Ártico

Dinamarca busca apoyos en la UE y la OTAN para blindar Groenlandia frente a Trump

Frederiksen pide preservar la unidad europea en una gira en Berlín, París y Bruselas

Donald Trump ya ha ocupado el Despacho Oval y no ceja en su empeño de hacerse con el control de Groenlandia. Tras una tensa llamada entre el nuevo presidente de EE UU y la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, esta última ha decidido emprender una gira europea para recabar el apoyo de sus socios europeos y la OTAN. Tras su visita ayer a Berlín, se dirigió a Bruselas y París. «Dinamarca es un país pequeño con aliados fuertes. Y forma parte de una comunidad europea fuerte en la que juntos podemos hacer frente a los desafíos a los que nos enfrentamos», aseguró la primera ministra antes de partir en helicóptero a Berlín, después de haberse entrevistado durante el fin de semana con los primeros ministros de Suecia y Noruega y el presidente de Finlandia, para establecer un frente nórdico unido.

Sin mentar a Trump, la primera ministra ha recalcado que «con una guerra en el continente y los cambios en la realidad sociopolítica, la unidad es crucial». Tras la investidura, el inquilino de la Casa Blanca y Frederiksen mantuvieron la semana pasada una conversación telefónica de 45 minutos que, según el rotativo británico Financial Times (FT), estuvo marcada por un todo «agresivo» por parte de Donald Trump. «Era muy firme. Era una ducha fría. Antes era difícil tomarlo en serio. Pero creo que es grave y potencialmente muy peligroso», aseguró un alto funcionario de manera anónima al FT. La primera ministra danesa volvió a recalcar que Groenlandia no está a la venta, aunque Dinamarca ofrece colaboración a Estados Unidos. «Hoy nos enfrentamos a una realidad más incierta, una realidad que exige una Europa aún más unida y una mayor cooperación. Nuestros lazos están arraigados en nuestra historia, nuestros valores y nuestros intereses, en Europa y también al otro lado del Atlántico. Necesitamos una Europa cada vez más fuerte y decidida, capaz de defender y promover Europa y los intereses europeos. Corresponde a Europa definir el futuro de nuestro continente. Creo que debemos responsabilizarnos más de nuestra propia seguridad. Europa, nuestro continente, se basa en la idea de que la cooperación y no la confrontación conducirán a la paz, al progreso, a la prosperidad: hagamos honor a esa idea», recalcó la primera ministra en presencia del canciller Olaf Scholz.

Precisamente, uno de los grandes temores reside en que la UE no pueda mantener la unidad y que Washington acabe siguiendo la conocida máxima romana de «divide y vencerás». De momento, la nueva Administración no se ha puesto en contacto con ningún alto cargo comunitario. La máxima representante de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha invitado al nuevo secretario de Estado, Marcos Rubio, a asistir a la próxima reunión de los ministros de Exteriores. Según han confirmado este martes los portavoces comunitarios, de momento no se ha producido una respuesta. En Bruselas, la reacciones han sido tibias. Si bien por una parte los mensajes públicos defienden la soberanía de Groenlandia, la máxima sigue siendo no inflamar los ánimos. De momento, Trump no ha anunciado aranceles a las exportaciones europeas y eso parece suficiente para no elevar el tono demasiado a la espera de los acontecimientos. Al ser preguntada sobre este tema este pasado lunes, Kallas abogó por rechazar cualquier negociación sobre la venta de Groenlandia y en responder a Trump con su misma moneda. «Está claro que la nueva Administración habla el lenguaje de las transacciones y esto supone negociar sobre distintos temas. Tenemos que hablar ese lenguaje también», aseguró este pasado lunes tras la primera reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete desde la vuelta de Trump a la Casa Blanca.

«No es que Estados Unidos no tenga intereses en Europa. Esto significa que también tenemos poder en la mano. No es que alguien nos dé órdenes y lo hagamos. Somos fuertes y no tenemos que subestimar nuestro poder», aseguró. Groenlandia, de tan solo 57.000 habitantes, no forma parte del territorio de Dinamarca, pero su estatus oficial es de nación constituyente dentro del Reino danés que incluye a Dinamarca, Groenlandia y la Islas Feroe. El pasado lunes se anunció un acuerdo entre estos tres territorios para «mejor las capacidades de vigilancia y mantenimiento de la soberanía en la región». Además de su riqueza en materias primas que incluyen las tierras raras, los hidrocarburos, el uranio y el oro, Groenlandia resulta esencial desde el punto de vista geopolítico, ya que el control del Ártico supone acceder a una ruta marítima que conecta a China con los grandes puertos europeos y de ahí que la zona suponga un importante botín tanto para Washington como para Pekín.

Consciente de todos estos factores, la UE ha multiplicado sus inversiones en la isla y en 2023 abrió una oficina en Nuuk, la capital. «La gran riqueza natural de Groenlandia es un activo importante para aprovechar los beneficios de las cadenas de valor mundiales. Veinticinco de las treinta y cuatro materias primas fundamentales identificadas por la Comisión como importantes desde el punto de vista estratégico pueden encontrarse en Groenlandia», reza un comunicado emitido por Bruselas en noviembre de 2023.