Afganistán

Las últimas medidas de los talibanes: las mujeres no pueden salir a más de 70 kilómetros de sus casas

El retroceso en los derechos de mujeres y niñas en Afganistán desde la llegada de los insurgentes cada vez está siendo más notorio

El respeto de los derechos de las mujeres es una de las condiciones impuestas por los donantes internacionales para que regrese la ayuda humanitaria a Afganistán
El respeto de los derechos de las mujeres es una de las condiciones impuestas por los donantes internacionales para que regrese la ayuda humanitaria a AfganistánSTRAgencia EFE

El retroceso en los derechos de mujeres y niñas en Afganistán desde la llegada de los talibanes cada vez está siendo más notorio. En los últimos días, los insurgentes ya habían anunciado que estaba prohibido escuchar música en los coches o que las mujeres debían ir con el yihad. Ahora, se ha hecho oficial que las mujeres no pueden salir de sus casas a más de 70 kilómetros, y de lo contrario, deberían ir acompañadas de un hombre que sea un miembro cercano de la familia, ya sea marido, padre o hermano.

La “recomendación” fue emitida por el Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio. En el primer gobierno de los talibanes, estos ya obligaron a las mujeres a llevar el burka, que no podían salir de casa sin un hombre e incluso que no podían estudiar o trabajar. En agosto, tras la toma de Kabul, prometieron que no llegarían a ese extremo, aunque poco a poco parece que estaban mintiendo.

El respeto de los derechos de las mujeres es una de las condiciones impuestas por los donantes internacionales para que regrese la ayuda humanitaria a Afganistán, que se encuentra al bordo del hundimiento económico. La ONU alertó de una cercana “avalancha de hambre”, puesto que más de la mitad de la población afgana pueden sufrir una ausencia “aguda” de alimento durante este invierno.

Cientos de afganos se manifestaron este domingo para exigir a los talibanes el fin de los asesinatos extrajudiciales en la provincia norteña de Panjshir, la última de las provincias afganas que cayó bajo control de los islamistas el pasado septiembre. “Entre cuatrocientas y quinientas personas protestaron por el asesinato de una persona sospechosa de pertenecer al Frente de Resistencia Nacional (NRF)”, afirmó a Efe el comandante de seguridad de los talibanes para la región montañosa, Dad Mohammad Bataar.

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos denunció la semana pasada que el régimen talibán ha ejecutado al menos a 72 personas ligadas al anterior Gobierno y a sus fuerzas de seguridad, pese a la amnistía general que prometió. Al menos otros 50 ejecutados extrajudicialmente eran miembros de la rama afgana del Estado Islámico, cuyos abusos recientes contra la población civil también fueron condenados por la oficina de la ONU. El organismo internacional denunció los métodos brutales de tortura y ejecución, así como que algunos cadáveres fueran mostrados públicamente.

Pronto las mujeres tuvieron vetada su presencia en medios de comunicación y en puestos de la administración, y además se les prohibió de participar de asuntos tan cotidianos, como acudir sola a cualquier lugar o disponer de un teléfono móvil. La comunidad internacional ha supeditado cualquier tipo de colaboración y de envío de ayuda humanitaria al respeto sobre los Derechos Humanos, en especial de mujeres y niñas ante la posibilidad de que no se les permita trabajar o estudiar.

Por otro lado, liberar los miles de millones de dólares en activos financieros congelados en el extranjero tras la llegada de los talibanes al poder el pasado 15 de agosto supondrá un punto de inflexión para aliviar la grave crisis económica en Afganistán, según coinciden las autoridades financieras del Gobierno islamista. Esta semana se dio un paso importante en esa dirección después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó una resolución que establece una excepción para la asistencia humanitaria en el país asiático, permitiendo sortear algunas de las sanciones.

La Casa Blanca aseguró sin embargo que revisará este mecanismo para evitar que se acabe financiando indirectamente a los talibanes, que insisten en que se liberen los 10.000 millones de dólares en activos financieros retenidos por la Reserva Federal estadounidense. “La liberación de los activos congelados tendrá un impacto positivo en la situación en Afganistán”, recordó a Efe el portavoz del Banco Central de Afganistán, Hasibullah Noori, ya que, entre otros factores, el sistema financiero volverá a la normalidad.