Las claves
¿Por qué está Abramovich en las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia?
Las razones por las que el famoso y multimillonario propietario del Chelsea se ha convertido en un personaje clave para la paz es uno de los misterios de esta guerra. Esto es lo que se esconde tras su elección.
Las fotografías de las conversaciones entre Rusia y Ucrania en Estambul, en las que destacaba un sonriente Roman Abramovich han dado la vuelta al mundo. El multimillonario propietario del Chelsea sancionado por Reino Unido no es oficialmente parte de la delegación rusa, pero aparentemente ha jugado un papel importante entre bastidores, viajando entre Moscú, Kiev y Estambul desde que Rusia invadió Ucrania.
¿Pero qué pinta el millonario dueño de un club de fútbol mediando en un proceso de paz? Su papel sigue siendo unos grandes misterios de esta guerra pero ya se conocen algunas claves de por qué ha sido el elegido.
El todavía dueño del Chelsea goza de la confianza del círculo más estrecho de Putin, cuenta con importantes relaciones internaciones, una gran fortuna con la que prometer inversiones y un incalculable poder mediático que le ha dado ser la cara visible de unos de los grandes clubes de la Premier.
Una petición de Zelenski
El secretario de Prensa de la Presidencia rusaconfirmaba este fin de semana que el oligarca ruso “participó en la fase inicial” de las negociaciones. “Sí, él participó en la fase inicial” de la organización de las conversaciones, ha señalado el secretario de Prensa de la Presidencia rusa Dmitri Peskov. El Kremlin confirma además negociaciones entre Ucrania y Estados Unidos que afectan al oligarca ruso.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelenski pidió al presidente estadounidense Joe Biden que dejara fuera al multimillonario ruso-israelí Roman Abramovich de la lista de sanciones de Washington con la esperanza de que el oligarca pudiera ayudar a mediar entre Kiev y Moscú, según el informe que ha salido a la luz.
La solicitud se hizo durante una llamada entre los dos líderes, según adelantaThe Wall Street Journal, citando a personas conocedoras del asunto. La Casa Blanca estaba lista para anunciar sanciones contra Abramovich similares a las introducidas por el Reino Unido pero se frenaron en seco.
Después de la llamada de Zelenski, el Consejo de Seguridad Nacional ordenó al Departamento del Tesoro que pospusiera el anuncio, según el informe. Si bien la UE y el Reino Unido siguieron adelante con sus sanciones contra Abramovich, Biden mantiene congelada cualquier decisión.
¿Pero por qué lo eligió el presidente ucraniano? Importantes relaciones con Kiev, su facilidad para llegar a Putin, su defensa de la causa judía y la promesa de millonarias inversiones tras la guerra estarían detrás de esta decisión.
Abramovich es un firme defensor de las causas judías en Rusia e Israel. El barrio de Abramovich en Tel Aviv ha recibido importantes donaciones para varios proyectos y el oligarca ruso cuenta con ciudadanía israelí. Un detalle nada despreciable para el presidente ucraniano. Zelenski es judío y su abuelo, combatiente soviético contra los nazis, perdió a tres hermanos durante el Holocausto. Además, su resistencia frente a la invasión rusa, que según Putin busca “desnazificar” Ucrania, lo ha convertido en una suerte de héroe nacional judío, dentro y fuera de Israel.
Además, su relación con Turquía también habría facilitado su silla en la mesa de Estambul. No en vano, este país le ha permitido poner a salvo parte de su fortuna en Turquía -sus dos megayates están atracados en los puertos turcos de Marmaris y Bodrum y se especula con su interés por hacerse con el Goztepe FC, que, como el Chelsea en 2003, no ha ganado un título de liga desde la década de 1950. El club de la ciudad de Esmirna fue fundado en 1925 y juega en la Superliga de Turquía.
La intrahistoria del “negociador” Abramovich
Según confirmó una fuente de la delegación ucraniana al medio de comunicación Ukrayinska Pravda, Abramovich se había posicionado como un intermediario neutral y su función principal era “transmitir nuestra posición a su jefe en lenguaje cercano”.
Alexander Rodnyansky, asesor económico de Zelenski, aseguró a The Guardian que Abramovich había sido contratado como intermediario por su padre, un productor de cine ucraniano que conoce bien al multimillonario. En Kiev, Abramovich es visto, como mínimo, como un interlocutor serio al que Putin escucha. El equipo negociador oficial de Rusia está compuesto principalmente por funcionarios de segundo nivel que no se consideran influyentes, por lo que Putin puede haber seleccionado a Abramovich como un interlocutor a la sombra con los ucranianos, un canal fuera de la mesa de negociación oficial.
Una fuente en Moscú afirmó al diario británico que a Abramovich se le habían concedido dos reuniones personales con Zelenski en Kiev durante el último mes, afirmaciones que no han sido confirmadas por la parte ucraniana. Zelenski, en su entrevista con periodistas rusos durante el pasado fin de semana, dijo que Abramovich era uno entre varios oligarcas rusos que contactaron con él y le ofrecieron invertir en la economía ucraniana, y confesó que el todavía dueño del Chelsea había estado involucrado en discusiones infructuosas para organizar corredores humanitarios.
Albats añadió que las ofertas de Abramovich y otros empresarios rusos para ayudar a Ucrania podrían provenir del horror por la guerra, pero también del interés propio y del deseo de huir de las sanciones occidentales. “Es la forma en que las personas intentan salvar sus villas, aviones, yates... y de paso hacer lo correcto”, dijo Albats.
Otro de los motivos, mucho más mundano, por el que el oligarca ruso podría haberse visto conmovido por el drama que ha provocado esta guerra podría ser su relación secreta con la modelo y estrella televisiva Alexandra Korendyuk, de 25 años, que es de origen ucraniano.
¿Compasión o negocio?
Muchos, en cambio, se muestran escépticos sobre la reencarnación de Abramovich como pacificador. “¿Cómo pudieron haber olvidado quién es? Es uno de los mayores patrocinadores del régimen de Putin”, dijo Maria Pevchikh, colaboradora cercana del líder opositor encarcelado Navalny y jefa de investigaciones de su Fundación Anticorrupción. Pevchikh afirmó que no creía en la idea de que Abramovich pudiera ser un actor independiente en las conversaciones. “Estoy 100% seguro de que esto se coordinó por completo con el Kremlin. Cuando has sido el títere de Putin durante 22 años, no te vuelves honesto de repente”, dijo.
Lo que parece claro es que el oligarca ruso no da puntada sin hilo y quiere sacar tajada del negocio que supondrá la reconstrucción de Ucrania tras la guerra. Pero, además, su papel como hombre de paz podría suavizar la asfixia a la que ha sido sometido en Reino Unido. Con la venta del Chelsea a punto de cerrarse, ¿podría Reino Unido dar un paso atrás en su sanciones y que volvamos a ver al oligarca ruso en el palco de los Blues?.
No parece que su vuelta a la Premier sea posible pero al menos busca sacar beneficio económico, una opción hasta ahora prohibida por el Gobierno británico, de una venta que ha colocado al Chelsea como el club más caro de la historia con un precio estimado en 3.300 millones de euros.
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