Cargando...

Gran apagón

Bruselas no ve “indicios” de que el apagón haya sido causado por un ciberataque o boicot

Ribera tacha lo ocurrido como “una de las caídas más importantes en los últimos años”

Ribera se reúne con el comisario europeo de energía para evaluar el apagón eléctrico Sara MoratoEFE

La Comisión Europea se ha mostrado prudente sobre las causas del apagón eléctrico sufrido por la Península Ibérica y parte de Francia.

La vicepresidenta del Ejecutivo comunitario para Transición Limpia y responsable de Competencia, Terea Ribera, ha negado que haya indicios de boicot en las causas de este apagón que ha calificado como “una de las caídas del sistema eléctrico más importantes en los últimos años”.

“De momento no hay nada que nos permita afirmar que ha habido algún tipo de boicot o ciberataque”, ha asegurado la vicepresidenta ante los medios de comunicación poco antes de intervenir ante la Eurocámara. De esta forma, Ribera también ha salido al paso de unas declaraciones falsamente atribuidas a la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, en las que culpaba de lo ocurrido a un ciberataque. Pero las declaraciones de Ribera desmienten este este bulo propagado a través de redes sociales.

Según ha explicado la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario, la Comisión Europea está en contacto “estrecho” con las autoridades tanto españolas como portuguesas para restaurar el servicio “cuanto antes” “Los operadores del sistema eléctrico de Europa están trabajando para ver qué ha pasado y para dar apoyo en la restauración del sistema en la Península Ibérica”, ha declarado.

Ribera también ha aprovechado la ocasión para pedir “paciencia” a los ciudadanos de los dos países a los que solicitado “seguir las instrucciones de los responsables de protección civil”.

A pesar de los mensajes de prudencia y tranquilidad del Ejecutivo comunitario, este apagón ha tenido lugar un mes después de que Bruselas pidiera a los ciudadanos europeos la preparación de un kit de emergencia que les permita subsistir al menos 72 horas con reservas de bienes de primera necesidad como agua, comida, medicamentos y baterías. El propósito de este kit es poder responder ante situaciones como catástrofes naturales, ciberataques o una agresión armada.

La Comisión Europea está preparando una guía de manera coordinada con los países europeos, pero es consciente de que las competencias en este ámbito son nacionales. Esto significa que corresponderá a cada país establecer el listado definitivo según sus peculiaridades geográficas y culturales.

Actualmente ya existe un centro de coordinación de emergencias de la UE, pero Bruselas quiere ampliar sus capacidades para superar la fragmentación ya que ahora mismo hay más de 50 sistemas de alerta temprana en la UE. Se trata de crear una plataforma única para aglutinar toda la información. Este centro se encargaría de analizar riesgos, realizar sesiones informativas sobre perspectivas operativas, estudiar los efectos en cascada de estos riesgos y preparar escenarios para saber cómo actuar. Además, la Comisión Europea también quiere establecer un servicio de observación gubernamental que se encargue ofrecer imágenes por satélite. Al igual que en el caso del centro de alerta temprana, se trata de reforzar las capacidades actuales y la utilización de la red de satélites Copernicus para apoyar la gestión de las emergencias y asegurar la seguridad.

En línea con lo aprendido durante la pandemia cuando las cadenas de suministro colapsaron, Bruselas también quiere coordinar entre los países europeos reservas estratégicas de medicamentos, materias primas y alimentos y que este enfoque tenga un punto de vista sectorial. Una estrategia que también se engloba dentro de la vuelta a un cierto proteccionismo y la necesidad de primar el Made in Europe en bienes estratégicos.

El paquete presentado hace un mes no solo incide en medidas individuales o familiares sino en un nuevo enfoque europeo de alianzas entre el ejército y los cuerpos civiles, ante el incremento de amenazas híbridas. Esto incluirá la puesta en marcha de simulacros de emergencia a nivel europeo –aunque la preparación recaiga en las autoridades nacionales- para comprobar la capacidad de respuesta ante diferentes tipos de peligros y que involucrarán desde militares a cuerpos civiles de policías, bomberos y médicos