Rusia-EE UU

La primera llamada de Biden a Putin: injerencia, armas nucleares, Navalni y Ucrania

Según el Kremlin, ambos mandatarios habrían llegado ya a un acuerdo para prolongar el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias

El primer ministro ruso Vladimir Putin y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una imagen de archivo en Moscú
El primer ministro ruso Vladimir Putin y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una imagen de archivo en MoscúAlexander NatruskinREUTERS

El presidente Joe Biden habló este martes con su homólogo ruso, Vladimir Putin, para solicitarle la liberación del opositor Alexei Navalni, detenido en el aeropuerto tras desembarcar de un vuelo desde Alemania. Los derechos humanos y las reivindicaciones de los opositores coparon parte de la llamada telefónica en la que también hubo tiempo para hablar de Ucrania, eterno generador de desacuerdos entre los dos países, de la situación en Afganistán y las denuncias de que Rusia habría puesto precio a los soldados estadounidenses allí desplegados, las interferencias en las elecciones de 2020 y, por supuesto, la renovación del acuerdo START (que expiraba el 5 de febrero).

De hecho, según un comunidado del Kremlin, ambos mandatarios habrían llegado ya a un acuerdo para prolongar el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias. “Los presidentes expresaron su satisfacción por el intercambio hoy de notas diplomáticas sobre el acuerdo para la prolongación del tratado de armamento ofensivo estratégico”, dice la nota, añadiendo que “en los próximos días” se completarán todos los procedimientos necesarios para garantizar la extensión.

Biden ya anunció durante la campaña electoral que uno de sus objetivos más inmediatos pasa por confirmar los tratados de control de armas nucleares con Rusia. La situación diplomática lleva años a expensas de las denuncias contra el Kremlin por haber intentado influir en las elecciones de 2016, investigadas en su momento por el fiscal especial Robert S. Mueller, que también indagó en las presuntas responsabilidades del equipo electoral del entonces candidato, Donald Trump. La situación volvió a tensarse después de las acusaciones contra Rusia por las elecciones de 2020.

Por lo demás, tanto los gobiernos de Trump como, antes, de Barack Obama, han acusado a Rusia de violar varios de los acuerdos suscritos por las dos naciones para evitar la proliferación nuclear. En 2014 Estados Unidos sostuvo que Rusia experimentaba con misiles de crucero terrestres, a lo que el Kremlin respondió ofreciendo que los observadores internacionales pudieran revisar el desarrollo de las armas denunciadas. Andrea L. Thompson, subsecretaria de Estado para el Control del Armamento y la Seguridad Internacional con el presidente Obama, explicó entonces que no era suficiente.

El anuncio de la conversación entre Biden y Putin fue realizado por la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. Un portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, le explicó a Matthew Chance, de la CNN, que «Putin presentó las explicaciones necesarias cuando Biden pidió a Rusia que liberara a Navalni». Psaki confirmó a los periodistas que la llamada estaba programada desde hacía tiempo y que la voluntad de la Casa Blanca es que el acuerdo START sea renovado por otros cinco años. Fue contundente en subrayar «nuestro apoyo a la soberanía de Ucrania, bajo la continua agresión de Rusia».

En un breve comunicado posterior, el gobierno de Estados Unidos quiso dejar claro que «EE UU actuará con firmeza en defensa de sus intereses nacionales en respuesta a las acciones de Rusia que nos perjudiquen a nosotros o a nuestros aliados». Rusia, por su lado, aseguró que el presidente Biden pidió que los dos países trabajen para normalizar sus relaciones.

El Nuevo START, suscrito el 8 de abril de 2010 en Praga por los entonces presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev, limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire. La anterior Administración estadounidense insistió en la participación de China en las negociaciones, algo que rechaza Pekín y que en ningún momento apoyó Moscú.

Rusia, a su vez, ha dicho que en todo caso habría que incluir en las negociaciones también a Francia y el Reino Unido, las otras dos potencias nucleares declaradas de Occidente y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. Moscú y Washington tienen un 90% de todas las armas nucleares que existen en el planeta.