Elecciones
El extraño encuentro de Lula y Bolsonaro en el primer día de la campaña más reñida en la historia de Brasil
Lula, que gobernó el país entre 2003 y 2010, lidera las encuestas de intención de voto con cerca del 45%
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su principal rival en las elecciones del próximo octubre, Luiz Inácio Lula da Silva, coincidieron este martes en un acto institucional en el primer día de la campaña electoral de cara a los comicios presidenciales de octubre. El rarísimo encuentro entre los dos antagonistas políticos se produjo en el acto de investidura del nuevo presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, quien hizo una vehemente defensa del sistema electoral brasileño, que es muy criticado por Bolsonaro.
La campaña se desarrolla en medio de un clima de violencia política Lula, cuya presidencia de dos mandatos se extendió de 2003 a 2010, ya se ha acostumbrado a usar un chaleco antibalas para apariciones públicas.
La contienda en la democracia más grande de América Latina es un choque de titanes, con todos los demás candidatos muy rezagados. Ambos han estado movilizando simpatizantes públicamente durante meses, aunque la autoridad electoral no les había permitido pedir votos ni emitir anuncios. Hasta el momento, no se han programado debates entre da Silva y Bolsonaro.
En su condición de jefe de Estado, Bolsonaro se sentó este martes en la mesa de honor y Lula, junto a otros expresidentes, en primera fila, justo en frente del actual gobernante. En su discurso, De Moraes hizo una vehemente defensa de las urnas electrónicas que son usadas en Brasil desde 1996, sin citar a Bolsonaro, quien lideró una campaña de desprestigio contra el sistema de votación.
“Somos una de las mayores democracias del mundo en términos de voto popular, estamos entre las cuatro mayores democracias del mundo, pero somos la democracia única del mundo que divulga los resultados electorales el mismo día con agilidad, seguridad, competencia y transparencia”, manifestó el magistrado.
De Moraes, que presidirá el TSE durante las elecciones de octubre y ha sido objeto de fuertes críticas por parte del líder de ultraderecha y de sus simpatizantes, también prometió combatir los discursos de odio durante la campaña electoral.
“La libertad de expresión no es libertad de agresión, o libertad de destrucción de la democracia, no es propagación de discursos de odio y de ideas contrarias al orden constitucional”, declaró el magistrado.
El acto dejó otros momentos curiosos, como el primer encuentro en seis años entre la exmandataria Dilma Rousseff y Michel Temer, quien como su vicepresidente apoyó el proceso que la desalojó del poder y la sucedió en el cargo tras su destitución.
Rousseff y Temer fueron invitados a la ceremonia en su condición de expresidentes, al igual que el propio Lula y el también ex jefe de Estado José Sarney.
En el primer día de campaña electoral, Lula, quien lideró las encuestas de intención de voto con cerca del 45 %, revivió su pasado metalúrgico y volvió a las puertas de una fábrica de la multinacional automotriz alemana Volkswagen, en la ciudad paulista de Sao Bernardo do Campo.
Bolsonaro, que cuenta con cerca del 30 % de los apoyos en los sondeos, inició su carrera hacia la reelección con un acto público en las calles de la ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, donde un enfermo mental le apuñaló en 2018 a un mes de los comicios que le auparon al poder.
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