Elecciones
El fiasco de los sondeos da alas a Bolsonaro en Brasil
El actual presidente confía en las áreas más pobladas y ricas para ganar la reelección frente a Lula da Silva. Los votos de Tebet y de Gomes serán decisivos para decantar la balanza a un lado u otro.
El presidente brasileño,Jair Bolsonaro, ha sido el vencedor moral en las elecciones presidenciales este domingo pese a quedar en segundo lugar en la victoria del ex presidente de Brasil, Lula da Silva (2003-2010), con el 48,3% de los votos, 57,2 millones de votos, frente al 43,2% de Bolsonaro, 51,07 millones de votos. Bolsonaro ha superado ampliamente los pronósticos de los sondeos que preveían que el ex capitán del ejército de 67 años no superase el 40% de los votos y una diferencia con Lula de entre 10 y 14 puntos. Las amenazas de Bolsonaro de no aceptar los resultados se desvanecieron ante su respaldo en las urnas y el mandatario brasileño ha cargado duramente contra las empresas demoscópicas: “Vencimos a la mentira de Datafolha”, señalaba Bolsonaro la noche del domingo desde el Palacio de la Alvorada en Sao Paulo, residencia oficial del presidente brasileño.
Fracaso de los sondeos
Lula soñaba con una victoria en primera vuelta que las encuestas situaban cerca con un aumento en las intenciones de voto durante los últimos días de campaña que parecía que reflejaban el éxito de la llamada de Lula “al voto útil” de rechazo a Bolsonaro. El ex sindicalista del metal de 76 años se ha mostrado optimista de cara a la segunda vuelta del 30 de octubre, cuando 156,4 millones de brasileños están llamados de nuevo a las urnas para decidir el futuro político de Brasil entre la continuidad del proyecto ultraconservador de Bolsonaro y la promesa de un gobierno enfocado en lo social de Lula: “Vamos a ganar. Esto es solo una prórroga”.
Los resultados oficiales del Tribunal Superior Electoral (TSE) con el 99,9% de los votos escrutados confirman la ausencia de una tercera vía entre Bolsonaro y Lula. La candidata del Movimiento Democrático Brasileño, Simone Tebet, ha obtenido el 4,6%, 4,9 millones de votos, superando al candidato del Partido Democrático Laborista, Ciro Gomes, tercero en los sondeos, que solo ha obtenido un 3,08%, 3,5 millones de votos. Los otros siete candidatos no lograron superar el 1% de respaldo. El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Campinas, André Kaysel, explica a LA RAZÓN que “claramente hubo una discrepancia entre las encuestas y los resultados”: “Bolsonaro estuvo muy por encima de los pronósticos del 35% y ha logrado ocho puntos más, muy por encima del margen de error de dos puntos”.
El futuro de Brasil se decide en gran medida por la decisión de los votantes de Tebet y Gomes de cara a la segunda vuelta. Tebet ha prometido que anunciará su postura en el “momento oportuno”, mientras Gomes reclamaba más tiempo para manifestarse. El académico explica que no está claro si sus electores optarán por Lula, Bolsonaro o la abstención: “Son electores que resisten fuertemente a votar tanto a Lula como a Bolsonaro. Ahora tendrán que decidir. Es difícil estimar la proporción. Si se reparten por igual sus votos, Lula ganaría por estrecho margen. Bolsonaro ganaría si la inmensa mayoría de estos electores le votan. Es complicado que suceda”.
Pese al fiasco para la izquierda brasileña de los resultados de Bolsonaro, el líder del PT se mostró satisfecho de “poder seguir haciendo campaña”: “Me encanta salir a la calle, subir a los camiones y hablar con la gente”. Lula recordó que nunca ha ganado en primera vuelta en sus dos victorias electorales en 2002 y 2006. Lula vivirá su cuarta segunda vuelta tras presentarse a seis comicios presidenciales. El buen resultado de Bolsonaro dibuja un balotaje el 30 de octubre muy reñido. Tras ser diputado seis veces entre 1981 y 2018, Bolsonaro irá por la segunda vez tras ganar en 2018 con el 55% de los votos frente al 45% de a Fernando Haddad del PT.
Lula ha cosechado un buen resultado en el noreste de Brasil, una de las zonas más pobres del gigante suramericano, tras una campaña enfocada en combatir la pobreza. Sin embargo, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) tuvo menos éxito en los tres Estados más poblados y ricos: Sao Paulo, Rio de Janeiro y Mina Gerais. Bolsonaro ganó en Sao Paulo y Río de Janeiro, mientras que Lula obtuvo una victoria con menos margen de lo esperado en Mina Gerais. En las elecciones a gobernador en estos tres estados los aliados de Bolsonaro lograron ganar en primera vuelta o lideraron las votaciones a la espera de un segundo turno. “Hace 4 años era visto como si fuese un ser humano al que habían echado de la política”, señaló Lula en referencia a su salida de prisión en 2019 tras 19 meses en la cárcel condenado por corrupción, sentencias anuladas por la falta de imparcialidad del ex juez Sergio Moro en el “caso Lava Jato”.
Bolsonaro ha admitido que “muchos votos” a Lula demostraron una “voluntad de cambio por parte de la población” afectada por el aumento de los precios de la cesta de la compra con una inflación del 7,9% anual, el desempleo del 8,9% y la inseguridad. Pese a que Lula se quedó solo dos puntos de la victoria en primera vuelta, el buen resultado de Bolsonaro multiplica las esperanzas del presidente brasileño de ser reelegido en una incierta segunda vuelta el 30 de octubre.
Bolsonaro también celebró los resultados de su partido en las elecciones parlamentarias en las que se renovaban la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. El Partido Liberal (PL) de Bolsonaro se ha convertido en la primera fuerza del Congreso al obtener 99 de 513 escaños. El PT de Lula en coalición con el Partido Verde y el Partido Comunista de Brasil, ha logrado 80 diputados, doce más que en las anteriores elecciones. El presidente de Brasil para los próximos cuatro años que salga de las urnas el 30 de octubre tendrá dificultades para gobernar ante un congreso fragmentado y de inclinación conservadora.
“El cambio a la izquierda siempre es a peor”, defiende Bolsonaro criticando los recientes triunfos progresistas de Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petroen Colombia. Petro ha felicitado a Lula por “su victoria en primera vuelta”. La importancia económica de Brasil y la crisis climática, especialmente en el Amazonas cuya deforestación alcanzó un récord en el primer semestre del año, provoca que la región y el mundo presten especial atención al histórico duelo entre Bolsonaro y Lula. Kaysel subraya que “la victoria de Lula o Bolsonaro será por estrecho margen”: “Un triunfo de Lula por pocos votos dará a Bolsonaro una fuerza grande para poner en cuestión la elección”. El académico sostiene que “la extrema derecha se consolida en Brasil como una de las dos grandes fuerzas que polarizan el país”: “Bolsonaro va a aumentar el tono extremista de su campaña en un tono de cruzada religiosa e ideológica. La extrema derecha organiza la mitad conservadora de la sociedad brasileña. Brasil vive una polarización entre la extrema derecha y una izquierda aliada con sectores del centro-derecha”. Lula insistía en su optimismo de cara al 30 de octubre: “Como mi cumpleaños es el 27 de octubre, tal vez lo reciba de regalo, como en 2002″.
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