Superpotencias

Xi Jinping advierte a Biden que «no juegue con fuego» en la pugna por Taiwan

El presidente chino exige a su homólogo estadounidense respetar el “statu quo” de la isla y el norteamericano exige respetar el “statu quo”

Xi Jinping y Joe Biden no conversaban desde marzo
Xi Jinping y Joe Biden no conversaban desde marzoAlex Brandon, Eraldo PeresAgencia AP

Los lazos entre Estados Unidos y China se han visto deteriorados por las tensiones en torno a Taiwán, especialmente en el último mes. Ambos líderes han reconocido que es necesario el diálogo para disipar el riesgo de conflicto y crear consenso, sobre todo cuando crece la amenaza de una recesión económica mundial.

La última vez que Joe Biden y Xi Jinping hablaron fue en marzo de este año, poco después de que Rusia comenzara la invasión de Ucrania. Meses antes, mantuvieron una reunión virtual en noviembre de 2021, después de la cual acordaron mejorar la cooperación entre ambas potencias. Desde entonces, la situación mundial ha cambiado y las discrepancias entre Washington y Pekín parecen más latentes. En esta ocasión, Xi pidió a Estados Unidos que «acate el principio de ‘una sola China’», según un comunicado oficial de la Cancillería china. El mandatario chino reiteró la oposición de China «a la independencia de Taiwán» y a «las injerencias externas».

Por su parte, Biden aseguró a su homólogo chino que la política de Estados Unidos sobre Taiwán no ha cambiado y que Washington se opone firmemente a los esfuerzos unilaterales para cambiar el “statu quo” o socavar la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán. De acuerdo con el comunicado de la Casa Blanca, los dos líderes «discutieron una serie de cuestiones importantes para la relación bilateral y otros asuntos regionales y globales, y encargaron a sus equipos que continuaran el seguimiento de la conversación de hoy [por ayer], en particular para abordar el cambio climático y la seguridad sanitaria». Los mandatarios también trataron asuntos en materia de cooperación, el comercio bilateral, y la invasión rusa de Ucrania.

Biden también quería discutir cuestiones de clima y competencia económica, así como la idea de poner un tope de precio al petróleo ruso para castigar a Moscú por su guerra en Ucrania, una cuestión que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, planteó a sus homólogos chinos a principios de julio. Wahington estuvo debatiendo si levantar algunos aranceles sobre los productos chinos como una forma de aliviar la inflación, pero es un tema que ha quedado pendiente en este contacto. La conversación telefónica es la quinta toma de contacto entre los líderes desde que Biden asumió el cargo hace 18 meses. Los temores a que se pueda desencadenar una cuarta crisis sobre el estrecho de Taiwán han hecho que la cuestión sobre el territorio reciba mayor atención en esta esperada llamada.

Las tensiones entre los dos países se han intensificado a raíz de que la semana pasada la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, comunicara su intención de visitar la isla en agosto. Pekín no tardó en responder que tomaría medidas «firmes y decididas» y advirtió del «grave impacto» en las relaciones bilaterales si el viaje se llevaba a cabo.

Si Pelosi viaja a Taiwán, cosa poco probable en estos momentos, sería la primera visita de un político estadounidense de alto rango a la isla que China reclama como parte de su territorio desde el viaje de su predecesor republicano Newt Gingrich en 1997.

El plan original de la presidenta de la Cámara baja era visitar Taiwán en abril para mostrar su apoyo a la isla en un momento de incertidumbre tras el comienzo de la Guerra en Ucrania, pero se pospuso después de que diera positivo por covid-19. Ahora, muchos asesores del Gobierno ven la visita poco justificable e incluso Biden no considera que sea una buena estrategia.

Por el momento, el Gobierno de Taiwán ha evitado realizar comentarios acerca de la potencial visita. Muchos de sus ciudadanos dicen estar acostumbrados a las actividades militares de China y las amenazas verbales de Pekín, que nunca ha descartado invadir la isla. Este lunes, cuando Taiwán realizaba su mayor simulacro de ataque aéreo, Zhao Lijian, el ministro de Exteriores chino, recordó ese mismo día que Pekín se estaba «preparando seriamente» para la posibilidad de que la Nancy Pelosi visite Taiwán.

Las visitas de funcionarios estadounidenses a Taiwán se han convertido en una fuente frecuente de tensión entre Pekín y Washington. En fechas señaladas, China intensifica su actividad militar sobre la zona de identificación de defensa aérea de la isla (ADIZ) para expresar su descontento y demostrar que está preparado en todo momento para hacer uso de la fuerza militar. En 1979, tras romper los lazos diplomáticos con Taipei y establecerlos con Pekín, Estados Unidos adoptó el Acta de Relaciones de Taiwán, en la que se comprometía con la defensa de la isla y el suministro de equipos bélico. La Administración Biden ha aprobado cuatro proyectos de ayuda militar y la semana pasada notificó otra propuesta de venta de armas por valor de 110 millones de euros. Algunos analistas dicen que la visita de Pelosi podría traer problemas a Taipéi. Por el contrario, otros opinan que podría fomentar un apoyo muy necesario para la isla, que se encuentra actualmente aislada diplomáticamente por las presiones y objeciones de China. Ahora mismo, Taiwán solo tiene vínculos oficiales con 14 naciones. «Si viene, la visibilidad internacional de Taiwán aumentará considerablemente y animará a más aliados a tomar más medidas para apoyar a Taiwán», dijo una fuente anónima del gobierno a la agencia Reuters.

Ambas potencias quieren apostar por una cooperación pacífica y procurar una relación de amistad, aunque son conscientes de que su influencia puede enfrentarles como competencia. China y Estados Unidos buscan reducir su dependencia mutua reconfigurando las cadenas de suministro, asegurando el acceso a tecnologías avanzadas y apuntalando la seguridad energética. Algo, que no puede resolverse con una sola llamada.

El próximo encuentro previsto en la agenda de los mandatarios sería un cara a cara en noviembre, con motivo de las reuniones del G-20 en Bali o el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Bangkok. Las discrepancias entre Estados Unidos y China se extienden a muchos ámbitos, pero sin duda Taiwán se ha convertido en uno de los puntos de conflicto más graves.

Xi necesita mantener una postura firme hacia Taipéi, reforzando su agenda nacionalista en los meses previos al Congreso del Partido Comunista que se celebra en octubre, donde espera asegurarse un tercer mandato. Por su parte, los legisladores estadounidenses no pueden someterse a las amenazas ante la proximidad de las elecciones de mitad de mandato de noviembre.