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Tarjeta amarilla de la UE a Boris Johnson por violar el Acuerdo del Brexit

La Comisión Europea abre un expediente a Reino Unido y le da un mes para modificar la ley que incumple el tratado de salida antes de iniciar un largo litigio

Ultimátum tras ultimátum. La Comisión Europea anunció ayer la apertura de un procedimiento de infracción contra Reino Unido por haber tramitado la ley que le permitirá infringir el acuerdo de divorcio negociado con los Veintisiete el pasado año.

Londres tiene un mes para rectificar. Si no lo hace, el Ejecutivo comunitario continuará con un proceso que puede desembocar en un largo e incierto litigio ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE)

Repercusiones legales aparte, la ofensiva británica cuestiona su credibilidad internacional en un momento en el que Londres ansía firmar nuevos acuerdos comerciales con países terceros y hablar con su propia voz dentro del incierto tablero internacional del siglo XXI. La diplomacia europea cree que Downing Street acabará claudicando por su propio bien.

Aunque la tramitación de la ley por parte de Reino Unido no ha sido una sorpresa, Bruselas prefiere por el momento guardarse posibles ases en la manga y evitar el choque de trenes. El lunes, tras una reunión en el Comité Conjunto que supervisa la aplicación de acuerdo de divorcio, Bruselas fue informada de que Londres no tenía intenciones de retirar este nueva norma. Por el momento, se desconoce cuál puede ser el alcance de la ofensiva legal, ya que nada indica que Londres vaya a cumplir las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE si se produce un Brexit caótico el 31 de diciembre.

Después de que la madrugada del 1 de octubre caducase el plazo del primer ultimátum con Reino Unido haciendo caso omiso a las advertencias del Ejecutivo europeo, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, compareció ayer en una brevísima comparecencia que no llegó a los dos minutos de duración y sin derecho a hacer preguntas..

«Este proyecto de ley es por su propia naturaleza una ruptura de la obligación de buena fe que se recoge en el Acuerdo de Retirada. Es más, si se adopta tal y como está entrará en contradicción sobre Irlanda e Irlanda del Norte», subrayó Von der Leyen.

Aunque Bruselas reconoce que la confianza con Reino Unido se encuentra severamente dañada, el club comunitario parece haber hecho de la adopción de las virtudes de su enemigo su mejor estrategia. La tan cacareada flema británica se ha apoderado de los Veintisiete. Si el «premier» Boris Johnson pretendía desquiciar a sus antiguos socios con esta amenaza, ha cosechado escaso éxito. Londres no va a conseguir que los Veintisiete se levanten de la mesa de negociaciones y que las culpas de un posible Brexit caótico el 31 de diciembre o de una nueva frontera dura en el Ulster caigan sobre las espaldas comunitarias.

De momento, Bruselas se limita a ganar tiempo y a seguir negociando en los dos frentes: tanto la relación futura como la adopción del acuerdo de divorcio adoptado en 2018. De hecho se esperan más reuniones en octubre. «La Comisión continuará trabajando duro para una aplicación plena y en plazo del Acuerdo de Retirada. Nosotros cumplimos nuestros compromisos», aseguró Von der Leyen.

Hoy el negociador europeo, Michel Barnier, deberá informar sobre los progresos de la nueva ronda negociadora con Londres durante esta pasada semana. A pesar de que está previsto que hoy los jefes de Estado y de Gobierno sean informados sobre los avances en las negociaciones, se espera que este tema pase de soslayo y centra la cumbre del 15 de octubre. Hasta entonces, los Veintisiete confían en seguir negociando y no quieren perder ninguna oportunidad.