UE

Bruselas arremete contra Reino Unido por incumplir el acuerdo del Brexit

Londres se expone a sufrir multas millonarias si el procedimiento de infracción reactivado ahora acaba en el Tribunal Europeo de Justicia

Un funcionario retira la bandera de Reino Unido de la sede de la Comisión Europea
Un funcionario retira la bandera de Reino Unido de la sede de la Comisión EuropeaOLIVIER HOSLET / POOLAgencia EFE

La Comisión Europea no se quedará de brazos cruzados, después de que Reino Unido anunciara este pasado lunes una ley para modificar unilateralmente el Protocolo de Irlanda, pactado en el acuerdo de divorcio del Brexit. El paso dado hoy por el Ejecutivo comunitario incluye tres procedimientos de infracción diferentes. En realidad, el primero de ellos se refiere a al reactivación de un expediente ya abierto, que fue congelado en el mes de marzo como modo de dar una oportunidad al diálogo entre Bruselas y Londres.

Ahora, el Ejecutivo comunitario se adentra en la segunda fase de este trámite y concede a Londres dos meses para que conteste a las demandas de Bruselas, ya que Reino Unido no ha puesto en marcha los certificados necesarios para el transporte de productos agroalimentarias entre las islas. Si la respuesta no es satisfactoria, la Comisión Europea puede decidir llevar al Reino Unido ante el Tribunal de Justicia de la UE. En caso de que el alto tribunal europeo fallase a favor de los intereses de los Veintisiete, Londres podría enfrentarse a una cuantioso multa.

Además, Bruselas ha abierto otros dos expedientes a Londres por no cumplir con los controles sanitarios y fitosanitarios en los puertos de Irlanda y por lo haber aportado los datos estadísticos en tiempo real que exige el Protocolo a las autoridades aduaneras. Los funcionarios comunitarios consideran que la falta de infraestructuras está facilitando el contrabando entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, lo que pone en peligro la integridad del mercado común. De momento, la Comisión Europea no ha amenazado a Reino Unido con represalias comerciales, pero mantiene la mano tendida. “Claro que no se puede excluir nada si este proyecto de ley se convierte en ley. Pero no estamos ahí, dos socios deben dirigirse hacia las negociaciones y buscar un punto común que beneficie a los norirlandeses”, ha asegurado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Maros Sefcovic.

Tras el portazo británico, la división entre las dos Irlandas que separa la provincia británica de la República de Irlanda se convierte en la única frontera terrestre -junto con Gibraltar- entre Reino Unido y la UE y la que blinda la integridad del mercado común.

La negativa de Reino Unido a seguir formando parte de la unión aduanera tras consumar el divorcio, amenazaba con volver a levantar una frontera dura en el Ulster que pusiera en peligro los Acuerdos de Viernes Santo de 1998 que consiguieron la paz entre católicos y protestantes tras décadas de terrorismo por parte del IRA.

Para evitarlo, la UE y Reino Unido acordaron una imaginativa solución por la que que la provincia de Irlanda del Norte no forma parte desde el punto de vista formal de la unión aduanera europea, pero el territorio sí queda sujeto a una serie limitada de normas de la UE. Esto desplaza los controles fronterizos de mercancías a la frontera del mar de Irlanda, con el fin de preservar el mercado común europeo. Ante la dificultad de Reino Unido de poner en marcha estos controles, en octubre de 2021 Bruselas ofreció una serie de simplificaciones procedimentales que suponía reducir en un 80% los controles aduaneros, con el objetivo también de evitar la escasez de productos debido a las trabas burocráticas. Durante estos meses, Londres ha hecho caso omiso a esta rama de olivo e incluso pretende eliminar el papel del Tribunal de Justicia de la UE.