Política

Elecciones en Reino Unido

Es la economía, estúpido

La Razón
La RazónLa Razón

No solamente fue el día de la victoria en Europa (8 de mayo de 1945), ayer fue también el día de la victoria sorpresa de David Cameron y del Partido Conservador en las elecciones generales británicas. Nos ha dejado a todos con la boca abierta: 331 escaños de un total de 650. Una mayoría absoluta pequeña pero suficiente. Los sondeos pronosticaban que ningún partido sacaría mayoría absoluta y se especulaba acerca de las posibles coaliciones. Mucha gente pensaba que los laboristas iban a salir por poco como el partido más votado y que tendrían que pactar con el Partido Nacionalista Escocés. Pero no ha sido así. No hay pactos ni coaliciones. Cameron puede gobernar solo.

Se ha dicho muchas veces que las elecciones se ganan por la economía. Entre los factores que han contribuido a esta victoria están la recuperación y la buena gestión. Hace cinco años el Gobierno laborista de Gordon Brown dejó el país al borde de la bancarrota y con una deuda pública cercana al 70% del PIB. El desempleo en abril de 2010 llegaba a los niveles más altos desde 1994 y no paraba de crecer. Cuando los conservadores accedieron al poder en coalición con los liberal demócratas de Nick Clegg, encontraron una nota que decía: «No queda dinero», dejada por los laboristas. Aunque parece mentira, es la verdad. Así estaba la situación.

Los conservadores prometieron mejorar la economía y es lo que han hecho. Han tenido que implementar muchas veces políticas impopulares de recortes en el gasto público que han sido duramente criticadas. Todo el mundo pensaba que estas políticas de austeridad iban a pasar factura a Cameron, pero no ha sido así. La mayoría del pueblo británico ha reconocido la buena y responsable gestión económica del Gobierno y ha querido premiar a los conservadores como mejor opción para mantener el crecimiento. La economía británica ha sido la que más ha crecido en los últimos años en la UE mientras muchas otras de la zona euro no daban signos de recuperación. Cameron ha logrado bajar el paro y los electores no se han fiado de dejar la economía otra vez en manos de los laboristas.

La buena gestión ha sido la razón principal por la cual la mayoría de los británicos han votado al Partido Conservador, pero no es la única razón. Sin lugar a dudas, muchos votantes, entre ellos muchos de los que habían dejado de votar a los conservadores para votar al UKIP, han preferido esta vez tratar de evitar en lo posible un Gobierno laborista minoritario sometido a los dictados de los nacionalistas escoceses. Esta perspectiva ha provocado auténtico pavor a muchos, sobre todo en Inglaterra. El efecto miedo ha funcionado para los «tories».

Mientras que Cameron ha sacado una mayoría sorpresa en Inglaterra, en Escocia está la otra cara de la moneda. Esta vez los sondeos se han cumplido. El Partido Nacionalista Escocés (SNP) ha obtenido 56 de los 59 escaños posibles y ha borrado a los laboristas y liberaldemócratas. Tendremos que ver las consecuencias a largo plazo de esta victoria nacionalista y si vuelve a resurgir el tema de un nuevo referéndum separatista. Los laboristas hasta ahora habían sido los que dominaban la escena política escocesa, pero se han quedado con un solo diputado. Igual que los conservadores y los liberal demócratas. Sorprendente a menos de ocho meses del referéndum, cuando el «No» a la independencia ganó por unos diez puntos.

Muchos analistas han empezado a comentar acerca de las peculiaridades del sistema electoral británico para elegir el Parlamento de Westminster. Sólo el candidato que obtiene más votos es elegido en cada circunscripción, aunque sea por un solo voto. Esto ha ayudado indudablemente al Partido Nacionalista Escocés a ganar tantos diputados y ha contribuido también a la derrota de los demás partidos a escala nacional en Reino Unido.

*Miembro del Partido «tory» y cofundador de «Conservatives Abroad» en Madrid