Opinión

Escasez británica

Todo apunta a que Reino Unido irá perdiendo influencia y capacidad de actuar en las relaciones internacionales

La situación de alarma que hoy existe por el desabastecimiento pronto se calmará, pero queda la convicción más profunda de que no todo eran ventajas por haberse desligado de la UE
La situación de alarma que hoy existe por el desabastecimiento pronto se calmará, pero queda la convicción más profunda de que no todo eran ventajas por haberse desligado de la UEFrank AugsteinAP

La deriva de la política exterior británica está clara. Todo apunta a que este país irá perdiendo influencia y capacidad de actuar en las relaciones internacionales. El aislacionismo británico no puede producir buenos resultados. Menos en una sociedad internacional como la actual en la que se busca la cooperación internacional y en la que, con todas las dificultades del mundo y porque se ven abocados a ello, los Estados han decidido integrarse, sobre todo, en el sector económico.

La falta de suministros en el Reino Unido y la ausencia de mano de obra en algunos sectores es también una consecuencia directa de la voluntad de abandonar la Unión Europa. El Brexit ha sido una mala medida para los británicos y, eso sí, se presenta como una solución para algunos de los problemas que aquejaban a la integración del resto de los europeos.

La situación de alarma que hoy existe en la isla por el desabastecimiento pronto se calmará, pero queda la convicción más profunda de que no todo eran ventajas por haberse desligado del proyecto comunitario. Lo que demuestra lo que pasa en el Reino Unido es que los postulados equivocados en política exterior provocan serias consecuencias y que ningún Estado está libre, por muy poderoso que sea, de sufrir efectos que deriven de las malas decisiones de sus gobiernos.

Claro está que el actual Gobierno británico jamás lo reconocerá pero se va abriendo paso la idea de que abandonar la Unión no fue conveniente. La Unión Europea debe seguir su camino de cooperación con el Reino Unido, sin ceder ni un ápice en la defensa de sus intereses fundamentales. Se avecinan tiempos bastantes convulsos para el conjunto de Europa y los Estados de la Unión deben guarecerse en la casa común.

Fuera de este espacio está ahora el Reino Unido y, por lo tanto, deberá resolver sus dificultades sin poder contar con el pleno apoyo de sus antiguos socios. No parece que se llegue al colapso, sin embargo, la actual escasez de productos y la falta de trabajadores en este país hace pensar que también se adoptan en ocasiones decisiones que van en contra de los propios intereses.