Fertilidad
Con 129 hijos, soy “el donante de esperma más prolífico del mundo”
Un británico afirma ser el mayor donante de semen del mundo, con 129 hijos y otros nueve en camino
Clive Jones, profesor de Matemáticas jubilado, continúa generando polémica en Reino Unido. Lleva nueve años donando su esperma y aún hoy, con ya 66 años, continúa haciéndolo.
La mayoría de clínicas de fertilidad no aceptan a donantes tan mayores. El umbral para las donaciones de hombres en clínicas y bancos de donación suele ser hasta los 45 años. Por lo que Jones lo hace a través de otros canales menos oficiales. Las mujeres y familias se ponen en contacto con él y hace la “donación” por “la felicidad que aporta”.
Asimismo, reconoce que hace estas donaciones por amor a al arte.
Recientemente, ha sido entrevistado en un periódico local de Derby, el “Derby Telegraph”, donde ha dado todo tipo de titulares.
“Probablemente soy el donante de esperma más prolífico del mundo, con 138 ‘bebés’, bueno, 129 bebés nacidos y nueve embarazos en curso”, ha manifestado.
Jones, de 66 años, reconoce que puede que continúe con esta labor altruista “unos cuantos años más”. Parece que quiere conseguir la cifra redonda de 150 bebés.
“Sé de clínicas y comerciantes de esperma con números mayores, pero no donan, sino que venden semen”, especifica al diario británico.
“Creo que la gente entendería más si viera los mensajes que recibo y las fotos de los bebés con madres muy felices”, añade Jones.
El profesor jubilado describe los mensajes y la alegría que genera en las familias. “Una vez me mandó un mensaje una abuela dándome las gracias por su nieta”.
En cuanto a qué recibe a cambio, el británico insiste en que “lo hago gratis. Aunque a veces pido un poco de gasolina”. Jones recuerda que sería “ilegal cobrar y no me parece correcto aceptar dinero cuando tengo más que ellas”.
Como debido a su edad no pudo convertirse en donante oficial de esperma porque los bancos de semen tienen un límite de edad para los donantes de 45 años, Jones recurrió a Facebook, donde encontró una abrumadora demanda.
“Todo empezó en mayo, hace más de nueve años. Para algunas personas, tener hijos es muy importante, como lo fue para mí”.
Y es que el propio Jones tiene tres hijos adultos.
“Leí en varios periódicos la difícil situación de algunas personas que no pueden tener hijos. Al leer el periódico, se explicaba cómo la gente utilizaba Facebook para hacer trueques”.
Y acto seguido, se ofreció como donante y colgó un post en una de las páginas de Facebook. Al poco, una señora de Derby le pidió que donase esa misma tarde.
Ahora se ha hecho tan “famoso” que ya no le hace falta anunciarse. El “boca a boca” le funciona.
Con todo, el diario “Derby Telegraph” ya ha advertido en varios reportajes que ha realizado sobre él que la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología ha emitido una advertencia médica sobre las actividades de Jones, diciendo que todos los donantes y pacientes deben ser tratados en una clínica autorizada de Reino Unido”.
Es más, una portavoz de dicho organismo ha confesado al periódico que “como regulador del tratamiento y la investigación en materia de fertilidad en Reino Unido, no tenemos competencias para impedir que las personas hagan sus propios arreglos para la donación de esperma, pero queremos ayudarles a obtener la información y el asesoramiento que necesitan para tomar las decisiones mejor informadas, por lo que siempre animamos a los donantes y a los pacientes a ser tratados en una clínica autorizada de Reino Unido”.
Desde la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología recuerdan que no sólo puede haber riesgos médicos, también legales. “Por ejemplo, sin los consentimientos apropiados, el donante puede ser considerado como el padre legal, con todos los derechos y responsabilidades que esto implica. Además, las clínicas realizan pruebas rigurosas a todos los donantes para detectar enfermedades médicas y hereditarias”.
En cuanto a su modus operandi, Jones explicó en una entrevista anterior con el mismo medio que suele “conocer a la pareja”, que suelen ser parejas del mismo sexo o en las que el hombre es infértil. Habla con ellas sobre su ovulación y en qué momento del ciclo están.
Se apunta la fecha en su agenda y ese día le llaman. Él coge su furgoneta y conduce cerca al lugar de residencia.
“Conduzco a un lugar en el que no es probable que me molesten, entro en la parte trasera de la furgoneta y bajo las cortinas”, indicó.
Es entonces cuando coge una taza y una jeringuilla “para que no pueda salir la sustancia, me pongo una bolsa bajo el brazo y les mando un mensaje diciendo que estoy fuera y que llegaré en tres minutos”.
En otras ocasiones, “si eso no funciona, a veces me sugieren que me reúna con ellos en un aparcamiento”.
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