Internacional

Noruega negocia elecciones en Venezuela en 2020 sin Maduro de candidato

Los mediadores noruegos en Barbados proponen unos comicios en los próximos nueve meses supervisados por la comunidad internacionalEl chavismo exige el levantamiento de las sanciones y la oposición demanda la liberación de los presos políticos

Nicolas Maduro durante el 208 aniversario de Venezuela
Nicolas Maduro durante el 208 aniversario de Venezuelalarazon

Los mediadores noruegos en Barbados proponen comicios en los próximos nueve meses supervisados por la comunidad internacional. El chavismo exige levantar las sanciones y la oposición la liberación de los presos políticos.

La ruta electoral que pudiera plantearse para permitir una transición política en Venezuela pudiera ser sin Nicolás Maduro como candidato. La idea no es tanto una exigencia de la oposición venezolana, sino una propuesta de los mismos mediadores que participan de las conversaciones que se llevan a cabo en Barbados entre delegados de Nicolás Maduro y los enviados de la «encargaduría» de Juan Guaidó. Fuentes cercanas a las negociaciones confirman a LA RAZÓN que la motivación de Noruega es que cualquier escenario que signifique un cambio, así se mantenga el chavismo gobernando por decisión popular. La delegación de Maduro no tuvo reacción a la idea, pero tampoco cerró la posibilidad de que una candidatura chavista se concrete con Diosdado Cabello, su segundo hombre fuerte y quien encabeza la asamblea constituyente, o el gobernador Héctor Rodríguez, protegido de Hugo Chávez y figura joven que apela a posiciones moderadas.

Pero determinar si Maduro puede postularse no es apenas el último punto de la agenda. El propio gobernante habló de seis el lunes en la noche, sin detallarlos. LA RAZÓN ha podido conocer que son: cronograma electoral para un máximo de nueve meses, elecciones con nuevo Consejo Nacional Electoral, cese de la asamblea constituyente, reincorporación del chavismo a la Asamblea Nacional, levantamiento de sanciones que afectan a la economía.

El objetivo fundamental de los encuentros en Barbados es lograr unas elecciones en 2020, preferiblemente antes de vencer el primer cuatrimestre de ese año. Es más, construir un cronograma electoral claro que genere compromisos institucionales pues para los mediadores el asunto es «urgente», especialmente luego de la publicación del informe sobre la situación de derechos humanos de la Alta Comisionada de Naciones Unidas, Michelle Bachelet.

Esas elecciones tendrían que ser observación de e incluso supervisión de instancias internacionales durante todo el proceso, con invitaciones giradas por las partes en conflicto para evitar que solo sean convocados «amigos» de unos u otros.

Durante las tres primeras rondas de encuentros se discutió qué cargos elegir. El chavismo se ha mostrado abierto a convocar elecciones presidenciales, pero ha exigido que el Parlamento, que controlan sus adversarios con una súper mayoría desde 2016, también sea renovado. La oposición no se ha mostrado reacia al punto (el período legislativo vence a finales de 2020) pero puso sobre la mesa la continuidad de la Asamblea Constituyente que se ha abrogado sus competencias mientras los diputados están impedidos de ejercer sus funciones plenamente.

Como fundamental está siendo tratada por la oposición la renovación del Consejo Nacional Electoral, cuyas autoridades son percibidas como plegadas a los designios de Nicolás Maduro. La renovación del Poder Electoral se pide no sea solo de su directiva sino de cargos clave como la dirección de informática o de registro electoral, además de jefaturas regionales.

Es un punto de honor que el oficialismo desestima pues son las mismas autoridades comiciales que estaban en funciones cuando el antichavismo ganó las parlamentarias y algunas gobernaciones y alcaldías. Para renovarlo, haría falta que el oficialismo retome sus curules en la Asamblea Nacional, para lo cual se pudieran negociar dinámicas en la institución que, por ahora, encabeza Guaidó.

La delegación de Maduro mantiene como tema prioritario el levantamiento de las sanciones internacionales que les impide manejar la economía, así como mejorar la situación de la industria petrolera. El gobierno no quiere quedarse sin dinero y le está costando mantener la estabilidad sin flujo de caja. También, han planteado como punto de honor que el gobernante se mantenga al frente del Estado hasta que surja un ganador de la puja electoral; es decir, que no haya el «cese de la usurpación» que reclama Guaidó.

La oposición ha pedido la liberación de los presos políticos. El gobierno ha respondido que muchos encarcelados están procesados por delitos comunes. Una propuesta hecha por los opositores es delegar en la misión que dejó Bachelet en Caracas el estudio de cada caso, en base a los delitos imputados, así como las condiciones de arresto y de cautiverio.

Hoy será la última jornada de encuentros en esta ronda de conversaciones en Barbados. Unas donde la oposición ha repetido su delegación con Gerardo Blyde, Fernando Martínez Mottola, Stalin González y Vicente Díaz; mientras que el gobierno de Maduro mandó a su canciller Jorge Arreaza, a su ministro de comunicaciones Jorge Rodríguez y al gobernador Héctor Rodríguez.

Las conversaciones ocurren enmarcadas en el informe sobre la situación de derechos humanos en Venezuela presentado por la Alta Comisionada de la ONU, que deja muy mal pasado al régimen chavista por perseguir, reprimir y torturar a la oposición, además de por haber constituido escuadrones de la muerte tanto formales –como las FAES– como irregulares –los colectivos–. Previo a iniciar los cara a cara, se evaluó el impacto en términos de apoyos internacionales para Maduro y, también, de los posibles cambios que ocurran en países que se han mantenido «neutrales».

En Barbados, los mediadores están encabezados por Dag Nylander, un diplomático que fue protagonista de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC, que durante ese proceso estableció contacto con miembros del gobierno de Cuba y de Venezuela. Ya Juan Guaidó ha admitido que el régimen castrista de la isla es pieza clave para lograr una transición en Venezuela.

Para este proceso, a diferencia de intentos anteriores, el apoyo de la comunidad internacional ha sido determinante. Incluso aliados del chavismo como Rusia o China han dado su respaldo a los encuentros en Barbados, que también cuentan con el visto bueno de Estados Unidos. Informantes confirman que el sector militar venezolano está expectante a los resultados y que la ratificación de Vladimir Padrino como ministro de la Defensa abona en el respaldo militar que tendría una salida electoral.