Análisis
“Guaidó se ha debilitado por cambiar de caballo en la mitad del río”
El analista político Carlos Blanco explica el proceso abierto por Guaidó para intentar una acercamiento a Nicolás Maduro
La apuesta de Juan Guaidó para abrir un proceso de negociación con Nicolás Maduro ha abierto las heridas en la oposición venezolana. El exalcalde de CaracasAntonio Ledezma lo ve como un gesto “desesperado”. “Con esta corporación criminal no hay diálogo que valga”, ha sentenciado en declaraciones a Europa Press. El analista venezolano Carlos Blanco asegura que Guaidó aún está a tiempo de ganar peso político “si vuelve a encabezar una plataforma que se plantee la salida del régimen”.
¿Qué procesos de acercamiento entre opositores y régimen de Maduro hay en marcha en Venezuela?
En la crisis venezolana hay muchas negociaciones en marcha, cruzadas y con distintos propósitos: hay sectores de oposición representados por Henrique Capriles que se han entendido directamente con el régimen para designar un Consejo Nacional Electoral, favorable a Maduro 3 a 2, en el marco de una estructura electoral totalmente controlada por el régimen. Hay negociaciones que Noruega promueve por su lado. Otras que tienen como eje al gobierno de España con la figura europea de Borrell. Aparentemente hay negociaciones con EEUU a través de congresistas como Gregory Meeks.
¿Por qué Guaidó decide ahora abrir esta vía de diálogo cuando previamente la había rechazado?
Pienso que Guaidó ha estado en diferentes intentos, especialmente los respaldados por EEUU. Sin embargo, no ha tenido una visión consistente en relación con sus objetivos. En 2019 planteó “el cese de la usurpación”, tesis que fue abandonando progresivamente por el objetivo de “elecciones libres”. Las elecciones libres suponen vencer al régimen en sus propósitos y, eventualmente, deponerlo; pero en el contexto venezolano significa ir a elecciones con Maduro en el poder, lo que constituye un cambio radical del objetivo inicial. Eso puede ocurrir porque las condiciones cambian, pero hay que explicarlo a los ciudadanos y gobiernos que lo han apoyado; cosa que no ha hecho.
¿Y Maduro?
Maduro aparenta querer negociar y sólo busca comprar tiempo; mientras tanto, acentúa la represión, prueba de lo cual es la inaceptable pretensión de extraditar a Leopoldo López, acción que creo que el Gobierno español no hará ni aunque quiera.
¿Guaidó es cada vez un líder más débil?
Guaidó se ha debilitado por cambiar de caballo en la mitad del río. Me parece que el punto clave fue abandonar la tesis de la salida del régimen de Maduro encarnada en su famosa frase del “cese de la usurpación”. Sin embargo, pienso que tiene oportunidad de retomar un cierto liderazgo si vuelve a encabezar una plataforma que se plantee la salida del régimen, conducir el gobierno de transición y marchar hacia elecciones libres. Hoy no suena factible porque los aliados internacionales fundamentales se han debilitado o están ocupados de sus propios problemas y del problema general de la pandemia; pero creo que es la tarea que corresponde a Guaidó.
El chavismo ha convocado elecciones regionales y municipales a la vez. ¿Cuál es su agenda para barrer a la oposición?
Han convocado esas elecciones con varios propósitos. Buscan un manto de legitimidad internacional no logrado con la elección de la fraudulenta Asamblea Nacional de diciembre del año pasado. Quieren ganar más tiempo pues se abriría una campaña electoral, las aspiraciones a decenas de cargos distraerían a las fuerzas opositoras. Pretenden incorporar a un sector de la oposición en la cohabitación y le asignarían algunas gobernaciones y otros cargos. Y por último, mientras tanto, por debajo, avanza en el desarrollo de su “poder comunal” que es una estructura organizativa del chavismo, diseñada para suplantar los poderes sub nacionales, y que sería, según el régimen “el verdadero poder”; vaciarían a gobernaciones y alcaldías del escaso poder del cual disponen.
¿Hay cambio o continuidad en la política de EEUU hacia Venezuela?
La administración de Biden todavía no se ocupa a fondo de Venezuela. Mantiene la inercia del gobierno anterior pero no hay una nueva política, que, según entiendo, está siendo considerada. Además hay funcionarios que deberían tener competencia sobre el tema venezolano que no han sido designados. La política de Biden hacia Venezuela hasta este momento es mantener las sanciones, con excepciones que también hacía Trump; apoyar a Guaidó en sus declaraciones; e insistir con Maduro al decirle que si quiere negociar en serio sobre determinadas condiciones, EEUU lo haría. No hay grandes cambios sino continuidad. Veremos en los próximos meses.
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