Guerra de Ucrania

Un desertor de Wagner pide asilo en Noruega tras una huida de película por la frontera ártica

El excomandante Andrej Medvedev, que dirigió un escuadrón en Donetsk durante cuatro meses, quiere denunciar los crímenes de guerra del grupo de mercenarios

Andrej Medvedev ha pedido asilo en Noruega
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El ruso Andrej Medvedev, de 26 años, que afirma tener experiencia como comandante en el grupo paramilitar ruso Wagner, solicitó asilo en Noruega. El hombre dice que quiere testificar contra el líder del grupo, Yevgeni Prigozhin, un oligarca cercano a Vladimir Putin, por sus crímenes de guerra en Ucrania.

Según su propia declaración, Medvedev firmó un contrato de cuatro meses con Wagner el 6 de julio, por el que fue enviado a la región de Lugansk, donde fue nombrado comandante de uno de los escuadrones de asalto con diez hombre a su cargo. Sin embargo, el mercenario optó por abandonar el grupo cuando expiró el contrato después de darse cuenta de su clima de línea dura, incluido cómo los soldados son más o menos enviados al frente para morir y cómo aquellos que se niegan a luchar corren el riesgo de ser ejecutados. Regresó a Rusia y se puso en contacto con organizaciones de derechos humanos.

Desde entonces, el mercenario ha estado prófugo, pero el Ejército noruego lo detuvo el viernes en Pasvikdalen después de cruzar la frontera norte entre Rusia y Noruega. El hombre ahora solicita asilo en Noruega y asegura que quiere testificar contra el grupo Wagner sobre sus crímenes de guerra en Ucrania. Afirma haber presenciado ejecuciones de desertores, pero él mismo no estuvo involucrado en ellas.

El excomandante aseguró que los hombres de Prigozhin están tratando de capturarlo porque ya en diciembre concedió una entrevista a los periodistas del diario online ruso “The Insider”, en la que habló sobre las ejecuciones y bajas del regimiento.

En una entrevista publicada por la ONG Gulagu, el presunto desertor relata que “mis antiguos empleadores intentaron encontrarme, la sociedad Wagner, Prigozhin y su banda, el FSB [servicio ruso de seguridad]. Lanzaron una operación de búsqueda criminal [en mi contra] a través del Ministerio ruso del Interior”.

“Estaba bajo la amenaza de ser secuestrado, de ser asesinado (...) incluso peor, de ser ejecutado con un mazazo [en la cabeza]”, añadió Medvedev, en referencia a un exdetenido y desertor de Wagner cuya ejecución fue grabada y difundida en noviembre.

El lunes, el hombre fue llevado a la capital noruega, Oslo, donde se revisará su información para determinar su veracidad. La Policía y la Junta de Inmigración de Noruega son hasta ahora muy reservadas sobre el hombre. Actualmente, Medvedev es solo sospechoso de cruzar ilegalmente la frontera.

La ministra de Justicia de Noruega, Emilie Enger Mehl, aseguró la televisión pública NRK que el servicio de seguridad noruego (PST) está involucrado en el caso para hacer una evaluación de seguridad de Medvedev. Preguntada sobre la peligrosidad que representa el mercenario, la ministra señaló que “es importante que la policía y los servicios de seguridad lo evalúen”, antes de añadir que “el punto de partida es que toda persona tiene derecho a solicitar asilo y que se examine su solicitud”.

En opinión de Oscar Jonsson, experto en guerra rusa en la Academia Noruega de Defensa, la deserción del mercenario es alarmante. “Esta es la primera persona del grupo de Wagner en desertar a Occidente. Dice que tiene, entre otras cosas, vídeos de crímenes de guerra que, de ser ciertos, podrían tener un efecto en las investigaciones de derecho internacional”, explica a la televisión pública sueca SVT.

En declaraciones a al diario “Aftenposten”, Wagner explicó que Medvedev era parte de un batallón noruego en el grupo llamado “Nidhogg”. Según el grupo, su mercenario tiene ciudadanía noruega y ha maltratado a prisioneros de guerra. Wagner va más allá y acusa a Medvedev de ser “muy peligroso”. “Debería ser procesado por maltratar a los presos. Estamos sentados sobre material que prueba lo que ha hecho”, afirma el grupo.

Ante estas acusaciones, Brynjulf Risnes, el abogado del desertor ruso, respondió a NRK que su cliente “no tiene absolutamente ninguna ciudadanía noruega ni ninguna conexión previa con Noruega, que yo sepa. Esto suena como una explicación extraña”. “Está dispuesto a hablar de su experiencia en el grupo Wagner con las personas que investigan los crímenes de guerra”, asegura el abogado.

No concedemos asilo a criminales de guerra. así que está claro que se trata de una evaluación muy importante. Todos los elementos deben analizarse con mucho cuidado. Él debe esperar que se le examine a fondo”, explicó Risnes

El supuesto mercenario relata cómo huyó de su país la madrugada del viernes a través del río helado que une Rusia y Noruega en la región de Murmansk mientras era perseguido por una patrulla rusa. “Escuché ladridos de perro, me di la vuelta y vi personas con linternas a unos 150 metros, que corrían en mi dirección”, explica. “Escuché dos tiros (...) Corrí sobre el hielo con la ayuda de la luz de las casas durante unos dos kilómetros”, añade.