Francia

La muerte de Émile que conmociona Francia: ¿crimen o accidente?

La policía no descarta que los restos óseos del niño desaparecido en los Alpes hayan sido trasladados por alguien al lugar donde fue hallado por una excursionista

Su carita sonriente abre todos los informativos de Francia. Aparece jugando, comiendo galletas o luciendo una flor amarilla detrás de la oreja. La inocencia de las imágenes contrasta con la violencia de su desaparición. Se trata de Émile, un pequeño de dos años de edad, que se esfumó de la casa de sus abuelos en julio de 2023 en el pueblo de Haut Vernet, al sureste de Francia, y que ha mantenido en total zozobra a sus familiares desde entonces. Este sábado, una nueva pista ha añadido más horror a la historia: su cráneo fue encontrado por una corredora a unos dos kilómetros de la casa.

¿Crimen o accidente? Es la pregunta que se hacen miles de franceses en los últimos días, conmocionados por la noticia. Por ahora, no hay evidencias ni de una cosa ni de la otra. Los jefes de investigación han puesto el foco, por ejemplo, en el pasado turbulento del abuelo de Émile, Philippe. Un viejo profesor acusado de violación de menores en 2018, dentro de una estricta escuela religiosa.

A finales de 2016, un joven identificado por la policía como Jean L., decidió denunciar una serie de incidentes que se remontaban a 1993 en el centro educativo «Village d’enfants du Riaumont», en el norte de Francia, y que incluían violaciones sexuales y frecuentes abusos físicos que tuvieron lugar en una «sala de castigo».

Jean señaló al «Hermano Philippe» como autor de los abusos físicos, aunque señaló a otro hombre de la escuela por las agresiones sexuales. En 2018, se abrió una investigación contra ambos por «violación y agresión sexual a un menor por parte de una persona con autoridad».

Finalmente detenido por la Policía, Philippe reconoció ser el autor de «bofetadas, patadas en el trasero y, a veces, puñetazos en la cara» a alumnos de la escuela, pero se justificó diciendo que había actuado de acuerdo con los «métodos educativos utilizados en la institución». Además, negó categóricamente las acusaciones de agresión sexual. El segundo hombre, en cambio, acabó admitiendo la violación. Por ello, se cambió la acusación contra Philippe a «testigo de excepción», ya que no se reunieron pruebas que demostraran su culpabilidad. Pese a este antecedente inquietante, nada apunta a que el abuelo de Émile haya sido su agresor y mucho menos causante de su muerte.

La tesis del accidente no se descarta. Émile era un niño acostumbrado a caminar largos trayectos en la montaña junto a sus tíos, lo cual abre la posibilidad de que haya podido desplazarse a dos kilómetros de la casa de sus abuelos, aunque parezca poco probable. Antes de pensar en una intervención humana, la Policía incluye en la investigación otras alternativas verosímiles como el ataque de un animal o una caída en una zona boscosa y llena de barrancos.

Al menos 70 oficiales de Policía han sido desplegados en el pueblo de Haut Vernet para bloquear el paso de transeúntes y realizar controles de identidad. Seis expertos del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería (IRCGN) se presentaron en el lugar este lunes. Entre ellos, un coordinador de operaciones forenses y un antropólogo, encargado más concretamente del estudio del suelo.

La unidad de investigaciones criminalísticas determina en este momento si el cráneo de Émile fue colocado en el lugar donde fue encontrado o si estuvo allí desde que se produjo su muerte. También evalúa si elementos como la lluvia o el viento pudieron arrastrarlo. Para ello, será necesario estudiar la tierra depositada dentro del hueso y analizar –tal como se hace en los estudios arqueológicos– el tiempo que ha transcurrido desde la muerte del niño hasta el hallazgo de su cráneo.

Marie-Laure Pezant, portavoz de la Gendarmería Nacional, explica que «si los restos han estado allí durante mucho tiempo, la tierra dejará ‘huellas’ en ellos, debido a la porosidad que se produce entre un cuerpo y la tierra».

Los equipos caninos de la Policía francesa también han llegado al lugar de los hechos. «Estos perros expertos, especializados en la búsqueda de restos humanos, podrán aportar una valiosa ayuda porque ahora tenemos que buscar todo el esqueleto de Émile», explicó Pierre-Yves Bardy, jefe del grupo policial que peina la zona.

El equipo también busca otras pistas para esclarecer el suceso, en particular la ropa del pequeño, que en el momento de su desaparición llevaba una camiseta amarilla, pantalones cortos blancos y botas de montaña.

Mientras tanto, Francia entera sigue en «shock» por la desaparición de Émile. En redes sociales, se organizan oraciones por su alma y se le llama «el angelito desaparecido». Su foto inunda los espacios de internet y las críticas contra la actuación policial no faltan: «¿Cómo es posible que la Policía haya buscado durante ocho meses y al final se encuentran los huesos del niño por casualidad?», comenta Romain, un consejero municipal por X.

En Facebook, se ha creado la página «Oremos por Émile», donde se comparten imágenes de Cristo, la Virgen María y, sobre todo, ángeles. La iniciativa suma ya más de 24.000 miembros. Entre ellos, Mathilde, que ha lanzado una colecta de fondos con la idea de ofrecer un funeral al pequeño. Los mensajes de condolencias se renuevan a cada minuto, llenos de tristeza y solidaridad con sus familiares: «Ahora te toca a ti, pequeño tesoro, cuidar de tus padres. Consuela sus corazones, ahora que saben que estás en paz».