Bruselas

Las noches locas de los Abdeslam

Los terroristas, al descubierto. «Salah era más conocido en los bares de ambiente», asegura a LA RAZÓN un tabernero belga

Captura del vídeo de la CNN de las juergas de los hermanos Abdeslam
Captura del vídeo de la CNN de las juergas de los hermanos Abdeslamlarazon

La cadena estadounidense CNN publica un vídeo de los hermanos Abdeslam, Brahim y Salah, presuntos autores de los ataques de París de noviembre pasado, en los que se puede ver a ambos disfrutando de una fiesta en un club nocturno en Bruselas.

Los hermanos Abdeslam eran unos fiesteros en toda regla. Las borracheras inundaban sus juergas, «vivían las noches a tope», asegura un amigo suyo. Unas imágenes difundidas ayer por CNN así lo demuestran. En ellas, Ibrahim (31 años) y Salah (26 años), ocho meses antes de los atentados de París del 13-N, disfrutan de la música del rapero Laacrin en un conocido local de la Avenida Louise, en Bruselas. Risas, alcohol, cigarros y ligues. «Salah fumaba, bromeaba, bebía y le gustaban las cartas. Era un tipo simpático», dice ahora el joven que responde al nombre falso de Rachid (ante su temor a las represalias) y que compartía el desfase nocturno con los yihadistas. En una de los instantáneas, Ibrahim, el kamikaze de uno de los cafés parisinos, sujeta un cigarro mientras coquetea con una rubia. A su lado, Salah (ahora encarcelado en una prisión de Brujas), vestido de naranja, da buenos tragos a su copa. «Salah era al que más le gustaba divertirse, su hermano era bastante serio», asegura Rachid. Del tercero de los Abdeslam, Mohamed (29 años), ni rastro en las imágenes. El hermano mayor y el pequeño estaban muy unidos y Mohamed se mantenía apartado de sus «trapicheos». Tanto Rachid como Karim, el otro responsable de la grabación, pasaban largas horas en el bar Les Beguines, propiedad de los yihadistas, donde fumaban porros y jugaban al póker. «Salah decía que tenía novia», afirma Rachid sin concretar. Sin embargo, tal y como pudo saber este periódico, el pequeño de los Abdeslam mantenían una vida paralela. Mientras que entre sus amigos y conocidos se dejaba ver con chicas, cuando estos se iban a casa salía a la luz su otro yo. Acudía a los locales gays de la capital europea y ofrecía servicios sexuales a los clientes. «Nosotros sabemos quién era realmente Salah. El 1 de noviembre (doce días entes de los atentados de París) estuvo en mi local como solía hacer todos los fines de semana», explica a LA RAZÓN J. M., que regenta La cave á vin, un conocido punto de encuentro de homosexuales.

Su actitud siempre era agresiva; es más, en varias ocasiones los camareros se vieron obligados a expulsarle del local «ante el espectáculo que montaba». «Venía drogado y bebido. Acosaba a la gente, sobre todo a los clientes más mayores», subraya J. M. Además, tras los atentados del 13-N, la asociación de propietarios de locales de ambiente de Bruselas pusieron en conocimiento de la Policía todo lo que ellos sabían sobre el terrorista. «Aquí (en el barrio gay) conocemos a Abdeslam mejor que en Molenbeek (donde vivía)», agrega este empresario nocturno. De hecho, la distancia entre ambas zonas no supera los 15 minutos caminando.

Según los autores del vídeo nocturno difundido ayer, esa noche de febrero, cuando fueron grabados, fue la última en la que Rachid y Karim vieron a los hermanos Abdeslam. La siguiente sería en la portada de todos los periódicos tras los atentados del 13-N. «Ibrahim había empezado a hacerse más religioso, iba mucho a la mezquita y si no, rezaba en casa. Notaba que estaban cambiando», sentencia Rachid.