La aviación militar es, con total seguridad, uno de los sectores con mayores innovaciones tecnológicas de la historia de la humanidad. Desde la invención de las primeras aeronaves los avances se han sucedido con una rapidez inaudita al alcance de pocas industrias.

En muchas ocasiones, incluso, los avances creados por el sector militar se han desarrollado posteriormente en la vida cotidiana de la poblaciones como es el caso de internet. Así, muchos de los inventos desarrollados para combatir o simplemente defenderse en caso de un ataque militar suponen grandes cambios en las sociedades.

Así las cosas, los grandes conflictos bélicos han permitido ver, desgraciadamente, muchos de los mayores ejemplos en este campo. Ahora, tras la invasión de Rusia a Ucrania se ha podido seguir muy de cerca como tanto el país liderado por Vladimir Putin o las armas defensivas otorgadas a Volodomir Zelenski representaban los últimos avances militares.

La entrada de las tropas de Putin en territorio ucraniano, además, han vuelto a hacer saltar las alarmas acerca de un enfrentamiento nuclear. Incluso, la petición realizada en los últimos días por parte de Finlandia sobre entrar en la OTAN ha despertado los peores temores tras los mésales emitidos desde el propio Kremlin valorando la idea.

Avión del juicio final

Los ataques sobre el territorio ucraniano han dejado ver algunas de las armas más innovadoras de Putin. Misiles hipersónicos o carruajes novedosos son solamente dos de los ejemplos aunque el presidente ruso cuenta con elemento que le permitiría, como a su homologo estadounidense, escapar de una posible guerra nuclear.

Denominado como el “avión del juicio final” o “del apocalipsis” tanto en el caso de Estados Unidos aunque con otro modelo como en Rusia existe un avión capaz de proteger al presidente y toda la plana mayor de ataques nucleares.

El Ilyushin II-80 es un avión definido como una fortaleza volante. Con solo cuatro unidades construidas a finales de los años 80 este podría sobrevolar los cielos mientras en tierra se desencadenase el peor de los temores para muchos, una guerra nuclear.

El aparato fue construido en plena Guerra Fría ante estos miedos y fue imaginado sobre la base de otro modelo emblemático, el II-86 de categoría comercial. Así, los mandatarios comunistas mandaron crear una autentica fortaleza del cielo con setenta metros de largo y cuarenta y ocho de ancho compuesto por hasta 4 motores funcionales.

Sin ventanas

Además, este coloso no cuenta con ventanas excepto para los pilotos para así proteger a los pasajeros de un posible fogonazo nuclear. Incluso, su blindaje ya se encuentra preparado para evitar la radiación de una explosión cercana, algo que le da una ventaja frente al resto de naves.

Cabe destacar que solamente cuenta con una puerta de embarque y que en su característica joroba encima de la cabina de los pilotos se encuentran los equipos de comunicación más avanzados. Así, podría comunicarse o trabajar pese a no existir telecomunicaciones sobre la tierra.

Otro de los datos más espectaculares de esta aeronave es la posibilidad de volar durante varios días seguidos pudiendo abastecerse de combustible en el aire. Por fortuna, el avión todavía no ha sido necesario aunque en el último desfile militar en plena contienda el Kremlin decidió exhibirlo para mostrar sus fortalezas.