Virginia: termómetro político electoral decisivo

Sin ser unas elecciones de mitad de mandato (2022) o presidenciales (2024), los comicios de esta semana sí son decisivos para el rumbo político del país. El presidente de EEUU se juega mucho, y sabe que no se puede permitir perder a manos republicanas el estado de Virginia, tradicionalmente conservador, donde los demócratas han ganado desde 2009 bajo el liderazgo de Barack Obama.

Virginia es considerado un termómetro político electoral, y el empate técnico de ambos candidatos a la gobernación del estado ha hecho que sus comicios del martes sean clave para Biden y para sus próximas citas electorales.

McAuliffe versus Youngkin

El demócrata McAuliffe, que ya fue gobernador de 2014 a 2018 (Virginia es el único estado del país que no permite la reelección consecutiva), buscaba un histórico segundo mandato apoyándose en la inclinación a la izquierda de su partido durante su campaña para mantener el enérgico apoyo que recibió Biden hace justo un año en las elecciones presidenciales. Una de sus apuestas ha sido invertir millones en anuncios publicitarios contra su oponente para demostrar las vinculaciones del republicano con Donald Trump.

Youngkin, por su parte, ha intentado mantenerse al margen del ex presidente para evitar salpicarse con la impopularidad de Trump, que le mostró públicamente su apoyo, en algunas zonas ricas del estado. El candidato republicano a gobernador de Virginia ha rescatado algunos de los temas centrales que los conservadores impulsaron en la campaña de 2020, centrándose en el sistema educativo y los esfuerzos comunitarios contra los efectos de la pandemia.

La carrera electoral del gobernador de Virginia es, sin duda, la contienda de mayor trascendencia, ya que tanto demócratas como republicanos consideran los ajustados resultados de las encuentras, semanas previas, como el mayor indicador del sentimiento nacional de cara a las próximas elecciones legislativas y presidenciales en su particular lucha de poder.

Biden pudo ganar los votos electorales de Virginia con un amplio margen de 10 puntos en 2020, pero perder ese holgado apoyo justo un año después sería considerado un fracaso para los demócratas y una gran victoria con la que los republicanos podrían retomar impulso y alentar las aspiraciones políticas de Trump de cara a su posible candidatura para la reelección en 2024.

Un nuevo alcalde para Nueva York

Por un estrecho margen de votos, Eric Adams se impuso en la candidatura demócrata a la alcaldía de Nueva York, pero su victoria del martes se auguraba menos dramática, al contar con un holgado apoyo para ser elegido alcalde de la la ciudad de los rascacielos.

El presidente del distrito de Brooklyn, ex agente de la policía, se postulaba como favorito y tenía todas las papeletas para ganar las elecciones. Muchos han visto en Adams y su campaña electoral un claro ejemplo de cómo debe avanzar el partido demócrata y las políticas del país a nivel nacional.

Adams se ha presentado como imagen de la clase trabajadora, adoptando algunas ideas progresistas sobre la prevención y la intervención temprana en asuntos de seguridad pública, y que le han hecho ganar mucho apoyo y relevancia en poco tiempo.

Sin olvidar también que estas elecciones marcan un nuevo rumbo político para el gobernador de Nueva Jersey y los alcaldes y líderes políticos de otras ciudades como Atlanta, Boston, Miami y Mineápolis; así como innumerables miembros de juntas escolares y consejos municipales o el destino de otras medidas sobre reglas electorales e impuestos locales.

En Colorado, Maine, Pensilvania, Texas, Virginia o el estado de Washington se daban elecciones estatales, mientras que en la misma jornada había comicios locales o referendos en otras pequeñas localidades, municipios y condados del país.