Destitución histórica
El ala derecha del Partido Republicano fuerza la destitución de McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes de EE UU
El republicano por California no logra aplacar la rebelión interna y se convierte en el primer «speaker» en ser apartado del cargo
En una votación histórica en Estados Unidos cuyo único precedente ocurrió hace cien años con la moción de anulación contra Joseph Cannon en 1910, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, ha sido destituido tras una rebelión del ala más radical de su propio partido. Es el primer speaker de la Cámara Baja en ser apartado del cargo.
Con 216 votos a favor y 210 votos en contra, el congresista californiano terminó siendo víctima del hundimiento de un barco que tal vez estaba destinado a las profundidades desde el inicio, 10 meses atrás, cuando necesitó hasta 15 votaciones convencer a los suyos de que le nombraran presidente de la Cámara.
Los ocho republicanos que finalmente han votado a favor de su destitución han sido Andy Biggs de Arizona, Ken Buck de Colorado, Tim Burchett de Tennessee, Eli Crane de Arizona, Matt Gaetz de Florida, Bob Good de Virginia, Nancy Mace de Carolina del Sur y Matt Rosendale de Montana.
Los demócratas barajaban dos opciones: mantener a flote a McCarthy o mantenerse al margen. Sin embargo, en una reunión a puerta cerrada este martes, el representante Hakeem Jeffries de Nueva York, el líder de la minoría, esgrimió la «falta de voluntad de los republicanos para romper con el extremismo MAGA» como argumento para optar por la segunda.
Todo comenzó por un pequeño pero unido grupo de republicanos de la Cámara de Representantes, encabezados por el representante Matt Gaetz, que se unió a los demócratas para derrocarlo, luego de que fuera cuestionado desde el comienzo, pero particularmente en los últimos días. Gaetz afirmó que McCarthy ya no representaba a los intereses del caucus del Partido Republicano, después de que el californiano trabajó con los demócratas para aprobar un proyecto de ley de financiamiento provisional y evitar un cierre del Gobierno durante el fin de semana. Otros republicanos que votaron para destituirle de la presidencia citaron en gran medida su enojo por su manejo de las cuestiones fiscales.
Pero lo cierto es que el acuerdo bipartidista fue un último recurso para McCarthy, quien había intentado aprobar un plan de financiación del Partido Republicano pero fue bloqueado por un puñado de los mismos suyos, incluidos varios que votaron para destituirlo. McCarthy y sus aliados creen que la medida también es personal. Gaetz, había estado amenazando durante semanas con forzar una votación para destituirle debido a una investigación ética sobre él que se está adelantando en otro frente.
El futuro es tan incierto como lo han sido estos 10 meses. La Cámara estará dirigida por un presidente interino (presidente pro tempore) elegido de una lista designada por McCarthy y compartida con el secretario de la Cámara, un proceso implementado por razones de continuidad del Gobierno después del 11 de septiembre. Los miembros de ambos partidos esperan que el Portavoz pro tempore tenga la responsabilidad principal de presidir una nueva elección de Portavoz lo más pronto posible.
Hasta entonces, los asesores de la Cámara Baja esperan que el órgano pueda hacer una repetición de la histórica elección de 15 votos de McCarthy en enero. La destitución de McCarthy está indisolublemente ligada a esa saga de cuatro días. Recordemos que para influir en los 20 que se resistían a él y ganar el liderazgo, McCarthy aceptó una serie de condiciones, incluido cambiar el umbral para forzar una votación sobre la destitución del Portavoz de cinco miembros a solo uno. Hoy, ha tenido que beber de su propia medicina.
La moción para anular la amenaza ha estado pendiente de su cabeza desde entonces.
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