Armamento

ATACMS: ¿Por qué Biden debería entregar estos misiles de largo alcance a Ucrania?

Zelenski sabe que estos cohetes de ataque de precisión cambiarían radicalmente el curso de la guerra si se usan contra las líneas de suministro rusas

Lanzamiento de un misil ATACMS desde un sistema de lanzacohetes MLRS
Lanzamiento de un misil ATACMS desde un sistema de lanzacohetes MLRSWikipediaWikipedia

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha visto cómo sus peticiones para adquirir el ATACMS (sistema de misiles tácticos de largo alcance) han sido rechazadas en repetidas ocasiones. Es consciente que estos misiles de ataque de precisión, con un alcance de unos 300 kilómetros, cambiarían radicalmente el curso de la guerra si se utilizaran contra las líneas de suministro rusas.

La Administración Biden sostiene que los misiles ATACMS no son necesarios y que, si se suministraran, podrían utilizarse directamente contra Rusia. Teme que la entrega de estos misiles a Ucrania suponga una escalada de la guerra, una preocupación avivada a diario por el mandarario ruso Vladimir Putin.

Las tropas rusas ocupan unos 40.600 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano. La mayor parte de Crimea y un arco a lo largo de la costa se encuentran fuera del alcance de 80 kilómetros de los misiles suministrados por Estados Unidos y Reino Unido, lo que la convierte en un santuario operativo para los esfuerzos de reabastecimiento rusos.

El Ejército de Putin en primera línea depende de las vulnerables líneas de suministro en Ucrania, que se extienden más de 320 kilómetros. Si son atacadas en profundidad, esas rutas demostrarían ser la mayor debilidad de las fuerzas rusas.

Esta es la yugular de Rusia y Putin lo sabe. Al solicitar misiles ATACMS, Zelenski propone un ataque en profundidad para degradar sustancialmente la capacidad de reabastecimiento de Rusia.

El equipo de seguridad nacional del presidente estadounidense Joe Biden, al negarse a enviar misiles de largo alcance, está limitando el alcance del Ejército ucraniano a 80 kilómetros, dejando intactas la mayoría de las líneas de suministro rusas. En definitiva, el ATACMS -aunque no es una bala de plata- ofrece unas capacidades muy necesarias para el ejército ucraniano.

Biden también teme que Ucrania utilice este sistema de misiles de largo alcance para atacar territorio ruso. Contemplando tal situación, Zelenski decidió invitar recientemente al mandatario a desplegar una célula americana de verificación de objetivos en su estructura de mando militar.

El presidente de EE UU debería aceptar dicha oferta, y con una franqueza brutal subrayar sus preocupaciones prometiendo detener la ayuda norteamericana en caso de que de alguna manera se lanzara un misil contra Rusia.

La mayor preocupación de Biden tiene que ver con la escalada. Las constantes amenazas de Putin que vinculan el suministro de ATACMS a Ucrania con posibles represalias nucleares, dejan claro el tenue estado de sus fuerzas desplegadas.

Un asalto ucraniano a las líneas de suministro rusas paralizaría sus fuerzas en primera línea. Habrá que ver si Biden contacta con Putin y proporciona a Ucrania las municiones de largo alcance que necesita, o si se doblega ante las amenazas y, al hacerlo, condena a su pueblo a una guerra de duración desconocida y a posibles concesiones territoriales.