Migración

Trump usa su viaje al muro con México para atacar a Biden

El ex presidente de EE UU visita la frontera un día antes de que la fiscalía presente cargos criminales contra su empresa

El ex presidente de EE UU, Donald Trump visita una sección sin terminar de su muro entre EE UU y México
El ex presidente de EE UU, Donald Trump visita una sección sin terminar de su muro entre EE UU y MéxicoCALLAGHAN O'HAREREUTERS

Donald Trump viajaba a la frontera y el “Wall Street Journal” adelantaba lo que todos intuían: la fiscalía del bajo Manhattan presentará cargos criminales contra su entramado empresarial y contra su principal directivo, Allen Weisselberg. Se les acusaría de delitos fiscales y de repartir sobornos. A falta de que hable el fiscal, Cyrus Vang, que lleva tras la pista desde que cayó el abogado de Trump, Michael Cohen, todo eran especulaciones. Lo único tangible fue el deseo del ex presidente de contraatacar bajo los focos, de vuelta al escenario político que lo encumbró.

Ningún escenario funciona mejor para declarar su vigencia política, ninguno encierra una carga simbólica y retórica más explosiva, que el muro de la frontera, en Texas, que visitaba acompañado por el gobernador del Estado, Greg Abbott. Abbott, quien se postula para la reelección el próximo año y es considerado un potencial candidato presidencial para 2024, ha asumido el manto de inmigración de Trump, prometiendo continuar construyendo el muro fronterizo sur, que la Administración Biden ha suspendido.

El viaje de Trump sirve para recuperar la iniciativa y parte del discurso que lo llevó a la presidencia en 2016. De paso, subraya la evidencia del marasmo migratorio. Trump nunca pudo cumplir con su promesa de construir buena parte del muro, pero su sucesor, Joe Biden, de momento, tampoco ha pacificado nada. Al contrario, desde el pasado enero el país ha asistido a varias oleadas de inmigrantes. Los estadounidenses han contemplado en televisión el caos de los centros de detención para menores. Los activistas en defensa de los inmigrantes y el ala izquierda del partido demócrata han mostrado su creciente frustración.

Tampoco ha sido posible encontrar a buena parte de los adultos a los que Trump ordenó separar de sus hijos antes de proceder a expulsarlos. En total, hablamos de cientos de miles de detenidos al mes, según informaba la cadena ABC, 180.034 sólo el pasado junio, frente a los 25.000 de finales de 2020. «Durante la Administración Trump», añade la emisora, «el número más alto registrado de detenciones mensuales fue de casi 150.000».

El gobernador de Texas, Greg Abbott, junto al ex presidente Donald Trump en Weslaco, Texas
El gobernador de Texas, Greg Abbott, junto al ex presidente Donald Trump en Weslaco, TexasBrandon BellAgencia AP

Mientras tanto un grupo de juristas ligados a la Brookings Institution firmaba un informe donde analiza las posibles repercusiones del caso contra la fiscalía. Los autores, entre ellos Norman Eisen, que sirvió en el Gobierno de Barack Obama, y Donald Ayer, profesor en la Universidad de Georgetown, sostienen que dada la naturaleza de la investigación que dirige Vang, resulta perfectamente viable que los cargos se amplíen en los próximos meses y, todavía más sustancial, que acaben por salpicar al propio Trump. No en vano, recuerda, es bien conocida su tendencia a estar al tanto de todas las decisiones de liderazgo en sus empresas.

«El hecho de que es probable que Trump no sea nombrado en el primer caso o casos que se presenten», escriben, «no significa que pueda estar tranquilo». «Por supuesto», añaden, «no sabemos si Trump estará entre los acusados, si es que alguien lo está. Si la evidencia no lo amerita, no debería serlo. Pero dados los hechos conocidos y la ley, creemos que Trump corre un riesgo sustancial».