EE UU

Joe Biden anuncia por primera vez que se presentará a la reelección en 2024

El presidente norteamericano ofrece su primera rueda de prensa desde que llegó a la Casa Blanca. Promete dar solución a la situación de los niños en la frontera, aumentar el ritmo de vacunación y rescatar la economía

El presidente de EE UU, Joe Biden, ha doblado el objetivo de personas vacunas durante los primeros 100 días de su presidencia. Si antes habló de 100 millones, que se lograron en apenas 58 días, ahora serán 200 millones. Son unas cifras imponentes, que llegan mientras Estados Unidos rebasaba el cabo de los 540.000 muertos atribuidos al Covid-19.

Esto significa que todos los adultos de Estados Unidos podrán ser elegibles para vacunarse antes del 1 de mayo. A diario se vacuna a 2,5 millones de personas. Más de un cuarto de la población ha recibido al menos su primera dosis y el porcentaje de ciudadanos completamente vacunados es del 14%. Sus palabras llegaron durante su primera conferencia de prensa. Cumplidos ya los dos meses de aniversario, 65 días, en la Casa Blanca. Había ganas de escucharle delante de los periodistas, sin relatos guionizados ni cuestiones filtradas.

Crisis migratoria

El otro gran frente, la situación en la frontera, ha consumido parte de la intervención. Biden criticó severamente la situación de los niños, hacinados en los centros de detención de inmigrantes. Prometió que su Gobierno «actuará con urgencia». «Vamos a sacar a mil de esos niños rápidamente. Para eso he estado trabajando desde el momento en que esto comenzó, para que los niños puedan vivir de manera segura». Entiende que a pesar de la situación, caótica, el problema puede solucionarse.

A Biden también le preguntaron por la ley que acaba de aprobar Georgia, donde los legisladores votaban con la idea de endurecer los requisitos y controles para poder votar. El presidente citó las leyes Jim Crow, estandarte y soporte de la segregación hasta mediados del siglo XX. Comentó que las medidas para limitar el voto son «antiamericanas». «Voy a hacer todo lo que esté en mi poder para evitar que eso se convierta en ley», añadió.

La ley de Georgia exigirá una identificación oficial para votar en ausencia, en un Estado donde las diferencias socioeconómicas son recias y donde los votantes más pobres, generalmente negros, tienen problemas para cumplir con ciertos requisitos. Hay cientos de proyectos similares en todo el país. Aunque tanto los servicios secretos como los encargados de velar por la ciberseguridad y los secretarios de los diferentes Estados aseguraron que las elecciones de 2020 fueron unas de las más limpias y seguras de la historia de los Estados Unidos.

Limitar el voto de los desfavorecidos

Los demócratas denuncian que la apuesta, defendida para evitar teóricos fraudes, suena más a una ofensiva para estrangular el caudal de votos de los más desfavorecidos. Los demócratas del Congreso quieren crear un registro a nivel nacional. Pero no está claro que pueda salir adelante. Todo esto mientras los dos partidos toman posiciones de cara a las elecciones de 2022, que viene cargado de comicios al legislativo.

Por si hubiera alguna duda respecto a su disposición, Biden dejaba claro que espera presentarse dos años más tarde, en 2024. La reelección, entonces, no es ya una hipótesis de campaña. Quién sabe si entonces no volverá a enfrentarse con Donald Trump, que sigue sin despejar las dudas al tiempo que destacados miembros de su gobierno, como el ex vicepresidente, Mike Pence, y el ex secretario de Estado, Mike Pompeo, barajan sus propias aspiraciones a la Casa Blanca.

La amenaza de Corea del Norte

Al presidente le preguntaron por Corea del Norte y advirtió de que la dictadura asiática debería de pensarse sus próximos pasos y no persistir en las provocaciones. Aseguró que el gobierno de Estados Unidos está en contacto con todos sus socios para determinar la respuesta más eficaz posible si el régimen de Pyongyang sigue empeñado en su carrera de propaganda. «Habrá respuestas si optan por escalar», dijo.

Recuperación post covid

Fue todo lo contundente que esperan sus partidarios y no rehuyó el combate. Prometió que el país seguirá en la senda de la recuperación económica. Habló de las cifras de paro y del crecimiento del PIB. Celebró el plan de estímulo económico y sostuvo que cientos de millones de dólares ya han llegado a las cuentas bancarias de millones de estadounidenses.

En su opinión la guerra contra la pandemia es indistinguible de la lucha para salvar la economía. Los enemigos de Biden apostaban a que su avanzada edad le impediría comportarse con agilidad frente a una audiencia de sabuesos. Pero al igual que Trump, aunque en otra frecuencia, demostró que los presidentes saben brillar delante de los micrófonos.

Había bulimia por escucharle sin teleprompter ni papeles, lejos de los discursos oficiales, una hora mano a mano con los reporteros. No defraudó. Y nada sonó más prometedor que el anuncio de un colosal plan de infraestructuras, que podría hacer público esta misma semana. No está claro de dónde saldrá el dinero, aunque en campaña ya avanzó que espera poder subir los impuestos a las grandes empresas y fortunas. Con independencia de que se esté o no de acuerdo con la melodía, la rueda de prensa olía ya a titulares.

Hacía mucho, desde que Trump abandonó la Casa Blanca, que los periodistas no recibían tanta munición para armar sus portadas.