Bolivia

Cuatro claves que explican la posible vuelta del partido de Evo Morales al poder en Bolivia

El candidato del MAS, Luis Arce, lidera las encuestas de las elecciones presidenciales

El candidato del MAS Luis Arce
El candidato del MAS Luis ArceNatacha PisarenkoAP

Las élites bolivianas no logran explicar por qué el partido de Evo Morales, el MAS, y su candidato a las elecciones presidenciales, Luis Arce, y legislativas del próximo 18 de octubre lideran las encuestas muy por encima del segundo aspirante. Evo Morales salió del poder en noviembre del año pasado tras ser acusado de fraude electoral en base a un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) y protestas en las calles que dejaron más de 30 muertos.

Fue el colofón a un proceso de malestar que había ido creciendo tras el referéndum de 2016, cuando el Gobierno preguntó sobre un cambio en la Constitución para permitir la reelección indefinida. Los bolivianos dijeron “no”, con un 51,3% frente al 48,7% de las papeletas. Sin embargo, el Gobierno desoyó el mensaje de las urnas y finalmente en 2017 el Tribunal Constitucional dio luz ver a la reelección de Evo Morales.

La última encuesta (Ciesmori) parece haber reducido las distancias entre los candidatos. Así, el izquierdista Luis Arce lograría en la primera vuelta el 30,6% de los votos seguido del centrista Carlos Mesa, del partido Comunidad Ciudadana, con el 25% de los apoyos. Mesa fue presidente de Bolivia entre 2003 y 2005.

Mala gestión de la pandemia

Jeanine Áñez, de tendencia conservadora, es la presidenta del Bolivia desde noviembre del año pasado. Dirige un gobierno de transición muy cuestionado por la mala gestión de la pandemia, que ha causado según las cifras oficiales casi 8.000 muertos y 135.000 positivos. En julio, las autoridades declararon el estado de “calamidad pública”, que le permite autorizar fondos no autorizados por la ley de presupuestos para hacer frente a situaciones adversas como la originada por la covid-19. Áñez, a tenor de los malos resultados que le dan las encuestas, decidió retirarse de la pelea por la presidencia.

División de la derecha

El centrista Carlos Mesa, que quedó segundo en las elecciones de octubre del año pasado y que según los sondeos quedaría en segunda posición en los comicios del 18 de octubre, no tiene la fuerza suficiente para superar a Luis Arce, el candidato del MAS. El tercero según las encuestas es Luis Fernando Camacho (con el 12,7% de acuerdo a la encuesta citada), líder regionalista que obtuvo protagonismo en las protestas tras la salida de Evo Morales. De tendencia ultraconservadora, representa los intereses de las élites de Santa Cruz. Según los analistas, solo la unión de estos dos líderes podría despojar al MAS del Gobierno en una hipotética segunda vuelta. En Bolivia, para ganar la presidencia se necesita ele 50% de los votos en primera vuelta o el 40% más una ventaja de diez puntos sobre el segundo candidato. Ni la retirada el pasado septiembre de Jeanine Áñez de la carrera presidencial, para propiciar un trasvase de votos al candidato derechista con más posibilidades, Carlos Mesa, parece suficiente para acabar con las aspiraciones del partido de Morales.

Crecimiento económico

Durante los años de Evo Morales al frente de la presidencia, el entonces presidente indígena presumió de un crecimiento sostenido del PIB por encima de la mayoría de sus vecinos de la región. Fue lo que el Ejecutivo llamó el “milagro económico boliviano”. Durante su mandato, el Fondo Monetario Internacional llegó a felicitar al Gobierno boliviano por “su sólido desempeño económico”. Muchos venezolanos consideran que el evismo trajo al país una mayor y mejor distribución de la riqueza. Luis Arce, candidato del MAS, se postula como el salvador en medio de la actual crisis económica causada por la pandemia y alargada por los estragos del confinamiento. Arce esgrime su experiencia como ministro de Economía durante los últimos años y se coloca como artífice del periodo de bonanza económica boliviana.

Apoyo de los sectores populares

Las encuestas demuestran que el MAS de Evo Morales no ha perdido una buena parte de la base de apoyo popular, que no baja del 30%. Este partido, además, se sitúa como la única fuerza de izquierdas capaz de alcanzar el poder en Bolivia. Desde que asumió la presidencia en enero de 2006, el Movimiento al Socialismo (MAS) ha logrado articular una red de apoyos entre los sindicatos y las clases urbanas populares. En una entrevista al diario argentino Página 12, Luis Arce, el candidato izquierdista, reconoció que pese al apoyo popular expresado en los sondeos, la posibilidad de una segunda vuelta es probable: “Claro que si se cumpliera el tema de la segunda vuelta estamos seguros de que todos los partidos de derecha se van a unir, porque son una sola cosa toditos ellos, van a aplicar políticas neoliberales y la situación va a ser mucho más complicada para nosotros, pero no imposible. Ellos pensaban que el MAS se había muerto después de catorce años de gobierno y se equivocaron. El MAS sigue vivo y sigue fuerte”.