Ejecuciones
Filiales del Estado Islámico y de Al Qaeda se disputan el control de Burkina Faso
Ninguno de los grupos yihadistas que operan en la zona ha reivindicado aún la autoría de las ejecuciones de los periodistas españoles
El zona de Burkina Faso donde los dos periodistas españoles fueron capturados y después asesinados ha sido el escenario de un repunte de la inseguridad en país. ¿El motivo? El aumento de las operaciones por parte de grupos yihadistas, que ha elevado además las tensiones intercomunitarias.
Estos son los grupos yihadistas que operan en Burkina Faso:
Ansarul Islam
Se trata de un grupo terrorista autóctono. Ansarul Islam, Defensores del Islam, en castellano, es un grupo salafista yihadista local. La zona en la que opera es Burkina Faso y Mali. De hecho, sus bases se ubican en los bosques fronterizos, en el área de Mondoro, entre Burkina Faso y Mali. Las autoridades de Burkina Faso lo consideran una organización terrorista.
El grupo fue fundado en 2016 por Ibrahim Malam Dicko. Desde el año siguiente, el líder de la organización yihadista sería Jafar Dicko.
El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM)
Jamaat Nusrat al Islam Wa al Muslimin, es decir, Grupo o coalición de Apoyo al Islam y los Musulmanes es otro de los peligrosos grupos yihadistas que opera en Burkina Faso.
Según expertos en yihadismo consultados, este grupo sería el que habría capturado y después matado a los periodistas españoles. Aunque aún no ha habido una reivindicación oficial.
De acuerdo con el Observatorio de Terrorismo, JNIM “ha sido declarado principal objetivo del Gobierno francés”. Y es que JNIM avanza por el Sahel y ya ha logrado cometer atentados hasta en Senegal.
Desde uno de los estudios del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), destacan que se trata de una coalición que “integra a las principales organizaciones terroristas yihadistas en la zona del Sahel: Al Murabitun (”moravides”), Ansar ad Din (”defensores de la religión”), el Frente de Liberación de Macina e Imarat Mantikat al Sahara, “(la Brigada del Emirato del Sáhara).
Anteriormente, nunca habían llegado a una consolidación real hasta el anuncio de esta “gran coalición”. El IEEE recuerda que la fundación de este conglomerado terrorista fue el 1 de marzo de 2017, mediante la integración de los cuatro movimientos armados en Mali y en el Sahel. Todos ellos, “con gran experiencia sobre el terreno”. En el IEEE destacan que es fundamental relacionar la fundación de este grupo terrorista justo un mes después de que “cinco países del Sahel (Mali, Mauritania, Níger, Chad y Burkina Faso) se unieran para establecer una fuerza militar conjunta con el fin de combatir el terrorismo yihadista en la región. Se autodenominaron el G5 Sahel y establecieron como objetivo declarado inmediato el fortalecimiento de su influencia en la zona Sahel-Sáhara mediante la implementación de operaciones específicas en apoyo a las fuerzas involucradas en la lucha contra el terrorismo, lideradas por Francia, país que lanzó una operación militar en el norte de Mali a principios de 2013″.
Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)
La filial de Al Qaeda en África también está presente en Burkina Faso. Burkina Faso es ahora mismo el escenario de las luchas internas entre los grupos yihadistas por el control de diversas zonas, incluidos combates entre las ramas de Estado Islámico y Al Qaeda en la región.
Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS)
Estado Islámico en el Gran Sáhara es el grupo que más preocupa a las autoridades. Se trata de la principal amenaza yihadista en el Sahel. Este grupo reconoció en mayo de 2020 combates con el JNIM, los primeros hasta dicha fecha en esta zona del continente, y describió a los miembros del grupo como “apóstatas”, tras una serie de informaciones de medios de ambos países sobre enfrentamientos entre ambos grupos en Mali y Burkina Faso.
De esta forma, se rompió una frágil entente cordial entre ambos grupos, enfrentados en otros países, principalmente en Siria, si bien no llegaron a alcanzar una cooperación total a la hora de coordinar y perpetrar ataques en Mali y Burkina Faso.
Burkina Faso, junto con Níger y Malí, están además en el centro de una de las crisis de refugiados y desplazados internos de crecimiento más rápido en el mundo, con cerca de tres millones de refugiados y desplazados, según los datos que baraja Naciones Unidas, que ha destacado la necesidad es lograr restablecer la paz y la estabilidad, además de dar ayuda a los damnificados.
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