China

La mejor oportunidad para Xi

Busca ser recordado como el nuevo padre de China y para ello tiene que conseguir la reunificación de las dos Chinas

China lanza un misil durante las maniobras en el estrecho de Taiwán
China lanza un misil durante las maniobras en el estrecho de TaiwánLai QiaoquanAgencia AP

La visita de Nancy Pelosi, presidenta del Congreso de Estados Unidos, a la isla de Taiwán ha hecho saltar todas las alarmas en Pekín. Y es que la República Popular de China tiene por objetivo hacerse con el territorio aún en control por la República de China, nombre oficial del gobierno en Taipéi. Mucho revuelo se ha creado en torno a esta visita, pero en realidad, poco de especial tiene exceptuando la sobrerreacción de Xi Jinping. Las visitas de delegaciones parlamentarias desde Washington a la antigua Ilha Formosa no son ninguna novedad. Es más, desde el 28 de febrero de 2018 el Congreso de Estados Unidos aprobó la Ley de Viajes de Taiwán, que permitía a autoridades tanto de Taipéi como de Washington a organizar visitas de este tipo. Pero 2018 no es el inicio de estas visitas, ya llevaban organizándose desde hace décadas. Pelosi tampoco es la primera presidenta del Congreso en visitar la isla.

¿Entonces, a qué se debe tanto revuelo? Pues la realidad es que Pekín es, hoy por hoy, un país que se sabe en pleno apogeo de su poder. Y digo apogeo ya que el futuro no es nada favorable para el gigante asiático. Sabiéndose en la cúspide del máximo poder que puede alcanzar, Xi Jinping busca hacerse con el control de una isla que siempre ha plantado cara al comunismo. Xi busca ser recordado como el nuevo padre de China, y para ello tiene que conseguir lo que ni siquiera Mao pudo, la reunificación de las dos Chinas. Pero esto es una línea que Occidente no puede permitir. Sería una agresión más al liberalismo y la democracia. Si bien Taipéi empezó su andadura por separado como una dictadura militar más, hoy la isla es uno de los países más democráticos del planeta.

Pero la motivación de Xi va más allá de una simple obsesión personal. La isla es estratégicamente vital para la proyección de fuerza en la región. Portugueses, españoles, británicos, holandeses, franceses y japoneses buscaron en un momento u otro controlar una isla que permite dominar todas las rutas marítimas a China, es como se la conoce formalmente como un portaviones insumergible. A apenas 161 kilómetros de la costa controlada por la República Popular, Taiwán permite encerrar a China desde un punto de visto naval en caso de conflicto.

¿Habrá entonces invasión? Es poco probable. Pekín se sabe vulnerable. No olvidemos que es un país que depende prácticamente exclusivamente del comercio marítimo, primero para la importación de sus fuentes de energía, y segundo para la exportación de los productos que fabrica. China es en realidad el país más dependiente de la globalización. En caso de conflicto estas rutas podrían verse cortadas con suma facilidad. El 70% de la energía importada por China ha de cruzar el Océano Índico y el estrecho de Malaca. Además, el 60% de sus productos se exportan a través del Mar de la China Meridional.

Esta es la gran debilidad de Pekín. Y es que un par de submarinos enemigos bien emplazados podría resultar en un apagón de proporciones calamitosas en China. Por último, tengamos en cuenta que Taiwán es una isla. Si algo hemos aprendido de Ucrania es que un defensor motivado puede causar estragos en un invasor. Añadamos a esto que las tropas de Taipéi llevan más de 70 años preparándose para una eventual

invasión de Pekín, el terreno escarpado de la isla hermosa y una población dispuesta a defender sus libertades y los cálculos son poco propicios a Pekín. De todos modos, la visita de los congresistas estadounidenses es un claro y bienvenido mensaje de apoyo a Taiwán en el momento más delicado, en un momento en el que China sabe que está en la cúspide de su poder, quizás la mejor oportunidad tendrá de hacerse con la isla. Nuestro mensaje ha de ser el mismo que le mandamos a Putin: No.

Borja de Arístegui es profesor de Relaciones Internacionales