EE UU

Al menos tres heridos en la explosión intencionada de Nashville

La investigación apunta a que se ha producido en una caravana aparcada en la calle y que sería “intencionada”

Como si el tornado de marzo de este mismo año hubiera vuelto a pasarle por encima, la céntrica Segunda Avenida de Nashville, capital del estado de Tennessee, despertaba el día de Navidad totalmente destrozada. Una fuerte explosión a las 6:30 de la mañana truncaba todos los planes navideños de sus habitantes, poniendo en alerta por posible terrorismo doméstico al resto del país.

“Esto parece ser un acto intencionado. Las Fuerzas de Seguridad están cerrando las calles mientras continúa la investigación”, anunciaba la Policía estatal pocas horas después de la detonación, al confirmar graves daños ocasionados por la explosión en fachadas de edificios colindantes, árboles y espacios públicos.

Las autoridades locales, estatales y federales trabajaban conjuntamente y a contrarreloj, y lo hicieron durante toda la jornada navideña, para tratar de esclarecer los detalles del suceso y evitar cualquier posible riesgo a un nuevo ataque.

Al parecer, una autocaravana aparcada en el número 166 de la Segunda Avenida levantó todas las sospechas de los agentes después de que una información confusa anunciara que se había producido un tiroteo múltiple en la zona, según varios testigos. Los agentes recibieron el mensaje de alerta de una reproducción grabada como advertencia del ataque unos 15 minutos antes de la explosión.

La Policía llegó a tiempo de avisar a los vecinos de las viviendas afectadas para que desalojaran cuanto antes su interior. A las 6:30 de la mañana del día de Navidad, explotó un coche bomba en céntrica zona situada al norte de la Segunda Avenida.

La turística calle de la capital de la música country se convertía en pedazos de miles de destrozos. Cristales, piedras, árboles, viviendas, tiendas, vehículos, material urbano y un sinfín de destrozos se acumularon entre las llamas de la bomba, dando paso a las cenizas de su destrucción y dejaron unas imágenes devastaras.

Como consecuencia de la explosión, un policía local resultó herido y otras dos personas también tuvieron que ser hospitalizadas, mientras el Departamento de Policía de Nashville, el FBI y la agencia federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos se hicieron cargo de la investigación.

“Queremos asegurarnos de que todos están a salvo”, anunciaron pocas horas después las autoridades, dando a conocer que no tenían constancia de ninguna preocupación por un nuevo ataque inminente.

“Feliz Navidad, desgraciadamente. A nadie le hubiera gustado celebrar así el día de Navidad”, aseguraba el Fiscal General de Estados Unidos en Nashville, calificando la jornada como “Navidad trágica”.

Con la finalidad principal de averiguar cuanto antes qué había pasado y tomar medidas en consecuencia, las autoridades hicieron también un llamamiento a la población a colaborar con la investigación. “Por favor, avísenos si saben algo”.

El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos seguía muy de cerca el minuto a minuto del ataque. “Estamos al tanto y monitoreamos la situación en Nashville. Se insta al público a seguir las instrucciones de los funcionarios locales. Más para seguir”, publicaron en sus cuentas oficiales.

Policías, bomberos y asistencia sanitaria permanecieron desde primer ahora de la mañana en la zona, entre la destrucción total de los edificios colindantes que se vieron afectados por la explosión. Los medios nacionales informaban del “milagro en Navidad” en Nashville al contabilizar, en un principio, tan sólo tres heridos hospitalizados, a pesar de la fuerte explosión provocada por la bomba en el interior del vehículo.

2020 ha sido un año particularmente dramático en Nashville. Dos tornados arrasaron el pasado 3 de marzo, en pleno inicio de pandemia de coronavirus, el centro de Tennessee, incluida la capital del estado. El desastre dejó al menos 22 víctimas mortales y una destrucción total a su paso, así como por la misma zona exacta de la explosión.

Las redes sociales se inundaron de rumores sobre el motivo del “ataque intencionado”, apuntando a un posible atentado de terrorismo doméstico. Mientras tanto, el presidente Donald Trump mantenía silencio absoluto durante horas desde Mar-A-Lago, donde se había trasladado con la primera dama para festejar, junto al resto de la familia, las fiestas navideñas.

Desde Florida, Trump insistía en acusar a los demócratas de haber robado “las elecciones presidenciales amañadas” y recordaba, a través de su cuenta en Twitter, que ayudó a “8 senadores a ganar sus carreras y qué rápido se han olvidado”, en alusión al consenso bipartidista del Congreso en el que, hace unos días, aprobó el paquete de estímulos, por valor de 900.000 millones de dólares, para paliar los efectos económicos de la pandemia.