Terrorismo
Justicia noruega examina petición de libertad vigilada de Breivik
El terrorista ultraderechista, autor de la matanza de Utøya, fue condenado en 2012 a una pena de prisión de 21 años prorrogables
La Justicia noruega abrirá mañana el proceso judicial donde se estudiará la petición de libertad vigilada del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado en Oslo y la isla de Utøya en el que murieron 77 personas en 2011.
El tribunal de Telemark (oeste de Oslo) ha programado tres días para las vistas de un proceso al que se ha acogido el ultra noruego una vez cumplido el tiempo mínimo de la condena fijada contra él en su día, una especie de prisión indefinida para presos peligrosos, aunque las perspectivas de que sea liberado son nulas.
Breivik fue condenado a 21 años de custodia, castigo máximo fijado entonces por las leyes noruegas y figura que puede equivaler a una cadena perpetua, ya que se puede prorrogar de forma ilimitada, aunque el reo tiene derecho a que sea revisada de forma periódica.
La Fiscalía ya se opuso hace unos meses a la petición apelando que existe peligro real de que pueda cometer actos criminales graves de nuevo, de ahí que ahora la cuestión deba ser resuelta por el tribunal, si bien el proceso se celebrará por razones de seguridad en el penal de Skien, donde Breivik cumple condena.
Cuando demandó en 2015 a Noruega por el régimen de aislamiento al que está sometido, caso que acabó con fallo en contra del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Breivik aseguró que no era violento y que se había convertido al odinismo, corriente neonazi inspirada en la mitología nórdica, aunque sin condenar los atentados de 2011.
Se espera que Breivik, que hace años cambió su nombre por el de Fjotolf Hansen por razones desconocidas, siga una línea similar en su comparecencia en la sesión inaugural de mañana, aunque tampoco se descarta que realice algún tipo de saludo ultraderechista, como ha hecho en otras ocasiones ante los tribunales.
El tribunal de Oslo que lo condenó en 2012 dejó claro en la sentencia que cuando cumpliese su condena de 21 años, Breivik “con toda probabilidad” tendría capacidad y voluntad de cometer “crímenes brutales” y que seguiría siendo “un hombre muy peligroso”.
Durante el proceso se hará público el resultado de un nuevo examen psiquiátrico al que ha sido sometido el ultra, de 42 años.
La psiquiatra Randi Rosenqvist, que lo ha examinado varias veces desde 2011, dijo hace unos días al diario “Aftenposten” que su nuevo análisis no presentará cambios sustanciales respecto al último hecho público en 2016, en el que lo consideraba un pragmático, avisando al tribunal de que no creyera su supuesta conversión a la no violencia.
Será la primera vez en cinco años que el autor de la masacre de Utøya comparezca en público, en un proceso que será filmado pese a la oposición de la Fiscalía. El tribunal considera que el proceso tiene interés público significativo y que las declaraciones del reo no afectarán al desarrollo de la vista.
“Está claro que puede ser una gran carga para los familiares y supervivientes. Cada mención del terrorista puede contribuir a la retraumatización”, declaró estos días la presidenta del Grupo nacional de apoyo a las víctimas, Lisbeth Røyneland.
Røyneland, que perdió a su hija en la masacre de Utøya, ve sin embargo “completamente irreal” que Breivik pueda ser liberado y ha asegurado que no es algo que preocupe a los afectados.
Breivik colocó una furgoneta-bomba en el complejo gubernamental de Oslo el 22 de julio de 2011, que mató a 8 personas. A continuación se desplazó a Utøya, escenario del campamento anual de las Juventudes socialdemócratas (AUF), donde ejecutó durante algo más de una hora a decenas de personas que consideraba defensores del multiculturalismoy una amenaza para Noruega.
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