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Unos agentes disparan a un joven negro en un hospital de Ohio

Es el segundo caso de violencia policial en menos de una semana

Un hombre murió este jueves por los disparos de la Policía en el hospital de Mount Carmel St. Ann en Westerville (Ohio). El vídeo de su muerte, capturado por las cámaras que los oficiales portan en el uniforme, ha desencadenado la enésima ola de controversia. Vuelven a estar sobre el tapete los modos, sesgos y acciones de una Policía relacionada con demasiados incidentes mortales cada año. A la polémica hay que añadir que el sujeto, Miles Jackson, de 27 años, era negro.

Al parecer, Jackson fue conducido por los propios agentes al hospital. Una vez allí le piden que se ponga de pie para poder registrarlo. A sus palabras le sigue un forcejeo, que termina con uno de los policías usando repetidamente su pistola Taser sobre Jackson. Segundos más tarde, un segundo oficial abre fuego con su pistola. La investigación está en manos de la Fiscalía y del FBI, mientras los agentes involucrados han sido temporalmente apartados del servicio.

Todo esto sucede apenas cinco días más tarde que de la oficial de Policía Kim Potter, en Brooklyn Center (Minesota), acabara con la vida de un hombre negro de 20 años, Daunte Wright. Potter, con un cuarto de siglo de experiencia en el cuerpo, deberá responder a una acusación de homicidio en segundo grado. La agente detuvo a Wright en un control de tráfico el domingo. Éste intentó huir y cuando Potter trató de inmovilizarlo con su pistola Taser, sacó por error su arma de fuego y acabó con su vida. El incidente ya le ha costado el puesto al jefe de la Policía local, Tim Gannon, que dimitió el martes. También ha resultado en la posibilidad de Potter, de ser condenada, cumpla hasta 10 años de cárcel.

Como consecuencia, la ciudad ha vivido varias noches de graves disturbios y el gobernador de Minesota declaraba el toque de queda. Para la familia del muerto las explicaciones de la Policía, el teórico accidente, son insuficientes. Acompañados por los familiares de George Floyd entienden que «hubo una serie de eventos intencionales que llevaron a la muerte de su hijo y necesitamos averiguar exactamente por qué sucedieron cada uno de esos actos intencionales».

Mientras, en Mineápolis continúa el juicio por la muerte de Floyd a manos de otro agente de policía, Dereck Chavuin. El caso, provocó una ola de indignación y manifestaciones en EE UU, actuó como una suerte de acumulador de cólera colectiva y generó las mayores protestas raciales en varias décadas. Cientos de miles de personas salieron a las calles exigiendo responsabilidades a la Policía, a la que acusan de comportarse con intolerable racismo, mientras se sucedían los incidentes, ardían decenas de comercios y ciudades como Portland llegaban a declarar zonas libres de la policía. La magnitud de los disturbios fue tal que condicionaron el curso de la campaña electoral y obligaron a los dos candidatos a posicionarse de forma inequívoca.

En relación a los sucesos de Ohio, el fiscal general del Estado, Dave Yost, señala que la investigación del tiroteo sigue en curso y que está en disposición de «confirmar, mediante pruebas balísticas preliminares, que el difunto tenía un arma y se dispararon». Sus hombres continúan «entrevistando a los testigos».