Accidente

El choque de trenes que ha dejado al menos 57 muertos incendia las calles de Grecia

A pesar de que la Fiscalía ha imputado al jefe de la estación por homicidio imprudente, la ira entre los griegos no deja de aumentar

La mayor tragedia ferroviaria en la historia de Grecia abre numerosos interrogantes sobre los errores que permitieron que dos trenes que circulaban por la misma vía en sentido contrario, uno de pasajeros con 356 personas a bordo y otro de mercancías, colisionaran este miércoles cerca de la ciudad de Larisa, a 300 kilómetros al norte de Atenas, dejando al menos 57 muertos y decenas de heridos. La Fiscalía imputó al jefe de la estación por homicidio imprudente y otros delitos, pero la indignación entre los griegos no deja de aumentar.

La conmoción por el trágico accidente se transformó con el paso de las horas en rabia y empujó a cientos de personas a salir a las calles de las principales ciudades griegas para protestar por las deficiencias del sector ferroviario. Alrededor de la medianoche, justo después de que el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, confirmara que el accidente se debió a “un trágico error humano”, a pesar de que la investigación continúa abierta, cientos de personas se concentraron frente al Parlamento y ante la sede de la empresa propietaria de los ferrocarriles, Hellenic Train. Las protestas derivaron en enfrentamientos violentos y la Policía utilizó gases para dispersar a los manifestantes.

La Fiscalía de Larisa abrió una investigación para esclarecer las causas del siniestro e imputó al jefe de la estación de trenes de esa ciudad de homicidio involuntario y otros delitos penados con entre diez años de cárcel y cadena perpetúa. El hombre, de 59 años, era el responsable de la gestión de los trenes que circulaban en el tramo en el que se produjo la fatal colisión. El funcionario, que fue detenido el miércoles, habría admitido su responsabilidad al situar un tren de pasajeros en la misma vía por la que viajaba en dirección contrario otro convoy de mercancías con dos maquinistas, según medios locales, y está previsto que testifique el próximo sábado ante los fiscales griegos.

El abogado del jefe de la estación, Stefanos Patzartzidis, dijo que su cliente “estaba devastado a nivel humano” y que había “asumido la responsabilidad dentro del marco que le corresponde”, pero añadió que “hay muchas responsabilidades que tienen que asumirse” por parte de otras personas.

Sin embargo, los principales sindicatos ferroviarios denuncian que detrás de las causas del accidente se encuentra también el precario estado de conservación de la red nacional y la inexistencia de un sistema automatizado que alertara de que dos trenes circulaban en la misma dirección a gran velocidad, lo que probablemente habría evitado el fatal desenlace. “La falta de respeto mostrada a lo largo de los años por los gobiernos a los ferrocarriles griegos condujo al trágico resultado”, afirmó el sindicato en un comunicado. “El dolor se ha convertido en ira por las decenas de compañeros y ciudadanos muertos y heridos”, añadió.

Este jueves las principales organizaciones sindicales del sector declararon una huelga de 24 horas en protesta por la detención del jefe de la estación imputado y para denunciar el deterioro de los servicios ferroviarios tras la privatización en 2017. Los ferrocarriles griegos, Hellenic Train, están operados por la compañía nacional italiana, Ferrovie dello Stato. Sin embargo, el resto de la infraestructura –incluidos los sistemas de seguridad-- dependen del estatal Organismo de Ferrocarriles de Grecia (OSE).

En este sentido, el portavoz del Gobierno, Yiannis Economiu, aseguró que la investigación analizará también “los retrasos en la ejecución de los trabajos ferroviarios causados por las deficiencias crónicas del sector público y décadas de fracasos”. Unos retrasos que, tras el trágico accidente, precipitaron la dimisión del ministro de Infraestructura y Transportes, Kostas Karamanlís, quien reconoció que el estado del sector ferroviario griego “no se corresponde con el siglo XXI”. “Hicimos todo lo posible para mejorar esta realidad”, pero “desafortunadamente, estos esfuerzos no fueron suficientes para evitar tal accidente”, lamentó.

El titular de Infraestructuras y Transportes no ha sido la única víctima política del accidente. A la dimisión del ministro le siguió poco después la del director general del Organismo de Ferrocarriles de Grecia, Jristos Vinis, del que depende la infraestructura ferroviaria del país, incluidos los sistemas de seguridad.

Al mismo tiempo que las protestas de los griegos incendian las calles y comienzan a derivarse las primeras responsabilidades políticas, el último balance oficial confirmó la muerte de al menos 57 personas, mientras otras 57 permanecen aún hospitalizadas, seis de ellas en cuidados intensivos. La mayoría de las víctimas eran jóvenes universitarios de entre 20 y 30 años que regresaban a Tesalónica tras un puente festivo.