Política

Crisis en Túnez

Escuela de democracia

Cola de electores en un colegio de Sousse
Cola de electores en un colegio de Sousselarazon

Ikbel, una auditora de 32 años, pasó todo el día llevando en coche a su novio periodista de un colegio electoral a otro para que hiciera entrevistas por todo Túnez. Por fin llegó el turno para que ella, natural de Sfax, pudiera votar por su candidato preferido. Sin embargo, antes de acudir al centro de votación en Ennasr, paró para recoger a su sobrina Amalisa, una pequeña de cinco años. Ikbel quería enseñarle lo que es la democracia. Era la primera vez que ella elegía a su presidente en total libertad y se sentía optimista. «Es un día histórico para Túnez y quiero que ella lo recuerde. A lo mejor a sus 32 años habrá votado muchas veces, pero ha sido la primera para mí». Entraron de la mano juntas en el aula. Ambas se mancharon de tinta el dedo índice con el que se marca la huella dactilar. Después, Ikbel le permitió a su sobrina que depositara su papeleta dentro de la enorme urna.

«En el fondo también vengo a votar precisamente por ellas, por su futuro», explica Karina junto a sus dos hijas, en la fila. Sus hijas de 10 y 11 años acompañan a su madre dentro del aula, tímidas y nerviosas. Le observan sonrientes mientras su madre marca la casilla en la papeleta. «Doy las gracias al Gobierno de tecnócratas que ha traído la paz al país. Los tunecinos siempre hemos sido pacíficos y espero que dure mucho tiempo. Estoy contenta con las presidenciales y espero que, pese a todos los desafíos de la nueva era, no vuelvan los tiempos difíciles», destaca Karina.

La escena de madres jóvenes con sus hijos se repitió a lo largo de toda la jornada electoral y no sólo porque fuera domingo. Muchas madres retrataban el momento con sus cámaras y teléfonos móviles mientras que les explicaban la importancia de la nueva democracia lograda en Túnez. Algunos niños se lo traían aprendido de casa y después no comprendían el porqué de tanta emoción en una hoja. La mayoría de las preguntadas por LA RAZÓN votaron al líder de Nida Tunis, el octogenario Beji Caib Essebsi. «Es mucho más respetable y elegante que los otros», confesó a la salida del colegio Alina, con su hijo de siete años. Su marido ha votado por Hama Hammami. «Es lo bueno, que ahora podemos discutir por política», confiesa entre risas. «Si se tienen en cuenta las legislativas de octubre, el 55% de los votantes del partido de Essebsi son mujeres», explica Dhafer Malouche, profesor de la Escuela de Estadística y Análisis de la Información.