Matanza en Texas
La normalización de la práctica "dispara primero, pregunta después" desangra Estados Unidos
Los estados empiezan a debatir la doctrina de autodefensa "mi casa, mi castillo" tras el aumento de los tiroteos masivos en el país mientras continúa la búsqueda del asesino de Cleveland
Más de 250 agentes de seguridad locales, estatales y federales continuaban este martes buscando al hombre que presuntamente mató a 5 vecinos, entre ellos un niño de 9 años, en Cleveland (Texas) el pasado viernes. Los hechos ocurrieron justo después de que las víctimas le pidieran al tirador que dejara de disparar en el patio delantero de su casa porque estaban tratando de dormir a su bebé. Eran las 11 de la noche y habían llamado al 911 hasta 5 veces denunciando el estruendo, pero los agentes no acababan de llegar para controlar la situación y su bebé no se dormía. Así que decidieron pedirle por las buenas que disparara su arma más lejos de la casa para que no hiciera tanto ruido. Al parecer, Francisco Oropesa, de 38 años, no se lo tomó nada bien. Pocos minutos después, entró en la casa de sus vecinos armado con un rifle AR-15 (el arma utilizada en la mayoría de las matanzas que ha habido en este país, además de la más vendida en EE. UU.) y comenzó a disparar contra sus habitantes.
Primero acabó con la vida de Sonia Argentina Guzmán (25 años), mientras el resto de los inquilinos buscaban refugio para salvar sus vidas. Ramiro Guzmán se escondió con su esposa y su bebé de 6 meses en un armario y llamó desesperadamente a la policía pidiendo ayuda. Cuando los agentes llegaron había 4 adultos muertos de entre 18 y 31 años, y un pequeño de 9 fallecía poco después en la ambulancia camino del hospital.
Desde entonces, varias agencias, incluido el FBI y oficiales de la patrulla fronteriza de EE. UU. (en caso de que intente huir a su México natal), buscan a Oropesa que se enfrenta a 5 delitos de asesinato. Se ofrece una recompensa de $80,000 dólares por cualquier pista que conduzca a su paradero. Los investigadores le perdieron el rastro el sábado por la noche, tras encontrar en un bosque cerca del lugar de los hechos sus ropas y el teléfono móvil que les había estado chivando su posible ubicación en las primeras horas de búsqueda.
Lo buscan por tierra y aire (con la ayuda de drones), porque según ha dicho el Sheriff del condado ¨ahora mismo podría estar en cualquier parte¨, y se trata de un hombre ¨armado y peligroso¨. Una fuente cercana al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE, por sus siglas en inglés) reveló a los medios que el sospechoso habría ingresado en el país de manera ilegal y habría sido deportado por los funcionarios de inmigración hasta en 4 ocasiones en los últimos 14 años. Se desconoce cuánto tiempo llevaba en EE. UU. desde que entró al país por última vez.
Este último tiroteo tiene lugar en un EE. UU. armado hasta los dientes (hay más armas – cerca de 433 millones- que ciudadanos - 331.9 millones), que en los últimos meses ha visto como crece una nueva tendencia, la de disparar primero y preguntar después en nombre de la defensa personal. Es lo que le sucedió a un joven negro en Missouri cuando iba a recoger a sus hermanos pequeños y tocó el timbre de la casa equivocada. Todavía se recupera de los dos disparos que recibió. El presunto autor, un hombre blanco de 84 años, se enfrenta a un delito de agresión en primer grado y se defiende alegando que ¨pensó que alguien se estaba metiendo en su casa¨, explica en su artículo el New York Times. Algo parecido le ocurrió a una joven de 20 años en Nueva York, murió de un disparo mientras conducía buscando la casa de su amiga. Ir a parar a la dirección equivocada en este país sale cada vez más caro, y todo en nombre de la autodefensa, un derecho que cuenta con leyes protectoras en al menos 30 estados que defienden la llamada ¨doctrina del castillo¨, que dificulta el procesamiento de los autores asegurando que disparan en defensa propia para proteger ¨su posición, su castillo¨. Estos últimos casos han vuelto a poner el foco en estas leyes y doctrinas de autodefensa que en los últimos años han contado con el apoyo de la legislación estadounidense, pero cada vez plantean más dudas acerca de hasta dónde llega este argumento cuando en las consecuencias son mortales.
Según los expertos, esta nueva práctica de disparar ¨sin mirar a quien¨ tiene su origen en el miedo que se está apoderando de los ciudadanos ante el aumento de la delincuencia en las principales ciudades (según datos oficiales, los homicidios han crecido un tercio desde 2019 en EE UU). Además, también la achacan al acceso cada vez más fácil y creciente a armas de fuego (aproximadamente el 20% de los hogares estadounidenses compraron un arma por primera vez entre marzo de 2020 y marzo de 2022). En los que llevamos de año, en Estados Unidos se han vivido ya más de 174 tiroteos masivos (cuando fallecen 4 o más personas sin incluir al autor del tiroteo).
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