Sri Lanka
Incertidumbre y rabia en torno al saqueado palacio presidencial de Sri Lanka
El primer ministro y el presidente dimiten tras protestas masivas por la mala gestión de la crisis económica
Los principales partidos de la oposición de Sri Lanka tienen previsto celebrar una asamblea extraordinaria el domingo para llegar a un consenso sobre el establecimiento de un gobierno de todos los partidos en medio de una agitación política sin precedentes, dado que el presidente Gotabaya Rajapaksa y el primer ministro Wickremesinghe han presentado su dimisión después de que los manifestantes ocuparan sus propiedades en protesta por la negligente gestión del sistema financiero.
Tras meses de descontento, el asediado presidente Gotabaya Rajapaksa acepto dimitir y miles de manifestantes irrumpieron el sábado en su residencia oficial. A medida que se agrava la crisis económica, los activistas que irrumpieron en el palacio presidencial deColombo, se instalaron a sus anchas para disfrutar de los lujos reservados al mandatario y su entorno.
En la piscina se les pudo entrever dando saltos mortales, paseándose por las opulentas habitaciones, ejercitándose en el gimnasio y atiborrándose de comida en la cocina. Incluso mostrando largas sumas de rupias que aseguran haber encontrado en las instalaciones.
Estos dramáticos eventos constituyen la culminación de meses de protestas por parte de un pueblo enfurecido por la peor crisis económica en las últimas siete décadas sufridas por esta nación insular, así como por la incompetencia y la corrupción del clan Rajapaksa.
Cientos de miles de personas se concentraron en Colombo para exigir la responsabilidad del ex mandatario por la severa escasez de divisas que ha paralizado las importaciones de medicinas, alimentos y combustible, poniendo de rodillas a la antaño próspera economía y provocando la miseria de los ciudadanos de a pie. Las Naciones Unidas han advertido de una posible crisis humanitaria en este contexto.
A partir de ahí, el presidente de 73 años, que se aferró al poder incluso después de que la violencia mortal en todo el país en mayo obligara a su hermano Mahinda a abandonar el cargo de primer ministro, decidió finalmente tirar la toalla.
“Para garantizar una transición pacífica, el presidente dejará el cargo el 13 de julio”, dijo el portavoz parlamentario Mahinda Abeywardana en una declaración televisada.
La cercana oficina de Rajapaksa frente al mar también cayó en manos de los manifestantes, mientras que otros prendieron fuego a la residencia del primer ministro Ranil Wickremesinghe, a pesar de que éste también ofreció su renuncia.
Las imágenes difundidas en redes sociales mostraban a una multitud aplaudiendo el incendio, que se produjo poco después de que un destacamento de seguridad que custodiaba a Wickremesinghe atacara a varios periodistas frente a la vivienda. El Hospital Nacional de Colombo, el principal de la capital, informó que 105 personas habían sido ingresadas y que 55 seguían siendo atendidas el domingo.
Los hermanos Rajapaksa habían sido aclamados por muchos en su país como héroes por haber triunfado en la batalla civil contra los Tigres de Liberación del Eelam Tamil, si bien ahora se les culpa del peor desastre del país.
Estos han dominado la política durante cerca de dos décadas y ocupado los máximos cargos de presidente, primer ministro, ministro de finanzas y otros puestos clave del gabinete, a lomos de un programa ultranacionalista. Los problemas llegaron a su punto álgido cuando la prolongada mala gestión de la economía y la corrupción llevaron al país a la bancarrota. Los manifestantes llevaban pidiendo su destitución desde marzo, mientras la nación de 22 millones de habitantes se enfrentaba a una situación financiera desesperada.
Las opciones hasta ahora han sido limitadas, ya que los precios del petróleo y del gas se han disparado a causa de la guerra de Ucrania y han llevado a Gotabaya a buscar incluso la ayuda del presidente ruso Vladimir V Putin. A través de un tuit, el mandatario aseguró que telefoneó a Putin para pedirle “apoyo crediticio” para importar combustible tres días antes de que los protestantes asaltaran su residencia y lo echaran.
Se espera un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que permita obtener un rescate de 3.000 millones de dólares, a pesar de que las conversaciones con este organismo se han resentido debido a los continuos disturbios. La nación ha estado negociando con el mismo para reestructurar los miles de millones de dólares de deuda que ha dejado de pagar. El nuevo gobierno tiene que presentar un plan de sostenibilidad de la deuda en agosto, antes de que se pueda llegar a un acuerdo. La deuda internacional completa de Sri Lanka asciende a 51.000 millones de dólares.
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