Reino Unido-EE UU

Johnson presume de su sintonía con Estados Unidos

Lo que ha marcado un punto de inflexión, sin duda alguna, es el acuerdo de Defensa Aukus a tres bandas entre ambos países y Australia

La administración norteamericana advierte ahora que no habrá acuerdo si Londres no cumple lo pactado con Bruselas con el Protocolo de Irlanda.
La administración norteamericana advierte ahora que no habrá acuerdo si Londres no cumple lo pactado con Bruselas con el Protocolo de Irlanda.Toby MelvilleAP

Boris Johnson y Joe Biden se dieron ayer cita en la Casa Blanca. No era su primera encuentro en persona, pero sí era la primera vez que ambos se sentaban a charlar en el despacho oval desde la victoria electoral del demócrata, con todo el significado que eso conlleva. Ambos siempre han tratado de recalcar en público la relación especial que une históricamente al Reino Unido y los Estados Unidos. Se trata de una relación que debe ir más allá de los mandatarios de turno. Pero lógicamente, las químicas personajes hacen mucho. Thatcher y Reagan formaban un tándem perfecto. Pero los caracteres de Boris y Joe son menos compatibles. De todos es sabido, que al norteamericano el Brexit le parece un craso error.

La reunión tenía lugar tras la crisis de Afganistán. El premier se negó a criticar al presidente por su decisión de seguir adelante con la retirada, pero dijo que “tal vez” podría haberse manejado de otra manera. Tras la toma de Kabul por parte de los talibanes, a Johnson le costó 36 horas poder hablar con Biden. Durante la operación hubo constantes quejas de fuentes británicas de que no se les mantuvo informadas de las intenciones tácticas de Washington.

No obstante, el hecho de que, previa a la cita, los Estados Unidos anunciaran el lunes que, a partir de noviembre, se permitirá la entrada en el país -por primera vez desde marzo 2020- de británicos con la pauta completa de vacunación cambió considerablemente los ánimos.

Aunque lo que ha marcado un punto de inflexión, sin duda alguna, es el acuerdo de Defensa Aukus a tres bandas entre el Reino Unido, los Estados Unidos y Australia. El histórico pacto para desplegar submarinos de propulsión nuclear en el Pacífico ha llevado a Canberra a cancelar un acuerdo de 66.000 millones de dólares por submarinos diesel-eléctricos con Francia, lo que ha provocado la furia en el Palacio del Eliseo frente a la satisfacción de Downing Street.

Para el premier se trata de su primera victoria tangible en su particular campaña para convertir al Reino Unido pos Brexit en un actor clave en el tablero geopolítico. La `Global Britain´ que los euroescépticos defienden tras su salida de la UE parecía más un eslogan publicitario que un política exterior coherente. Sin embargo, el pacto Aukus confirma el estatus de Londres como potencia militar con experiencia nuclear, así como un aliado en el que Washington puede confiar.

Con todo, uno de los grandes objetivos de Londres tras abandonar el bloque era conseguir un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos. Y a día de hoy, ni hay pacto, ni hay atisbo de que vaya a cerrarse en un futuro cercano.

Hace dos años, Downing Street tenía esperanzas en que el entusiasmo que Donald Trump mostraba hacia el hombre que llamó “Trump de Gran Bretaña” allanaría el camino para un rápido acuerdo. Pero la victoria de Biden lo cambió todo.

La administración norteamericana advierte ahora que no habrá acuerdo si Londres no cumple lo pactado con Bruselas con el Protocolo de Irlanda, que exige controles aduaneros en las mercancías que van desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte.

En cualquier caso, Johnson aseguró que la relación bilateral es buena y subrayó que la “ventaja de trabajar con Biden y su administración” es su “compromiso para solventar el cambio climático”, un asunto que preocupa especialmente al Gobierno británico a las puertas de la cumbre COP26 de Glasgow (Escocia), en noviembre.