Protagonista
Así viví, en primera persona, mi encuentro con Gorbachov en Madrid
Su paso por la capital española dejó momentos y situaciones únicos e irrepetibles
Era Octubre de 2001, los alrededores del hotel Palace estaban completamente bloqueados, nadie podía acceder a la zona. Los empleados tuvimos que instalarnos dentro del " hotel búnker” que se convirtió en una auténtica fortaleza y pernoctar allí durante la semana previa y el tiempo que duraba la Conferencia Internacional presidida por el expresidente de la Unión Soviética. Entrar por la puerta principal del hotel, era pasar por los escáneres más sofisticados e identificarse con el batallón de agentes de seguridad, previamente, a los que trabajaríamos durante el evento, nos habían hecho ya alguna pequeña encuesta.
Mijaíl Gorbachov reunió en Madrid durante dos días, a 32 jefes y exjefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, que asistieron a la Conferencia sobre Transición y Consolidación Democráticas organizada por la Fundación Gorbachov, la Fundación Internacional para la Relación Internacional y el Diálogo Exteriores (FRIDE). Desde el fin de semana anterior, ya estaban reunidos en el hotel 100 expertos en la primera fase de la conferencia.
El hotel Palace suele ser sede de grandes acontecimientos que requiere la organización de mil detalles, pero el despliegue que se montó para aquella conferencia es histórico.
Eran muchos los mandatarios que llegarían para el evento, pero el protagonista indiscutible era Mijaíl Gorbachov.
Era el día de su llegada, lo esperábamos en la puerta del hotel el presidente de Fride, otras autoridades y la que escribe. Una vez que le dimos la bienvenida, caminamos hasta el hall principal y me dejaron con él para guiarlo hasta su habitación. Lo llevé hasta la puerta y le di las llaves. Iba acompañado en ese momento solamente su intérprete. Había venido con su hija que iba a ser atendida por otras personas de la organización del evento.
Para mí el momento de haberlo recibido y acompañado a su habitación, ya había sido una experiencia única, pero nunca imaginé que esto no acabaría allí. Minutos después de haberlo dejado, bajó al hall, al verlo me acerqué y le pregunté si todo estaba bien, me contestó en ruso sonriendo, él sabía que no había entendido ni pizca de la retahíla de cosas que me soltó ante las cuales mi cara de preocupación le hizo reaccionar, se reía y a continuación me señaló a la persona que le acompañaba, era su intérprete, un hombre menudo con un bigote “perfecto” y colocado siempre un paso detrás de Gorbachov. Cuando está uno delante de personajes de este calibre de vez en cuando causan obnubilación y se pierde la visión de lo que está y de los que están alrededor, el hombre del bigote se me acercó y me dijo: “El Sr. Gorbachov le da las gracias y dice que todo está en orden ¡ahh! y también dice que no se va a librar de él en varios días”. Como se dio cuenta de mi reacción en plan ¿será un broma?, al mirarlo de nuevo después de la traducción nos reímos y a partir de ese momento hizo de mí su “guía de hotel” por varios días. Ese mismo día, recorrimos los espacios en donde se iba a desarrollar el evento, caminamos por las diferentes estancias incluyendo la cocina, los salones de banquetes, los pasillos... Cuando salimos a la cúpula del hotel que se estaba transformado en una enorme mesa redonda al estilo Naciones Unidas, nos dirigimos al centro y comentó sobre la luz y la belleza del espacio. Al despedirme de él, ese primer día me dijo: “Quiero que sepa que le daré muchísima lata y que siento no poder hacerlo en español”.
Los mandatarios invitados continuaron llegando durante los días previos al evento. En la puerta los recibiamos (dependiendo del horario) Diego Hidalgo, Fundador y Presidente de FRIDE, José Manuel Romero, Conde de Fontao, otras autoridades y yo. Como hice guardia prácticamente todos los días y a todas horas, empecé a coincidir con Gorbachov por los pasillos, en los comedores y varias veces en la entrada a dónde se acercaba para recibir de vez en cuando a alguno de los asistentes. Siempre decía algo que yo no entendía y nos reíamos.
Yo me preguntaba durante los días que estuve sin salir del hotel en esa ocasión ¿cuántas veces en la vida puede uno vivir situaciones de este calibre?. Y es que el ambiente en el que se desarrolló esta conferencia fue tan cordial, que toparse con presidentes y Jefes de Estado por los pasillos se convirtió en algo normal. Todos estábamos dentro de la misma fortaleza por la misma causa, cerrar los ojos y saber que en la pared de al lado está durmiendo Mijail Gorbachov, Clinton, Emma Bonino, Ernesto Zedillo, Cavaço Silva y tantos más no se repite en la vida, pero al final, todos tenemos las mismas necesidades de descansar, dormir, comer...Pasaban las horas volando y al final saludar en el pasillo al expresidente de la URSS parecía normal.
A la Conferencia no faltó Bill Clinton. Vino con su hija Chelsea. Adaptar el hotel a las medidas que la Casa Blanca, no se hace en un día. Al recibir la confirmación de su llegada que al parecer no estaba del todo cerrada fue una locura, pero en el hotel que estábamos acostumbrados a cualquier imprevisto lo pudimos resolver a pesar de las prisas. La delegación americana ocupó más de media planta y crearon una “Mini Casa Blanca ambulante”, la seguridad en los pasillos creció por minutos. Una de las sorpresas durante este histórico evento fue que el ex presidente y su hija “se escaparon” andando por la puerta principal para darse un paseo por el Retiro.
LLegó el día de la clausura que la presidieron los Reyes Juan Carlos y Sofía y José María Aznar, fue transmitida en directo por Televisión Española y estuvo a cargo de la Reina Letizia, que en aquel momento presentaba el telediario. Asistieron los cuatro presidentes del gobierno de la democracia española a esa fecha Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González , José María Aznar y el último Jefe de Estado de la URSS Mijaíl Gorbachov que anunció en su discurso: “la creación del Club de Madrid como una institución no gubernamental que crearía un espacio de consulta para los países que necesiten ayuda cuando están inmersos en un proceso de transición”. Estuvieron presentes en la conferencia muchos protagonistas de la transición española a la democracia, desde Santiago Carrillo hasta Martín Villa.
Cuando uno no se lo espera
Iniciamos el recorrido hacia la puerta del Palace, tenía que indicarles el camino de salida pero, en la pequeña cúpula, se detuvieron un momento porque Gorbachov le llamó al rey Juan Carlos, me giré y me indicó que me acercara pidiéndole al intérprete a la vez que le tradujera al Rey: “Majestad, quiero comunicarle que Alicia, ha hecho un trabajo excepcional, ella es la “culpable de todo esto”. Ante mi asombro el Rey me tendió la mano y comentó algo que nos causó risa, en ese instante pensé que esto ahora si se había acabado pero no, Don Juan Carlos sin pensarlo me dio un par de besos.
Años más tarde y con motivo de la inauguración de una exposición de una colección traída del Museo Hermitage de San Petersburgo que organicé en la Embajada de Rusia en Madrid, contestó a mi carta en donde le invitaba al acto enviándome recuerdos.
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