanos. Son los tambores de guerras que anuncian unas elecciones a cara de perro, mientras el país supera los 100.000 muertos.
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