Egipto

La huelga de hambre del activista egipcio Abdel Fatah se convierte en un dolor de cabeza para el presidente Al Sisi

El símbolo de la revolución egipcia, de 40 años, lleva más de 50 días sin ingerir alimentos. “Está físicamente débil, pero emocionalmente va mejor”, cuenta su madre

El activista pro democracia egipcio Ala Abdel Fatah en una imagen de archivo
El activista pro democracia egipcio Ala Abdel Fatah en una imagen de archivoNariman El-MoftyAgencia AP

Ala Abdel Fatah, símbolo de la revolución egipcia que derrocó en 2011 al régimen de Hosni Mubarak en el marco de la Primavera Árabe, ha superado recientemente el medio centenar de días en huelga de hambre en una cárcel de su país. El régimen militar presidido por Al-Sisi le condenó en diciembre pasado a cinco años de prisión por “difusión de informaciones falsas” después de publicar un post en Facebook denunciando los abusos a los derechos humanos que se cometen en las cárceles de su país. En octubre, el activista pro democracia, de 40 años, había publicado el libro titulado “You Have Not Yet Been Defeated” (Aún no habéis sido derrotados, en español).

Transferido por las autoridades egipcias el pasado 18 de mayo desde la prisión de alta seguridad de Tora, en El Cairo, al nuevo centro de detención de Wadi Natroun –situado a 150 kilómetros al norte de la capital- en respuesta a la solicitud del Consejo Nacional de Derechos Humanos, el militante izquierdista continúa desafiando al régimen militar del mariscal Al Sisi. “Vamos a seguir luchando por la liberación de Ala. Al menos puede recibir cuidados de salud en Wadi Natroun. Está físicamente débil, pero emocionalmente va mejor”, afirmaba su madre, Laila Soueif, tras visitarlo en la cárcel. El disidente egipcio es padre de un niño de corta edad.

Según su progenitora –matemática nacida en Londres y también activista-, Abdel Fatah ha podido disfrutar recientemente de un colchón donde dormir después de mucho tiempo sin poder hacerlo, aunque sigue aislado en una celda y sin acceso a libros, como ha sido el caso en los dos años y medio recluido en la cárcel de máxima seguridad de Tora. Soueif no ha ocultado su decepción ante la falta de eficacia de las autoridades de Reino Unido –el activista encarcelado obtuvo la nacionalidad británica en diciembre de 2021- a la hora de ayudar a su hijo.

60.000 presos por delitos de opinión

El activista, una de las caras más visibles de la blogosfera egipcia y las manifestaciones que tuvieron como centro la cairota plaza Tahrir en 2011, ostenta un triste récord: haber sido encarcelado por todos los mandatarios de su país durante más de una década. La última detención de Ala Abdel Fatah se produjo en septiembre de 2019, por participar en una manifestación contra el régimen de Al Sisi. Desde la llegada al poder del militar tras su golpe de Estado de agosto de 2013, el militante pro democracia ha pasado más tiempo detenido que en libertad. El mismo tribunal especial que le envió a la cárcel –en un juicio en el que el disidente no tuvo posibilidad de contar con su defensa- condenó también a su antiguo abogado Mohamed al Baqer y al bloguero Mohamed Ibrahim, apodado Oxygen, ambos a cuatro años de prisión. No hay posibilidad de recurrir los dictámenes en ninguno de los casos.

Según datos de Amnistía Internacional, en Egipto hay en torno a 60.000 presos por supuestos delitos de opinión. “Se trata de militantes pacíficos, defensores de los derechos humanos, abogados, universitarios y periodistas detenidos solo por haber ejercido su derecho a la libertad de expresión, la reunión pacífica o la asociación”, lamentan desde la organización. Las autoridades del más populoso Estado árabe, por su parte, niegan la existencia de un solo preso político en sus cárceles. Convertido en presidente en junio de 2014, el mariscal Abdel Fatah Al Sisi será presidente constitucional de Egipto hasta, al menos, 2024, fecha en que deben celebrarse nuevas elecciones.