Opinión

Milei, tras su varapalo electoral

La derrota en las elecciones legislativas de Buenos Aires representa una prueba de ensayo para el Gobierno de Milei, de cara a las elecciones legislativas a nivel nacional del 26 de octubre

Argentina.- Milei presenta los presupuestos de Argentina para 2026 defendiendo "el equilibrio fiscal"
Argentina.- Milei presenta los presupuestos de Argentina para 2026 defendiendo "el equilibrio fiscal"Europa Press

El presidente libertario de Argentina, Javier Milei, y su partido La Libertad Avanza sufrieron un duro revés político el pasado 7 de septiembre. En las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires -que representa el distrito más importante del país y el 40% del padrón electoral-, el oficialismo fue ampliamente superado por la coalición peronista Fuerza Patria, presentada por Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia. La diferencia fue significativa: el peronismo obtuvo aproximadamente el 47% de los votos frente al 34% de Milei. Durante la campaña, los ganadores convirtieron la elección en un asunto plebiscitario, lograron convencer a los bonaerenses de ello y ganaron.

Esta derrota estratégica plantea la interrogante: ¿por qué se perdió? Las razones se encuentran en varios aspectos. En primer lugar, estas elecciones fueron la oportunidad para que un importante segmento del peronismo y de indecisos expresara su descontento por los modos frontales y agresivos del presidente, por las denuncias de corrupción que ya existen en su gobierno y por el estancamiento de la economía. Lo último cobra especial relevancia en esta provincia; al menos el 42% de los trabajadores se desempeña en condiciones informales, según datos nacionales y del conurbano urbano. Es probable que, en promedio provincial, esa informalidad supere el 50%, especialmente si consideramos las zonas periurbanas, rurales o menos desarrolladas, donde tiende a ser más alta.

Por otro lado, la derrota se debe a la disciplina peronista en la provincia de Buenos Aires -ciertamente anclada en un aparato de corrupción evidente- sostenida por alcaldes que siguen siendo leales al proyecto kirchnerista, que en el papel lidera sobre todo el actual gobernador Kicillof. A pesar de sus diferencias con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, ambos supieron anteponer la unidad de esta izquierda peronista que, diezmada por la victoria de Milei en 2023 y por la condena de la propia Cristina, hoy saborea esta victoria con gusto a gloria y revancha.

¿Qué sigue? El próximo 26 de octubre se celebrarán elecciones legislativas a nivel nacional. Milei todavía no llega a la mitad de su mandato; en diciembre cumple dos años y le restan otros dos. En este contexto, lo ocurrido en la provincia de Buenos Aires representa una prueba de ensayo para el gobierno de cara a esa elección. Tomarán nota y tendrán que ajustar la estrategia. Los resultados sugieren un escenario más complejo para el oficialismo, con un Congreso más hostil y los mercados decaídos por el resurgimiento electoral del populismo peronista.

De cara al 26 de octubre, se debe considerar que Milei no tiene estructura territorial y necesitará cuadros en todo el país para obtener una victoria, o al menos evitar una derrota estrepitosa. Durante este mes, el dogmático presidente argentino deberá renunciar a sus formas conflictivas y tendrá que sentarse con adversos de partidos antiperonistas, si quiere prevalecer y ganar la mayoría en el Congreso, tarea indispensable para consolidar su proyecto económico libertario.