Crisis política
Irlanda del Norte se encamina a otras elecciones antes de Navidad
Los unionistas bloquean la formación de Gobierno en la provincia británica hasta que no se modifique el acuerdo del Brexit
Irlanda del Norte se enroca en la parálisis política después de que este jueves los partidos católicos y protestantes fracasaran en su cuarto intento de formar la mesa del Parlamento de Stormont. Paso previo a pode formar un Gobierno autónomo tras las elecciones de mayo, ganadas por primera vez por el partido republicano Sinn Fein.
El acuerdo de paz de 1998, que acabó con treinta años de violencia sectaria entre católicos y protestantes, exigen que ambas comunidades deben estar presentes en el Gobierno. Sin embargo, el Partido Unionista Democrático (DUP), el más importante entre los protestantes unionistas, bloquea el proceso hasta que no se modifique el Protocolo de Irlanda, que mantiene alineada comercialmente a la provincia británica con la República de Irlanda para evitar una frontera dura tras el Brexit. En opinión de los unionistas, esta solución de compromiso debilita el vínculo de Irlanda del Norte con el resto de Reino Unido.
Antes de un acalorado debate en Stormont, el presidente provisional del Parlamento, Alex Maskey, lamentaba que “si la asamblea no puede elegir un presidente y vicepresidentes, no puede continuar con ninguno de los otros asuntos, incluido el nombramiento de ministros”.
Se requiere la elección de un nuevo presidente antes de que se pueda nombrar un ejecutivo, pero los intentos de elegir a Patsy McGlone del Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) y Mike Nesbitt del Partido Unionista del Ulster (UUP) fracasaron.
El nuevo ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, ha hecho esta semana un último intento de que las partes acerquen posturas, con un ultimátum bajo el brazo que expira este viernes a medianoche, 24 semanas después de las elecciones. Pasado ese plazo, se convocarán nuevas elecciones, previsiblemente el 15 de diciembre, informa la BBC.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha pedido por boca de un portavoz al DUP que permita la actividad parlamentaria, alegando que “los ciudadanos de Irlanda del Norte se merecen una administración con plenos poderes y elegida a nivel local, que responda a los problemas a los que se enfrentan”.
Sin siquiera haber facilitado la elección de la mesa del Parlamento norirlandés, el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, ha dejado claro que no variarán sus posiciones hasta que no haya una “acción decisiva” sobre el protocolo del Brexit, “para retirar las barreras comerciales dentro del propio país”.
La vicepresidenta del Sinn Fein, Michelle O’Neill, que reivindica su derecho a ser ministra principal, ha atribuido a Donaldson un “fracaso de liderazgo” y ha reclamado un “enfoque conjunto” entre Londres y Dublín si, como parece, no hay ningún acuerdo de última hora en Belfast.
A partir de esta medianoche, los ministros interinos de Stormont serán destituidos de sus cargos y los funcionarios públicos superiores estarán a cargo. La Asamblea, que se ha estado reuniendo solo en asuntos especiales desde las elecciones de mayo, también sería disuelta.
Una elección antes de Navidad llenaría en parte el vacío, pero existe el riesgo de que empeore las cosas en lugar de mejorarlas. Las posiciones podrían endurecerse durante la campaña y, si hubiera una participación muy baja, podría cuestionarse la validez del resultado.
Como el DUP ha dicho que continuará su protesta contra el Protocolo, es poco probable que la elección en sí misma rompa el estancamiento. Por lo tanto, Irlanda del Norte podría establecerse para más ciclos de negociaciones, hasta 24 semanas, y futuras elecciones, hasta que se encuentre una resolución o se cambie la ley.
La líder del Partido Alianza, Naomi Long, quien deja su cargo como ministra de Justicia, dijo que estaba “avergonzada de ser parte de este circo una vez más”. “Sabemos que las elecciones en Irlanda del Norte no resuelven los problemas, profundizan la crisis”, agregó.
Matthew O’Toole, del SDLP, dijo que la sesión de la Asamblea fue “deprimente y vergonzosa” y “se sintió como un velatorio para compartir el poder”.
El líder de la UUP, Doug Beattie, aseguró que la convocatoria de la Asamblea era “una farsa” y que era necesario resolver los problemas de protocolo para restaurar al ejecutivo. Su colega de partido Robin Swann, el ministro de Sanidad saliente, dijo que estaba disgustado, frustrado y enojado por el estancamiento político. “Estoy enojado porque la política realmente se ha interpuesto en el progreso que requieren nuestros pacientes”, continuó.
Mientras, el viceprimer mnistro irlandés, Leo Varadkar, aseguró que era lamentable que Irlanda del Norte estuviera en esta situación y agregó que su mensaje a todas las partes, en particular al DUP, era “honrar su mandato”.
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