Dron

El dron no tripulado más grande de China acaba de ser avistado e impresiona solo con verlo

Un misterioso y gigantesco dron furtivo de China, con un diseño de ala volante de 42 metros, surca los cielos por primera vez mientras las incógnitas sobre su verdadera misión avivan la carrera armamentística de Pekín

Aeronave en forma de ala delta volando por el cielo
El dron no tripulado más grande de China acaba de ser avistado e impresiona solo con verloX

El secretismo que habitualmente envuelve los proyectos militares de Pekín se ha roto con la aparición de una nueva y formidable aeronave. Un misterioso y gigantesco dron furtivo chino, bautizado extraoficialmente como GJ-X, ha sido visto en vuelo por primera vez, en unas imágenes que han circulado con rapidez por las redes sociales del país. Este avistamiento viene a confirmar las sospechas que surgieron el pasado septiembre, cuando fue identificado mediante análisis de satélite en la remota base de pruebas de Malan. Este tipo de apariciones confirman la rápida evolución de los drones de última generación, que están redefiniendo las capacidades aéreas a nivel mundial.

De hecho, las dimensiones del aparato son considerables, con una envergadura que los analistas estiman en 42 metros, una cifra que lo sitúa entre los vehículos no tripulados más grandes del mundo. Su diseño responde a una configuración aerodinámica poco común, conocida como «ala volante en cometa con manivela», y está equipado con unos característicos «timones divididos» en los extremos, elementos que sugieren una apuesta por la baja detectabilidad al radar. A esta peculiar silueta se le suma una pintura que parece ser un camuflaje de contra-sombreado, una técnica pensada para dificultar su identificación visual una vez en el aire.

Asimismo, el propósito exacto de este dron sigue siendo una completa incógnita, lo que ha desatado un cúmulo de especulaciones en los círculos de defensa internacionales. Tal y como informa The War Zone, aunque no existe confirmación oficial, una protuberancia en la parte superior del fuselaje sugiere que podría estar impulsado por dos motores. Las hipótesis sobre su función son muy variadas: desde un vehículo de combate no tripulado (UCAV) o un bombardero furtivo de largo alcance capaz de penetrar defensas enemigas, hasta una sofisticada plataforma de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) o un sistema multifunción.

Una pieza más en la modernización militar china

En cualquier caso, la aparición de este enigmático dron no es un hecho aislado. Se enmarca directamente en el ambicioso programa de desarrollo de aeronaves de combate que China ha puesto en marcha durante los últimos años, un esfuerzo masivo que incluye desde cazas de quinta generación como el J-20 hasta bombarderos estratégicos como el H-20, todavía en desarrollo. El objetivo de Pekín es claro: recortar la brecha tecnológica con las potencias occidentales. Dicho esfuerzo busca competir directamente con programas consolidados como el de los cazas F-35 de Lockheed Martin, que continúan siendo una referencia en el sector.

Por todo ello, el GJ-X representa un nuevo hito en la estrategia del gigante asiático por modernizar sus fuerzas armadas y, sobre todo, por equipararse tecnológicamente a Estados Unidos. Este tipo de avances subraya la creciente capacidad de la industria de defensa china para diseñar y producir sistemas de armas de última generación de forma autónoma, un factor que altera progresivamente el equilibrio estratégico en la región del Indo-Pacífico y que es seguido con máxima atención desde el Pentágono.