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Los escándalos oscurecen la lucha contra la corrupción de López Obrador

El presidente mexicano pierde credibilidad en una de sus principales banderas políticas

El presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa matutina
El presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia de prensa matutinaPRESIDENCIA MÉXICOEFE

La principal bandera política con la que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, arrasó en las urnas hace más de dos años ha sufrido varios reveses que podrían lastrar el resto de su mandato hasta 2024. La lucha contra la corrupción fue el mensaje que caló en millones de votantes, pero últimamente han aparecido varios casos en las filas del presidente que están poniendo a prueba hasta qué punto se toma en serio la eliminación de los malos manejos que durante décadas han lastrado la vida pública mexicana.

A finales de septiembre estalló uno de los casos más sonados al interior de una nueva institución creada por la administración de AMLO para combatir la corrupción, bautizada con el poco ortodoxo nombre de Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP). Su director Jaime Cárdenas, aliado y amigo del presidente desde hace años, dimitía y ventilaba irregularidades en el organismo, que debía encargarse de subastar bienes decomisados al crimen organizado para obtener fondos públicos.

En su carta de renuncia después de estar solo tres meses en el cargo, Cárdenas denunció presuntos robos de bienes incautados, «mutilación de joyas», manipulación de subastas para favorecer a afines, «contratos favorables a las empresas y no al INDEP» y uso inadecuado de los sistemas informáticos de subastas electrónicas.

Cárdenas señaló que presentaron denuncias por las sustracciones ante la Fiscalía General de la República (FGR) pero López Obrador desdeñó el asunto. «Si hay denuncias se van a investigar como tiene que ser, pero esto es, más que nada, un asunto politiquero, no hay nada de qué preocuparnos», zanjó el presidente mexicano. Tras su dimisión Cárdenas reconoció que tuvo desencuentros con López Obrador y su equipo porque le pedían tomar decisiones sin respetar los procedimientos como despedir trabajadores y cancelar contratos.

«Ellos creían que yo iba a tener una obediencia total, ciega, a lo que me dijeran y desde luego, no tenían que convencerme, yo ya estaba convencido, pero la diferencia estuvo en ese método en cumplimiento de procedimientos», dijo en una entrevista al diario Reforma. Sin embargo, este caso «no es la primera grieta» en la cruzada anticorrupción de AMLO según recoge un amplio análisis publicado por la agencia Reuters.

Los vídeos publicados este verano en los que aparece su hermano recibiendo sobres con dinero, las acusaciones contra su cuñada en el Ayuntamiento de su ciudad natal y las compras a sobreprecio de ventiladores para tratar a enfermos de la covid a la empresa del hijo de uno de sus más altos funcionarios; pueden minar la imagen de tolerancia cero a la corrupción de cara a las elecciones legislativas y de gubernaturas estatales que se van a celebrar el próximo año y que son clave. En junio de 2021 el partido oficialista Morena buscará repetir la mayoría en la Cámara de Diputados, además de competir por 15 gubernaturas, 30 congresos estatales y miles de cargos locales.

El hermano del presidente, Pío López Obrador, apareció en unos vídeos difundidos a mediados del pasado mes de agosto recibiendo dinero presuntamente para financiar la campaña electoral de Morena, el partido de AMLO, en el estado de Chiapas. Los vídeos están fechados en 2015 y quien entrega los sobres es David León, que entonces trabajaba para el Partido Verde y posteriormente se convirtió en funcionario del gobierno de AMLO. El asunto aún no se ha aclarado aunque el presidente negó que se tratara de un acto de corrupción. La prueba de que el tema no es baladí es que David León fue apartado y no llegó a asumir el importante cargo que le había dado el presidente mexicano al frente de la distribución de medicamentos en el país en medio de la pandemia de la covid-19. Varios partidos de oposición presentaron denuncias ante la FGR, pero aún no se conocen avances.

Solo unos días después la cuñada de AMLO, Concepción Falcón, y regidora en su pueblo natal, Macuspana, dimitió junto al alcalde y otros diez funcionarios por la imposibilidad de gobernar el municipio, según sus explicaciones, aunque legisladores locales de oposición señalaron que la renuncia tenía que ver con un desfalco de unos 10 millones de dólares. Tal como publicó el periódico «Reforma» el desfalco está acreditado en el órgano de control municipal aunque los documentos no se han hecho públicos por el momento. El asunto aún se está investigando por las autoridades estatales y por el momento no hay ninguna denuncia presentada, como se encargó de recordar López Obrador que calificó de «pasquín inmundo» a la cabecera que destapó el caso. El mandatario izquierdista ha reiterado en innumerables ocasiones que no le temblará el pulso en actuar contra los corruptos y no protegerá ni siquiera a los miembros de su familia.

«Si un familiar comete un delito, debe ser juzgado, sea quien sea. El pueblo quiere que no haya influyentismo, nepotismo, amiguísimo, ninguna de esas lacras», dijo en referencia a este tema. Muchos consideran inocente su estrategia anticorrupción basada en su honestidad personal y la de sus colaboradores para dar ejemplo al resto del país, pero AMLO presume de resultados y dice que su plan de austeridad y anticorrupción le han ahorrado al estado mexicano 26.500 millones de dólares. También promueve un referéndum contra los ex presidentes para que sean juzgados por corrupción. Ahora su credibilidad está en juego y el país observa atento si es capaz de limpiar su propia casa.