Oriente Medio

El asesinato de un coronel de la Guardia Revolucionaria desata la ira del presidente iraní

Ebrahim Raisi promete vengar la muerte de Sayad Jodaei, asesinado a tiros por desconocidos en Teherán, y señala que “la arrogancia global” estuvo detrás del atentado

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en el centro, en una visita a Omán
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en el centro, en una visita a OmánIRANIAN PRESIDENCY HANDOUTAgencia EFE

El domingo por la noche fue asesinado a tiros un coronel de laGuardia Revolucionariade Irán tras recibir cinco disparos efectuados por hombres sin identificar a bordo de una moto cuando la víctima se disponía a entrar a su casa en el barrio de Mohamedín-e-Eslam, en Teherán. Se trataSayad Jodaei, cuya muerta ha provocado la reacción del presidente de Irán,Ebrahim Raisi, quien ha dicho que las autoridades del país “vengarán” la muerte de este coronel iraní. “No hay duda de que habrá una venganza contra los criminales por la sangre del gran mártir”, ha dicho el mandatario antes de su desplazamiento oficial a Omán, según ha recogido la agencia iraní de noticias Tasnim.

Raisi ha trasladado sus condolencias a la Guardia Revolucionaria de Irán y a la familia de Jodaei y ha recalcado que la investigación revelará sin duda que “la arrogancia global” estuvo detrás del ataque, en aparente referencia a Estados Unidos.

La Guardia Revolucionaria denuncia que Jodaei fue “objetivo de un crimen terrorista contra la revolución y elementos afiliados a la arrogancia global”, argumento empleado en la denuncia por la muerte en enero de 2020 del general Qasem Soleimani, uno de los principales arquitectos de la política militar exterior del país, en un bombardeo estadounidense en Irak.

El cuerpo militar de élite explicó que el asesinato fue llevado a cabo por dos personas que viajaban en una motocicleta, que se dieron a la fuga. Los medios de comunicación iraníes publicaron fotos del militar en su coche con manchas de sangre en la ropa y los cristales del vehículo rotos. Jodaei había luchado en Siria como parte de la de la Fuerza Quds, cuerpo responsable de las operaciones en suelo extranjero de los Guardianes de la Revolución iraní.

Tanto el Gobierno como el cuerpo militar de élite calificaron el asesinato como “un acto terrorista”. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Said Jatibzade, afirmó de madrugada en un comunicado que el asesinato fue llevado a cabo “por enemigos jurados” de Irán y “terroristas afiliados con la arrogancia mundial”.

En el pasado Irán ha acusado a Israel de llevar a cabo asesinatos contra miembros de sus fuerzas de seguridad y científicos nucleares en los últimos años, además de tratar de sabotear instalaciones iraníes.

El asesinato se ha producido cuando las negociaciones para salvar el pacto nuclear de 2015 tomaban impulso tras la visita hace dos semanas a Teherán de Enrique Mora, director político del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) y coordinador de las conversaciones del acuerdo nuclear. Durante esa visita Irán propuso “soluciones” para superar el impasse de las conversaciones, paradas desde mediados de marzo.

De hecho, uno de los obstáculos del acuerdo es la insistencia de Irán de que Estados Unidos levante las sanciones que pesan sobre la Guardia Revolucionaria, organización a la que pertenecía el coronel asesinado. El pacto nuclear limitaba el programa atómico iraní a cambio del levantamiento de sanciones, pero en 2018 el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, lo abandonó y volvió a imponer sanciones a Irán. Teherán respondió un año después con la aceleración de sus esfuerzos nucleares y el enriquecimiento de uranio.